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"En tiempos de pandemia, el modelo completo hace agua, y cuando este buque amenaza con hundirse, muchos se comienzan a dar cuenta que los botes salvavidas no alcanzan para todos", agregó el dirigente socialista.
Columna de opinión: Leonardo Jorquera, integrante de la Comisión Política del PS Chile, Comité Central PS región de Valparaíso.
Guerras, hambrunas y pandemias han sido recurrentes en la historia de la humanidad, con diversos costos humanos, sociales y económicos, como si cada cierto tiempo el planeta dijera basta. Pero ¿por dónde cae el costo de todo esto? ¿Quienes se llevan la parte mas pesada? Claramente hoy (y en el pasado) son los más desposeídos, los más vulnerables, los más débiles, los más viejos, los más enfermos, etc.. Y no me refiero sólo a los costos económicos, son los costos de vida y sociales también.
Luego del 18 de octubre de 2019, y con verano de por medio, la atención nacional dio un fuerte giro, casi tan fuerte como lo fueron las manifestaciones sociales de un país cansado de desigualdades y abusos, y se volcó dramáticamente a la pandemia provocada por el coronavirus.
Pero si bien, no hay país ni modelo que pueda obviar el caer en alguna calamidad (guerra, hambruna o pandemias), como China, Europa occidental o Estados Unidos, también es cierto que existen sociedades mejor preparadas. Ese no es el caso de Chile.
Cuando la necesidad imperiosa de cambiar nuestra Constitución y el pacto social asociado ya se instalaba como el desafío histórico de este año, y todas y todos ya tomábamos posiciones, esta catástrofe viene a develar crudamente lo débil de nuestro sistema; y la situación ya denunciada en materia de pensiones, salud, educación, trabajo, entre otros, desnudándose crudamente nuestras carencias más elementales.
En tiempos de pandemia, el modelo completo hace agua, y cuando este buque amenaza con hundirse, muchos se comienzan a dar cuenta que los botes salvavidas no alcanzan para todos. Y es aquí cuando la peor cara del neoliberalismoy la derecha económica se muestran sin descaro. Es cuando este gobierno pone en marcha un plan de emergencia basado en una futura "Nueva Normalidad", que, en resumen, apunta a proteger a un sector de la sociedad, sacrificando para ello a una gran mayoría, sin importar el costo social.
Ventiladores que, si llegan o no llegan, pero es un secreto; paquetes de test médicos de dudosa eficacia, un retorno al trabajo presencial, porque el teletrabajo es poco productivo, etc., reflejan para dónde apunta este Gobierno, de bajísima credibilidad junto a las demás instituciones, lo que aumenta la incertidumbre, la sensación de desprotección y vulnerabilidad. La segregación y la inequidad quedan a la vista en muchos aspectos de nuestro diario vivir. No todos pueden hacer teletrabajo, telestudio, o simplemente quedarse en sus casas, y no hay un estado que les brinde las condiciones para ello.
Se vienen tiempos de convulsiones sociales, con necesarias y legítimas manifestaciones, que exigirá ponernos a la altura de una nueva era, porque esto es mundial, y muchas y muchos ya estamos pensando en lo que se viene, en como construir un país más justo y civilizado.
N. de la R.: Las opiniones vertidas en esta columna de opinión son de exclusiva responsabilidad de quien/es la/s emite/n y no representan necesariamente al medio.
PURANOTICIA