La iniciativa se vota este martes en la Comisión de Evaluación Ambiental de la región de Valparaíso.
Un contundente llamado a rechazar el mega proyecto habitacional Maratué de Quirilluca en Puchuncaví, hizo el diputado Diego Ibáñez.
Esto a horas de que la iniciativa cuyo dueño es Óscar Lería, cuñado de Andrónico Luksic, se vote en la Comisión de Evaluación Ambiental de la región de Valparaíso, encabezada por la Delegada Presidencial Regional, Sofía González.
Jornada clave para el proyecto que contempla 14 mil viviendas y una inversión de 2 mil millones de dólares para ejecutarse en un plazo de 45 años.
”Puchuncaví es una comuna catalogada como zona de sacrificio, pero aún conserva los acantilados con restos fósiles milenarios, bosques de belloto del norte, lugar de anidación del piquero, hogar del chungungo, todas especies en peligro. Lugar de una naturaleza maravillosa. La inmobiliaria El Refugio, propiedad del cuñado de Luksic, dice que conservará solo el 12% del terreno. No lo aceptamos”, manifestó el legislador representante de la zona.
El parlamentario realizó un llamado directo a las autoridades a no dar dar luz verde a la iniciativa de la inmobiliaria a la que ya le rechazaron una vez la Resolución de Calificación Ambiental, ”pero hoy quieren volver a la carga”, aseguró el parlamentario frenteamplista, enfatizando en que "hacemos un llamado a las autoridades de gobierno, a ser consecuentes a rechazar este proyecto, a ser coherentes con la estrategia regional de biodiversidad, escuchar la recomendación de los trabajadores de la ciencia de nuestra región. Los suelos siguen contaminados con arsénico y plomo ¿De dónde van a sacar agua en plena zona de escasez hídrica?, ¿Dónde van a depositar el agua servida ? sin ninguna estrategia de crecimiento de Esval. El impacto urbano va a destruir este frágil ecosistema, talando 131 ha de bosque nativo y 455 ha de vegetación esclerófila".
Ibáñez también destacó que "los científicos de la PUCV y la UPLA concluyeron que era un sitio de alto valor para la conservación, recomendando su protección. Queremos desarrollo, queremos activación económica, pero no brutalidades como el megaproyecto inmobiliario Maratué, porque su dinero no vale más que el futuro de un patrimonio natural único en el mundo”.
La oposición de la comunidad y de agrupaciones como “Salvemos Quirilluca” es férrea, tanto por la amenaza a la biodiversidad, como a la calidad de vida y salud de los habitantes y de quienes lleguen a residir en este megaproyecto que se busca emplazar dentro del polígono de un sitio prioritario para la conversación.
Entre los antecedentes para negarse al megaproyecto habitacional figuran enormes concentraciones de arsénico acumuladas dentro del área de la iniciativa, que provienen de las emisiones del parque industrial Ventanas durante los últimos 60 años. La empresa cargo del proyecto no ha podido demostrar que habilitar esos terrenos para uso residencial no vaya a causar efectos dañinos a las personas que habiten dichos departamentos.
También hay problemas de disponibilidad de agua en un lugar donde ya hay un déficit de suministro. Y problemas para atender la demanda de servicios de salud y educación: a la fecha los dos Cesfam de Puchuncaví atienden a unos 19 mil usuarios, con el proyecto se sumarán unos 35 mil usuarios más.
En educación a la fecha hay déficit de cobertura: hay 4.100 matrículas y no todos los niños, niñas y adolescentes entre 4 y 18 años tienen acceso a la educación. La nueva demanda con la llegada del proyecto, según ellos mismos señalan, asciende a 5.438. "Matemáticas simples dan cuenta que no será posible dar cobertura a esta demanda", cerró el diputado.
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