Lo que podría pensarse como las dos versiones de la Alcaldesa de Viña del Mar quedó en evidencia tras una entrevista en la que la autoridad comunal habló de todo.
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Tomando en cuenta que elige con pinzas los medios de comunicación con los que habla, variados son los temas que se pueden extrapolar de la entrevista que la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, concedió al diario La Segunda, la cual se enmarcó en los primeros 10 meses de gestión al mando del Municipio de la Ciudad Jardín.
Y es que la jefa comunal viñamarina abordó una serie de temáticas, desde sus sensaciones a la hora de tomar el mando de la casa edilicia, pasando por las irregularidades detectadas en la administración Reginato, y también por otros problemas más cotidianos de la ciudad, como el proyecto de cámaras de televigilancia, el Festival de Viña del Mar, la celebración de Año Nuevo, entre otros.
Pero también de sus palabras se desprenden otros hechos que llaman poderosamente la atención, básicamente porque distan un tanto de la realidad local, como lo expresado en torno al servicio de cámaras de seguridad, uno de los proyectos más controvertidos de su gestión y que, a pesar de que debía ser entregado el pasado 22 de abril, hasta la fecha aún no hay ninguna novedad.
En primer lugar, la alcaldesa Ripamonti señaló a La Segunda que durante los primeros días de administración, la Directora de Seguridad Pública del Municipio fue a la sala 5 de la Prefectura de Carabineros de Viña del Mar –lugar donde se operan las cámaras de televigilancia de la comuna– y advirtió que de los 122 aparatos que debían funcionar sólo hacían 67, mientras que el resto se encontraban apagadas.
"De las que funcionaban, era absurdo, porque no podían distinguir ni siquiera una patente", dijo la jefa comunal, en contraposición a lo señalado el pasado 1 de marzo por el diputado Andrés Celis, quien sostuvo ante Puranoticia.cl que "yo tengo un informe, que emana del Municipio, que dice que varias de ellas sí estaban funcionando, quizás no con la calidad de otras empresas que funcionan para otros municipios, pero que sí prestan un servicio mayor que tener 122 cámaras apagadas".
Importante es dejar en claro que no se trata de creerle a una autoridad y desmentir a la otra, sin embargo es fundamental contar con todas las visiones sobre un tema.
Luego, la licenciada en Ciencias Jurídicas, de 30 años, continuó señalando que desde la administración Reginato "cerraron tres tratos directos, de manera consecutiva, con la misma empresa (Global Link)". Pues bien, lo que omitió Ripamonti es que su administración también optó por esta vía del trato directo, sin embargo la propuesta para adjudicarle el contrato a Ingesmart fracasó en el Concejo Municipal, siendo su primer gran revés.
Y es justamente a raíz de este revés que su administración tuvo que salir del paso y diseñar un nuevo proyecto, todo para no dejar sin cámaras a la comuna. "Tuvimos que ejecutar un proyecto totalmente nuevo, levantar una licitación en horas", señaló Ripamonti, sin precisar que dicha premura con la que –aseguró– actuaron quedó en el olvidó posteriormente al dejar pasar dos meses entre la adjudicación de la licitación a Ingesmart S.A. y la firma del contrato con dicha empresa.
Además, en la entrevista afirmó que "hoy tenemos 122 cámaras de televigilancia y 50 más del plan Calle Segura". Esto, en el papel, pues del primer proyecto mencionado sólo se sabe que la obra gruesa ya concluyó, pero que el servicio aún no ha sido puesto en marcha debido a que faltan algunos trámites administrativos que cumplir. Y es que esta demora, además, significará una millonaria multa para la firma.
En torno a lo mismo, la Alcaldesa reveló que algunas de las cámaras que estaban siendo instaladas ya fueron robadas por antisociales: "Aún no hemos recepcionado el proyecto y ya las robaron", pero enfatizó que "las vamos a poner una y otra vez". Cerró esta parte de la entrevista desclasificando otro hecho desconocido para el acontecer regional: "Una de las cámaras estaba afuera de la casa de la ex Jefa de Gabinete (María Angélica Maldonado, brazo derecho de Virginia Reginato). ¡Es que me parece tan vergonzoso! Esta bien que la gente se entere".
Si bien, una de las premisas del periodismo a la hora de hacer una entrevista es tratar de "ablandar" al entrevistado, por medio de preguntas que le acomoden y lo hagan sentir cómodo; esto, con la finalidad que pueda entregar mayores detalles y antecedentes sobre el tema que se busca abordar en la conversación.
Quizás esto explica que al comienzo de la entrevista se le preguntara por la popularidad alcanzada en las últimas semanas, irrumpiendo incluso en encuestas de carácter nacional que la posicionan casi a la par de otras dos figuras políticas de renombre y amplia trayectoria: Evelyn Matthei y Michelle Bachelet.
Al respecto, Ripamonti expuso que "los equipos estaban felices, porque lo toman como un orgullo personal. Al margen de eso, tomamos las métricas de evaluación como lo que son, percepciones puntuales que como suben pueden bajar. No puede dirigir nuestro actuar".
Y en efecto, esta buena noticia, tanto para su persona como para su administración, contrasta con las críticas que ha recibido últimamente, las que dicen relación –por ejemplo– con el mismo tema de las cámaras de seguridad; la violencia y delincuencia relacionada al comercio ambulante; y ahora por las presuntas presiones efectuadas a una dirigenta vecinal para que renunciara a su cargo en el Consejo de la Sociedad Civil, lo que le ocasionó un accidente cerebro-vascular que le costó la vida.
Como ya se mencionó anteriormente, el objetivo de esta nota no es desacreditar sus palabras, sino que precisarlas; más aún cuando comienza a instalarse tímidamente la idea de las dos versiones de Macarena Ripamonti: la de la popular líder a nivel nacional que vino a revolucionar la Ciudad Jardín, contra la autoridad puesta en tela de juicio por algunas decisiones –o indecisiones– en el plano local.
PURANOTICIA
