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Exigen urgente catastro regional de construcciones irregulares tras problemas con Hotel Punta Piqueros y edificios Kandinsky y Esmeralda

Exigen urgente catastro regional de construcciones irregulares tras problemas con Hotel Punta Piqueros y edificios Kandinsky y Esmeralda

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Arquitectos, agrupaciones y autoridades de la región de Valparaíso advierten a Puranoticia.cl que no hay información clara sobre qué edificios cuentan con permisos al día y plantean soluciones al problema de urbanización que existe en el Gran Valparaíso.

Exigen urgente catastro regional de construcciones irregulares tras problemas con Hotel Punta Piqueros y edificios Kandinsky y Esmeralda
Lunes 29 de enero de 2024 17:54
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Un fuerte llamado a los municipios y al Gobierno hicieron arquitectos y autoridades regionales para que se catastre de forma urgente las edificaciones en altura en el Gran Valparaíso, especialmente en las zonas costeras, a fin de evitar el funcionamiento de estructuras fuera de norma, sin permisos de obras y que signifiquen un riesgo a la vida humana y al medio ambiente.

Recientemente se ordenó la demolición del hotel Punta Piqueros tras perder en la justicia un largo litigio en torno a la validez del permiso de construcción, pues no contaba con el Estudio de Impacto sobre el Transporte Urbano (EISTU) antes de obtener dicho documento; el año pasado, decenas de residentes del edificio Kandinsky, en Reñaca, vieron cómo un socavón amenazó sus vidas, y luego se supo que dicha edificación fue recepcionada sin contar con un permiso ambiental; y este año el director de Obras de Valparaíso informó -algo que muchos ya sabían- que el edificio Esmeralda (conocido como edificio de la Intendencia, en el cual por décadas han operado los servicios públicos) no tenía permiso de obras.

Por todo esto, el arquitecto y director de la Escuela de Arquitectura, Comunicaciones y Diseño UVM, Joaquín Bustamante, expresó que "es importante catastrar cuál es la infraestructura pública disponible en dos áreas particularmente críticas: uno es borde costero y otro es zonas de riesgo", postura con la que coincide el presidente de la comisión de Ordenamiento Territorial y Borde Costero del Consejo Regional, Manuel Millones, el arquitecto y Premio Nacional y Regional de Conservación de Patrimonio, Juan Mastrantonio, y el presidente de la Fundación Defendamos La Ciudad, Patricio Herman.

"En el tema del borde costero, catastrar esa infraestructura crítica tiene que ver -profundizó- con aspectos sensibles del desarrollo de las comunas, desarrollo económico, desarrollo social, desarrollo ambiental, y muchas de estas infraestructuras se desarrollaron en los años '40 incluso, pero el grueso de esas infraestructuras se hicieron el año '70 y luego se han actualizado a través de obras de mejora en los años '90 y 2000. Por lo tanto, tenemos una especie de colección heterogénea de obras con distintos estándares, y lo que creo que está en crisis es que los estándares que debiéramos revisar para los 2000 son distintos y más exigentes. Ahí entran las áreas de riesgo, como por ejemplo pasa con el tema del Kandinsky, porque independiente de que esa zona tenga ese valor de patrimonio natural, también en una mirada más exigente del sistema ambiental de la ciudad puede haberse catalogado como zona de riesgo", señaló Bustamante.

AUDITORÍA A DOMs

El core Millones, en tanto, indicó que "hace mucho tiempo solicité a la Contraloría General de la República una auditoría a las Direcciones de Obras de la región, de modo de tener un informe basal sobre los permisos otorgados en un periodo de tiempo. No obstante, este requerimiento no fue acogido y creo que por todos los antecedentes que existen en diferentes municipios, ahora sí están las condiciones para hacer esta auditoría en todas las municipalidades. El ente fiscalizador debe volver a tener un rol preventivo, de modo de prevenir situaciones  que por errores o cambios de normas derivan finalmente en hechos anormales o irregulares y que terminan siendo judicializados".   

Asimismo, el consejero precisó que hay formas de realizar un catastro con herramientas que no han sido utilizadas aún. "Basta que Impuestos Internos, que tiene la información de todos los roles, haga el cruce con las direcciones de Obras y con ese mapa se puede saber toda la situación de las edificaciones en la región y allí proceder a tomar las decisiones políticas del caso. Es decir, hay herramientas digitales que tiene el SII para abordar con la Seremi de Vivienda y las DOM el estado de arte entre construcciones y permisos en un perímetro , borde costero o en cualquier punto de la región", propuso.

