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Intimidad de los discapacitados, un mito al descubierto

Intimidad de los discapacitados, un mito al descubierto

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La asistencia sexual se ha vuelto un cambio importante en la vida de las personas con capacidades diferentes.

Intimidad de los discapacitados, un mito al descubierto
Viernes 21 de agosto de 2015 09:02
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Todavía prevalece la idea de que las personas con diversidad funcional no pueden experimentar su sexualidad. La falta de aceptación de sus necesidades originan problemas desconocidos. La organización Tandem Team Barcelona (TTB) ilustra cómo la asistencia sexual puede ser un camino para que este colectivo lleve una vida más saludable y sosegada.


De acuerdo con la organización española Sex Asistent Catalunya, un asistente sexual es "un individuo que, habiendo superado una formación básica, elige especializarse en el apoyo de la vida sexual de las personas con diversidad funcional, por voluntad propia, requiriendo para ello el conocimiento detallado de las necesidades, (con el fin) de realizar un eficaz acompañamiento de asistencia sexual".


"La experiencia no la puedo contar yo, pero sí puedo hablar del cambio en la actitud de mi hijo; de la relajación y tranquilidad que se han instalado en él tras la asistencia sexual. Doy muchas gracias por haber conocido estos servicios y que haya personas dispuestas a compartir su sexualidad", recalca la madre de un usuario de la asociación Tandem Team Barcelona (TTB).


La experta Paola Rivera afirma que, "esta población tiene los mismos pensamientos, deseos, actitudes, fantasías y actividades, relativos a su sexualidad, que las personas que no presentan discapacidad".


"Intocable" (2011), uno de los fenómenos más taquilleros de los últimos años, evidencia la vida de un hombre parapléjico que construye inesperadamente una amistad entrañable con su cuidador.


La película francesa, junto con "Las sesiones" (2012) –otra arriesgada apuesta cinematográfica en la que una terapeuta decide ser asistente sexual de un hombre paralítico– inquietan a la audiencia, entre otras razones, porque responden a una pregunta poco tratada en la sociedad: ¿cómo viven las personas con diversidad funcional su sexualidad?


Gracias a estas dos historias, basadas en relatos reales, varios espectadores se han familiarizado con el universo de quienes tiene alguna discapacidad, en particular cuando se trata de su participación, interés y experiencia con el sexo.


LA FIGURA DEL ASISTENTE SEXUAL.


Las películas plantean, por ejemplo, nuevas concepciones acerca de la intimidad, en tanto que evidencian el papel del "asistente sexual".


Esta figura ha sido incluida en la política de ciertos países. Según el documento, "Aproximación a la sexualidad de las personas con diversidad funcional y precepción del asisten sexual" (2014), Estados Unidos, Alemania, Suiza y Holanda, proponen esta figura.


De acuerdo con la organización española Sex Asistent Catalunya, un asistente sexual es "(un individuo) que, habiendo superado una formación básica, elige especializarse en el apoyo de la vida sexual de las personas con diversidad funcional, por voluntad propia, requiriendo para ello el conocimiento detallado de las necesidades, (con el fin) de realizar un eficaz acompañamiento de asistencia sexual".


En España, sin embargo, esta figura no está contemplada en las políticas sociosanitarias, "aunque desde la plataforma Sex Asistant Catalunya, se intenta reivindicar la configuración de la misma", afirma el documento mencionado anteriormente.


En medio de este debate, otras organizaciones como Tandem Team Barcelona (TTB), han llamado la atención de la opinión pública, pues según refieren "sin ningún interés económico", está dispuesta a colaborar con proyectos que contribuyan a la defensa de la diferencia y la diversidad en cualquier de los dominios de expresión humana (social, sexual, cultural, laboral o económica).


ENCUENTRO PARA EXPRESARSE INTENSAMENTE.


"La experiencia no la puedo contar yo, pero sí puedo hablar del cambio en la actitud de mi hijo; de la relajación y tranquilidad que se han instalado en él tras la asistencia sexual. Doy muchas gracias por haber conocido estos servicios y agradezco que haya personas dispuestas a compartir su sexualidad", recalca la madre de un usuario de la asociación TTB.


Este es uno de los tantos testimonios que ilustra la experiencia de quienes utilizan los servicios de la iniciativa que se fundó en 2013. "Nuestra labor –asegura TTB– consiste en proponer métodos y prácticas "ad hoc" para que la persona con diversidad funcional se constituya un ser autónomo".


El programa de "Tandem Intimity", reza la descripción, "se ha creado para aquellos individuos con diversidad funcional que desean tener un encuentro íntimo y quieren expresarse sexualmente". Su única función, entonces, es hacer de puente entre dos personas que quieren compartir un momento erótico.


El director de TTB, Francesc Granja, creó esta asociación después de reflexionar durante varios años sobre su situación personal. En 1994, Granja tuvo un grave accidente de coche que le ocasionó daños irreversibles.


"Hasta el día del choque –cuenta para la revista "Sobre Ruedas"– todas mis relaciones sexuales habían tenido su epicentro en la zona genital. Por esta razón, cuando me quedé tetrapléjico, me descarté como hombre sexuado, es decir como una persona capaz de dar y recibir placer. El tiempo y las experiencias que tuve a lo largo del camino me abrieron puertas que no sabía que existían. Un buen ejemplo de este cambio de paradigma fue el descubrimiento del beso".


