En buen chileno, “cacarean el huevo como gallina clueca” o “niegan y abortan el huevo”. Indefectiblemente, todo apunta al derivado chileno respecto del huevo; o sobra huevo o niegan el huevo o definitivamente falta huevo.
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Columna de Jaime Perry, Consejero Regional de la Región de Valparaíso.
La autoridad, sea electa o designada, cuando ambiciona más allá del deber cumplido, se corrompe.
La reflexión que surge respecto del comportamiento de las autoridades porteñas electas o designadas, frente a las encuestas periódicas más esperadas y que circulan, son leídas por las respectivas autoridades solo en función de los números que les favorecen, que los alaban o que los destrozan. Cualquiera que sea ese resultado los respectivos gabinetes son activados e inyectan sus propias redes sociales con "posteos" para deslegitimizar los resultados desfavorables o exacerbar aquellos que los favorecen, inundando los grupos de noticias o foros de discusión. Facebook, Twitter, Instagram y otros parecen bullir. En buen chileno, "cacarean el huevo como gallina clueca" o "niegan y abortan el huevo". Indefectiblemente, todo apunta al derivado chileno respecto del huevo; o sobra huevo o niegan el huevo o definitivamente falta huevo.
Con que urgencia se han activado las redes y reuniones de las autoridades locales al ser fustigadas por la opinión pública en las redes sociales, cuando a raíz de los trágicos hechos ocurridos en el sector turístico de Valparaíso donde, a plena luz del día, fueron asesinadas dos personas, al menos una de ellas, sin dudas nos traerá repercusiones internacionales sea en lo diplomático y de seguro en lo turístico. Es una estocada cobarde no solo al corazón de aquellas personas asesinadas, sino una feroz estocada cobarde a la economía de nuestro "Puerto Principal".
Este ataque artero que traerá funestas consecuencias al Desarrollo Social, Cultural y Económico de nuestra comuna porteña, no nace del recién pasado trágico viernes 21 de Junio, sino nace con la instalación de autoridades tanto electas como designadas que miran más las no siempre complacientes encuestas que la realidad en nuestros barrios. La ambición que corrompe, desmedida por ganar votos derivados del populismo exacerbado por dos tipos de autoridades existentes:
La primera, con clara intención por instalar ideologías populistas añejas y fracasadas para ganar y consolidar votos de una cuestionada elección por la alcaldía, promoviendo, participando y autorizando acciones que conllevan atropellos al orden establecido, entiéndase comercio establecido, ordenanza establecida, inversión y certeza jurídica, cultura urbana, bien común, comportamiento urbano, atropello institucionalizado, en fin, todas aquellas convenciones que puedan derivar en el bien común de una comunidad porteña civilizada.
La segunda, la autoridad no electa sino designada, con clara indeterminación, pusilánime, tibia, que también marcada por la atención a las encuestas y reacción de las redes sociales no actúa ni asume riesgos frente al desorden que se institucionaliza, grave por cuanto le cabe responsabilidad de omisión y más grave aún ya que refugiada en una supuesta carencia de facultades no actúa en relación y proporción a los hechos. Pese a una supuesta carencia de facultades debe primar el sentido común, la autoridad designada no puede quedar impávida frente a situaciones que pronostican afectación social. La primera lealtad es con los ciudadanos y su protección.
"Los huevos son necesarios y hay que quebrarlos y batirlos para hacer buenas tortillas, pero es primordial señalar que es fundamental tenerlos y que estén bien puestos".
PURANOTICIA
