Monseñor Juan María Agurto, en tanto, expresó que aguardará más información sobre la situación y recordó la colaboración existente entre ambas entidades. Además, señaló las dificultades financieras para mantener los centenarios templos, 16 de los cuales fueron reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
La comunidad de Chiloé se vio sorprendida por el inesperado anuncio del cierre de la Fundación ProCultura, entidad encargada, entre otras cosas, de administrar iglesias patrimoniales en la isla.
La noticia publicada por El Mercurio, fue confirmada a través de una declaración pública el pasado viernes, con efectividad inmediata a partir del 17 de noviembre. La fundación atribuyó la decisión al "irreparable daño patrimonial y reputacional" causado por cuestionamientos políticos y controversias a nivel nacional relacionadas con la asignación de recursos públicos a diversas fundaciones.
Alberto Urrafn, quien forma parte del directorio de ProCultura y es vicepresidente de la Fundación de Iglesias Patrimoniales de Chiloé (FTP), expresó su sorpresa ante el cierre repentino. Según el balance presentado, ProCultura llevó a cabo más de 300 proyectos en 47 comunas y 11 regiones del país.
La noticia también impactó en el ámbito laboral, con despidos de funcionarios en ciudades como Chaitén y la Fil. Monseñor Juan María Agurto, obispo de Ancud y presidente del Directorio de la Fundación de Iglesias Patrimoniales, expresó su sorpresa ante la noticia y destacó el apoyo que recibían de ProCultura en la gestión de proyectos.
Natalia Cruz, directora ejecutiva de la Fundación de Iglesias Patrimoniales, aclaró que, a pesar del cierre de ProCultura, seguirán funcionando de manera independiente. "Si bien existía un trabajo de colaboración importante con Fundación ProCultura, legal, económica y administrativamente la Fundación de las Iglesias es independiente, por lo que seguimos funcionando y ejecutando proyectos", afirmó Cruz.
Monseñor Agurto, en tanto, expresó que aguardará más información sobre la situación y recordó la colaboración existente entre ambas entidades. Además, señaló las dificultades financieras para mantener los centenarios templos, 16 de los cuales fueron reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
La preocupación por la preservación del patrimonio también llegó a otras regiones, como Los Lagos, donde funcionarios del Museo de Sitio de Chaitén fueron notificados del fin de las actividades. En la Región del Biobío, en Lota, ProCultura había acusado al Estado de incumplir compromisos, generando un impacto devastador en su estado financiero.
La incertidumbre sobre el futuro de los proyectos culturales ligados a ProCultura persiste en diversas regiones, dejando en evidencia la fragilidad de la gestión del patrimonio en el país.
PURANOTICIA