Luciano San Martín Gormaz, era un académico de la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha y fue ex Director regional del Consejo Regional de la Cultura y las Artes.
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Columna de opinión: Julio Rojas, periodista Universidad Santa María.
Si los últimos meses de 2019 ya fueron complejos para Valparaíso, producto de la acción de grupos que poco o nada tenían que ver con las legítimas aspiraciones sociales de amplios sectores de la ciudadanía, lo que ha ocurrido en lo que va de este año, con la pandemia que nos aflige a todos por igual, ha sido tanto peor.
Haciendo más real que nunca el aforismo aquel que "...las noticias malas corren más rápido que el viento", nos enteramos hoy de la partida final de un gran amigo, de aquellos que se forjan con los años y que no es necesario ver cada día, para saber que están a nuestro lado compartiendo sus saberes, su conocimiento, sus valores.
Eso era en lo personal Luciano San Martín Gormaz, académico de la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha. Uno de esos amigos que van a faltar en el camino y que no son reemplazables.
Si el trimestre final del año pasado nos complicó, y lo sigue haciendo cada vez que miramos las heridas de nuestra ciudad, lo de ahora va directo a otro sitio. Nos transfigura, nos cambia el ánimo, nos inquieta.
¿Qué poder tan enorme tenía Luciano?
Para hablar con palabras simples y en una jerga que para algunos puede parecer de tiempos más lejanos, Luciano no sólo fue un brillante académico, sino un republicano austero, a la antigua, jamás tenía cabida en él, una palabra o un dejo de arrogancia. Un hombre de valores profundos y de convicciones inalterables. El no solo fue eso, sino que vivió así.
De formación inicial como profesor de Estado en Artes Manuales, diplomado en Educación Tecnológica y Pedagogía Universitaria, hizo suyo un posgrado en Estética y Teoría del Arte y Antropología Social; alcanzó un magister en Historia de Chile y América, apasionado en temas del patrimonio y llegó a ocupar el cargo de Director regional del Consejo Regional de la Cultura y las Artes, entre muchas otras responsabilidades.
Nos conocimos en la Universidad de Playa Ancha en los años '90, donde ambos ejercíamos docencia, tiempo que sirvió para profundizar nuestra amistad, que continuó más tarde en el desaparecido diario El Expreso de Viña del Mar, donde nos maravillaba con su pluma de asiduo columnista.
Nunca dejamos de conversar, como decía el "de tejer palabras".
El Luciano culto, el intelectual de nota, el hombre de altísima vocación, quedará siempre en nuestra memoria, pero claramente con su partida, sin duda que Valparaíso sigue perdiendo.
PURANOTICIA