Por su parte, Mastrantonio dijo que "las normas están para cumplirlas. Se trata de un conjunto de condiciones que cada proyecto debe cumplir, según sus usos, localizaciones y otros. Como las normas del tránsito las de edificación cautelan la seguridad, la salud, la convivencia con la naturaleza, en fin... la habitabilidad. Distintos son los casos del Hotel Punta Piqueros y el Kandinsky al caso del Esmeralda. Los dos primeros atentan contra la vida y la naturaleza con daños irreparables. El otro es reparable. La facilitación y permisividad de los organismos públicos en los primeros y la desidia en el otro".

En el Hotel, argumentó, "la 'interpretación' del Seremi sobre una consulta del DOM sobre una norma clara y explícita acerca de la prohibición de residir (vivienda, hotel, ..) en una zona afecta a tsunami, sin posibilidad de avanzar a una zona segura, es delictual. En el Kandinsky, la innecesaria construcción de una vía, por parte del MOP, que evita un loteo, por parte de la inmobiliaria, que es quien debe construirla, además de permitir edificación en altura donde su PRC (Plan Regulador Comunal) permite edificación aterrazada, son los actos que, cada uno por su cuenta, provocaron el desastre. Es probable que no se pueda probar colusión público privada, pero el modelo es el mismo: la permisividad evidente. ¿Qué hacer? Sancionar a los responsables, y el Punta Piqueros debe demolerse o expropiarse para algún fin público, Universidad de Chile, por ejemplo. En el Kandinsky, primero, averiguar bien y entender que la causa no fue el colector, no es un socavón, sino una cárcava provocada por la intervención ignorante de los impactos sobre un sistema frágil, como es la duna. Se construyó una cuenca artificial que va aguas abajo en la interfase ciudad-duna".

Sin embargo, fue un poco más allá, y dijo que "hay que prever las catástrofes mayores que tenemos y que nos son habituales: las propagaciones de incendios urbanos y forestales, para lo cual debemos catastrar las viviendas y exigir cortafuegos o aplicar programas Serviu para remediar".

Patricio Herman, de la Fundación Defendamos la Ciudad, que denunció a la Contraloría irregularidades en los edificios de las dunas que fueron afectados por socavones y ha participado de litigios en varios otros casos, dijo que la situación "es tremenda, pues se demostró que los edificios afectados por los socavones no se debieron construir y por lo tanto, en mi opinión, los dueños de los departamentos debieran accionar judicialmente en contra del lobbysta y de la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas", mientras que en el caso de la demolición de Punta Piqueros propone que se utilice la parte superior para viviendas sociales mientras que la superficie inferior sea el hotel, pues de lo contrario -estima- "vamos a tener un elefante blanco".

Añadió que "la función nuestra es exigir que las instituciones del Estado cumplan la ley, cosa que en Chile lamentablemente no pasa, en general. Excepcionalmente cumplen. Siempre se ha sabido que construir edificios en altura en las dunas es riesgoso, todo el mundo lo sabe menos los constructores".

TRES EJES POSIBLES

En torno a lo anterior, Bustamante propone que el modelo de ciudad y especialmente el modelo de desarrollo del borde costero, logre un equilibrio "en función de los desafíos ambientales, pero también sociales y económicos que las comunas hoy presentan. Ahí hay un cambio de paradigma que hay que abordar y por tanto tenemos que dar una respuesta distinta. No es el resultado de una voluntad explícita sino que quizás es el resultado de un proceso de planificación desarticulado en donde resulta esta heterogeneidad". 

Sobre el desarrollo de las zonas costeras, propuso que "para poder establecer cuál es la forma de desarrollo más sustentable y sostenible, primero hay que preguntarse cuál es el modelo de desarrollo que queremos abordar. Si buscamos un modelo que enfatiza la cuestión ambiental, es evidente que habría que frenar el desarrollo de la edificación en el borde costero. Si yo me pongo en el otro extremo, de un modelo que lo que busca es solo crecimiento, es decir densificar, el modelo de desarrollo de la ciudad tendría que ser compatible con esa decisión". 

Hay una tercera vía, aseguró, "que es la que me parece más interesante, que es cuando uno mira el Gran Valparaíso encuentra áreas de desarrollo donde uno puede maximizar densidad, hay infraestructura de movilidad y uno puede abordar las mejoras de equipamiento con impacto en áreas pericentrales del centro, y pueden de alguna manera moderar el crecimiento en el borde costero. Es decir, buscar formas de equilibrio entre el suelo disponible en el borde y las áreas pericentrales". 

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