El 31 de octubre de 2021 las víctimas, un hombre de 23 años y una mujer de 24, recibieron disparos mortales cuando asistían a una fiesta de cumpleaños. José Bustamante Zúñiga descendió del auto portando una escopeta y apuntó hacia los presentes, mientras que su pareja, Jessica Zúñiga Muñoz, lanzó amenazas de muerte. El hijo de ambos, de 17 años en ese entonces, y el cuarto acusado, Luis Felipe Salinas Pacheco, también descendieron armados y comenzaron a disparar.
El Tribunal Oral en lo Penal de Tarapacá dictó sentencia contra tres miembros de una familia –padre, madre e hijo menor de edad– y un cuarto involucrado por su participación en dos homicidios frustrados cometidos en 2021 en el sector La Negra, en Alto Hospicio.
Los hechos se remontan a la madrugada del 31 de octubre de aquel año, cuando las víctimas, un hombre de 23 años y una mujer de 24, asistían a una fiesta de cumpleaños. En ese momento, los acusados llegaron al lugar en un vehículo. José Bustamante Zúñiga, conductor, descendió del auto portando una escopeta y apuntó hacia los presentes, mientras que su pareja, Jessica Zúñiga Muñoz, lanzó amenazas de muerte.
El hijo de ambos, de 17 años en ese entonces, y el cuarto acusado, Luis Felipe Salinas Pacheco, también descendieron armados y comenzaron a disparar. Producto de los impactos, las víctimas sufrieron lesiones graves: una herida en la región mandibular y otra en la rodilla derecha, según detallaron los informes del Servicio Médico Legal presentados en el juicio.
“Se hace presente que los imputados en un primer momento estuvieron prófugos y fue este año con gestiones del personal de Carabineros en que finalmente se pudo ejecutar la debida detención de los imputados. Coincidentemente se trataba de una familia completa; padre, madre e hijo adolescente, además de un cuarto sujeto que no tenía vínculo familiar”, indicó la fiscal de Responsabilidad Penal Adolescente, Camila Albarracín.
El tribunal consideró como prueba clave las declaraciones de las víctimas y testigos, los informes policiales, un video captado por una cámara de seguridad y los peritajes médicos. Como resultado, se condenó a los adultos a 10 años de presidio efectivo, mientras que el adolescente deberá cumplir 5 años en régimen cerrado con programa de reinserción social, todos como autores de dos homicidios simples frustrados.
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