Esta adicción a los glamourosos aromas se da tanto en mujeres como en hombres y se estima que al año se lanzan al mercado cerca de mil nuevos perfumes.
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Los chilenos invertimos cada verz más en la compra de perfumes. Así lo asegura un estudio de Euromonitor International que nos posiciona en el tercer lugar de la lista, siendo precedidos por Brasil y Argentina.
De hecho, hay quienes aseguran que existen los llamados "adictos a los perfumes", una especie de mal de Diógenes que hace que ciertas personas tengan esa necesidad casi irresistible de coleccionar botellas de perfumes en el baño de su hogar. Son como pequeños tesoros, pero lo cierto es que muchos se inician con un perfume de algún diseñador porque el frasco es bonito. Pero después se dejan tentar por las llamadas "ediciones limitadas" o "fragancias exclusivas" hasta que la compra de perfumes llegar incluso a desestabilizar la economía doméstica normal.
Esta adicción a los glamourosos aromas se da tanto en mujeres como en hombres y se estima que al año se lanzan al mercado cerca de mil nuevos perfumes. Pero solo algunos sobreviven, como el mítico Channel N°5 usado por Marilyn Monroe, Calvin Klein o el Classique de Jean Paul Gaultier.
A lo largo de la historia, el perfume ha sido utilizado por muchas razones y ha demostrado ser un bien muy valioso tanto para mujeres como hombres.
LOS BENEFICIOS DE USAR UN BUEN PERFUME
Usar perfume trae sus beneficios y por eso ha aumentado su uso. Sus aromas producen un efecto positivo en nuestro cerebro; cada olor, ya sea natural o sintético, emite una serie de partículas que entran por las fosas nasales de nuestra nariz.
Poseemos una cantidad de neuronas receptoras que toman este olor y envían un mensaje al cerebro, el que permite a las personas reconocer el olor e identificar su procedencia.
Es por eso que hay ciertas fragancias o aromas que nos transportan a ciertos recuerdos. El sentido del olfato tiene un impacto positivo en las personas y se ha demostrado que quien que no tienen desarrollado este sentido tienen una vida menos feliz y menos placentera.
El uso de un perfume habla mucho de la persona que lo usa, reafirma la personalidad o comunica cosas de quien lo utilice. Y hoy se ha convertido en uno de los accesorios más importantes a la hora de vestir.
pn/fg
Agencia UNO.