Este licenciado en Ciencias Empresariales fundó en la ciudad española de Barcelona, junto con otros tres profesionales (Eva Granja, María Clemente y Ferran Castellarnau), un modelo que defiende, sobre todo, la sexualidad consciente, que Granja define como, "aquella que transcurre entre dos personas que están compartiendo un espacio de intimidad y libertad en absoluta conexión con el momento presente, lejos de urgencias, estereotipos, inercias, miedos o necesidades".


El protocolo, afirma la psicóloga especializada en neuro-rehabilitación y gerente de TTB, María Clemente, "consiste en recibir la solicitud, y una vez estudiada, la asociación sugiere una entrevista, amenizada con un café, entre asistente y usuario. Ellos expresan sus impresiones a la coordinadora de "Tandem Intimity", que sugiere o no continuar con la asistencia. Desde ese momento, las personas disponen de total libertad para consensuar la compañía".


Clemente resalta, sin embargo, que "cada caso es un universo aparte y que por eso, la organización estudia previamente si es necesario hacer otro tipo de consultas, antes del encuentro".


ESPECIALISTAS EN SALUD SEXUAL SE PRONUNCIAN.


La educación sexual, reafirma la literatura correspondiente, resulta primordial para desestigmatizar la idea de que la población con discapacidad es "asexuada". De acuerdo con la profesional de Terapia Ocupacional, Ángela María Granero, "la sexualidad como parte esencial de la condición humana es un aspecto que no se aleja de las personas con diversidad funcional, sino que forma parte intrínseca de ellas".


Para ampliar esta idea, Granero expone varias investigaciones, entre las que destaca la de la académica Paola Rivera, recibida de Maestría en Planificación Curricular, quien sostiene que, "esta población tiene los mismos pensamientos, deseos, actitudes, fantasías y actividades, relativos a su sexualidad, que las personas que no presentan discapacidad".


"Esto, no obstante, –evidencia Granero– depende de las características vinculadas a la discapacidad y, también, a las de cada persona, ya que "pueden originarse periodos críticos en el desarrollo de la propia sexualidad".


Entre algunos ejemplos, la profesional diferencia a las personas con discapacidad visual, en las que "se puede producir cierta demora en la adquisición del concepto de identidad sexual propia y ajena", y, sobre todo, aquellas que tienen alguna discapacidad intelectual, en las que "se puede desencadenar un desequilibrio entre la masturbación física y la maduración intelectual, especialmente en la etapa de la adolescencia".


De acuerdo con el médico y autor del libro "Sexualidad y discapacidad" (2005), Jaime Tallis, "al pasar por la adolescencia, los jóvenes intentan vencer la vivencia de eternización en lo infantil, mientras que sus familias tienden a promover dicha situación".


Por otra parte, María Clemente asegura que, "durante el periodo posterior a la niñez es donde más se necesita satisfacer el campo de la sexualidad y donde menos atendido está. También es donde existe mayor tabú y menor responsabilidad para afrontar diferentes cuestiones. Es decir, que hay un riesgo de frustración". En estos casos, cuenta, "se pueden encontrar situaciones aberrantes, como que la madre masturbe al hijo".


Para Clemente, esto no corresponde. Por eso, dice, "aunque algunas personas todavía cuestionen iniciativas como TTB, la realidad es que no existen muchos sitios que cuenten con asistentes sexuales confiables".


TTB, en sus comienzos desarrolló varias pruebas piloto que, según la organización, "sirvieron para ajustar expectativas sobre una necesidad latente y descartar por completo cuestiones económicas que pueden desviar el debate hacia la prostitución".


De acuerdo con su director Francesc Granja, ni si quiera la palabra asistente logra definir este rol. "No se trata de asistir, sino de compartir un espacio y una experiencia entre dos personas que desean libremente ejercer sus derechos. Y, aunque parezca paradójico, no siempre es la persona con diversidad funcional la que recibe 'asistencia'", dice.


COMPAÑÍA PARA CUALQUIER PLAN.


Antonio, quien tiene una enfermedad neurodegenerativa, se ha convertido en uno de los casos más conocidos de la asociación TTB. Su historia revela sin temor, ni tabú, por qué es usuario de la organización.


"Cada persona tiene sus propias necesidades", asegura este hombre de 40 años en una entrevista para el canal de televisión española TV3. "A lo mejor –continua su relato– sales y necesitas a alguien que te acompañe para ir de compras, o tomar un café".


Ahora, explica Antonio, "como mis necesidades sexuales son las mismas que las que tiene cualquier persona, TTB me facilita lo que me cuesta mucho, que es, por ejemplo, pedirle a una mujer si quiere salir". "Entonces -concluye- es como si tuvieras una cita. Te vas a tomar un café, empiezas una charla y lo que surja".


Clemente, quien ya lleva más de dos años coordinando este tipo de encuentros, cuenta que los familiares de algunos de los usuarios han manifestado su interés ante la opción de que su hijo, por ejemplo, pueda satisfacer sus necesidades íntimas con otra persona y que, además, reciba un apoyo afectivo.


"Lo que nos trasmite el núcleo cercano –dice esta experta– es que la persona con diversidad funcional manifiesta mayor bienestar emocional y una disminución radical de las conductas exhibicionistas, persecutorias u obsesivas, cuando las hay".


En la actualidad, organizaciones como TTB ofrecen otros servicios que incentivan la inclusión y autonomía de la población con discapacidad en los campos de la autoestima, la psicología, el trabajo, la divulgación, entre otros.


Esta plataforma trabaja ampliamente para superar el estigma asociado a la diversidad funcional. Sin embargo, para esto, "es necesario desarrollar políticas y una conformación específica del asistente sexual", asegura la profesional en Educación especial Silvina Peirano.

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Pn/gm
EFE

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