Adimark establece que las ciudades donde la gente vive más feliz en nuestra Región son: Cartagena, Quillota y Quintero.
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Por: Miguel Tapia González
Periodista
¿Me va a creer usted que en nuestra Región de Valparaíso el 56 por ciento de la población se declara feliz, que el 22 por ciento se dice muy feliz, que el 20 por ciento no se siente ni feliz ni infeliz y que la infelicidad total no existe...?
Bueno, ese es el principal resultado que la Fundación Piensa realizó conjuntamente con la consultora Adimark, al cumplir su primer año de existencia.
El estudio se denomina "Encuesta Regional de Calidad de Vida "Piensa 18"y se realizó de forma presencial a 1.650 hogares de todas las comunas de la Región y sus siete provincias continentales, y fíjense que según sus resultados, las ciudades donde la gente se declara más dichosa son, en primer lugar, Cartagena, con el 89 de personas felices; en segundo lugar, Quillota, con el 88 por ciento de sus habitantes que se declara feliz y, en tercero, Quintero, donde 82 de cada cien personas se siente feliz.
Me sorprende el resultado de este trabajo, que de todas maneras entiendo que es un estudio serio, realizado científicamente, de acuerdo a los cánones internacionales de medición de la opinión pública.
Me sorprende porque aunque no en forma científica ni mucho menos, yo también hago mi encuesta personal, en todo momento, principalmente en Quillota y La Calera.
No lleno formularios ni uso planillas. Pero entre tanta gente con la que converso en la calle, en los negocios, en el trabajo e en distintos hogares, las primeras respuestas surgen apenas saludo... "Hola, ¿cómo estás?", pregunto. Y la respuesta viene de inmediato: "Más o menos no más".
Es entonces cuando generalmente me arrepiento de haber hecho esa pregunta tan recurrente como formal. Porque presiento –y así sucede, siempre- que tendré que resignarme a un largo detalle de tragedias o dramas que afectan a mi conocido o amigo, sus familiares y relaciones más cercanas.
Muchas personas cuentan tremendas historias para plantearme que necesitan empleo para ellas mismas, sus hijos o familiares directos y hasta para los amigos... Pero también conozco, sin proponérmelo, casos de enfermedades mal atendidas, de pobreza o de conmovedores apuros económicos que tal vez yo pudiera ayudar a solucionar.
...Pero tiendo a pensar que las calamidades que me cuentan son sólo pasajeras, porque no sólo la encuesta de la Fundación Piensa concluye que en Chile no hay personas infelices, porque también hay sondeos internacionales muy serios y profundos que establecen que en Chile la inmensa mayoría de la población se declara feliz.
Otro cuento es definir exactamente qué calidad de vida nos hace feliz. Porque estimo que una cosa es ser feliz y otra es tener (o creer que se tiene) buena calidad de vida.
La calidad de vida tiene que ver con el entorno y la felicidad se relaciona con el yo íntimo.
Por eso creo que efectivamente en Casablanca debe haber una óptima calidad de vida, y que a continuación sea Quillota la ciudad donde se vive mejor. Pero que el tercer lugar lo ocupe Quintero, ahí sí que lo dudo... Porque en ese preciado balneario la gente sufre hartos problemas, como los de transporte de pasajeros hacia la capital regional o Santiago...
También hay déficit de servicios básicos como agua y alcantarillado... Inseguridad pública, falta de pavimentos, contaminación y problemas de subsistencia y estabilidad, especialmente entre los pescadores. Sólo en el verano todo el mundo parece feliz.
Dejo la pregunta planteada... Afirmo que los quinteranos son felices en verano. ¿Será que la felicidad no es permanente?
La encuesta de la Fundación Piensa, realizada por la consultora Adimark, establece que las ciudades donde la gente vive más feliz en nuestra Región son: primero, Cartagena; segundo, Quillota y tercero, Quintero.
Planteaba recién mis dudas sobre la felicidad de la gente en Quintero, donde sus habitantes viven reclamando por los graves problemas que les afectan.
Ahora bien... Tal vez estemos confundiendo felicidad con calidad de vida... Porque en ese caso, seguramente los vecinos de Quintero se sienten a gusto por la placidez de su vida; esa serenidad sin alteraciones, interrumpida en verano con la invasión de visitantes que activa enormemente su comercio y genera muchísimo empleo... No mal pagado.
Pero me pregunto qué reconocemos, exactamente, como felicidad. La Real Academia Española define la felicidad, primero, como el "estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien". Y, segunda acepción, "Satisfacción, gusto o contento". La Academia coincide con mi percepción, en el sentido que la felicidad nunca es un estado permanente, porque en primer lugar la vincula con el placer que produce poseer algo y después nos habla como una situación de satisfacción o contento, que son situaciones transitorias.
Estoy convencido que uno es feliz por momentos... Hay períodos dichosos, por ejemplo, cuando uno disfruta sin límites con su pareja... Esa felicidad alimenta el espíritu, lo llena de energías positivas, dispone nuestra mente para grabar de manera indeleble ese goce en nuestro "disco duro" y eso nos permite soportar todo sufrimiento o turbación posterior. Entonces, en esas condiciones, nos acercamos a la felicidad.
Además, creo que la naturaleza regula naturalmente estos estados... No creo que pueda feliz sin sentirme pleno... Y la plenitud se logra con el equilibrio que sólo nos es posible con la sabiduría, la paciencia y la serenidad que nos dan el tiempo y la edad. Entonces, cuando uno es pleno, se ha puesto viejo y si bien nos sentimos dichosos por nuestra integridad, sufrimos los achaquer propios de la ancianidad.
Bueno, pero lo que puedo comprender es que mucha gente se sienta feliz viviendo en Quillota... Claro que para ser sincero, no lo vinculo por la campaña "pro felicidad" del alcalde Luis Mella, sino por las condiciones naturales de la ciudad... ordenada, pintoresca, más bien pequeña, harto segura, equipada de todo lo que necesitamos para vivir tranquilos y con buena infraestructura pública, entre otras bondades.
Pero dejémoslo claro: que Quillota proporcione mejor calidad de vida, no significa que sólo vivir en esta comuna nos hace felices, sino que con esas condiciones es menos difícil ser dichosos.
Tampoco se puede conferir que en las demás ciudades de la Región o la Provincia no se pueda ser dichoso. Trabajo en La Calera, donde paso diez o doce horas cada día y converso o comparto con muchísima gente. Y creo que aunque los caleranos soportan hartos problemas... La mayoría se declara feliz de vivir ahí... Ama su terruño y sobrelleva sus dificultades en buena forma porque allí reina la solidaridad, la organización y la participación.
Al final, todos somos felices... con frecuencia. Porque la verdadera dicha es la que nos proporciona el cariño familiar, la vecindad o el trabajo.
(Esta crónica se transmite de lunes a viernes, entre las 6.45 y las 7.15 horas, en el programa "Buenos días, mi Región" por radios Nexo 153 AM y Libra 104.7FM)
