Ministra de Cultura se reunió con diferentes actores locales para evaluar los pasos a seguir para la reconstrucción del templo que forma parte de la Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera.
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La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, se traslado hasta la comuna de Ancud, en Chiloé, para constatar los daños a la iglesia San Francisco, tras el incendio que la destruyó casi en su totalidad.
La autoridad se reunió con diferentes actores locales para evaluar los pasos a seguir para la reconstrucción del templo que forma parte de la Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera.
Al respecto, sostuvo que "hemos solicitado la conformación de una mesa de trabajo junto a bomberos, la iglesia y la comunidad, además de los organismos técnicos, para crear un plan que tenga como objetivo la recuperación de este templo en particular y, por otra parte, la prevención de riesgos en estos inmuebles de enorme valor patrimonial".
Valdés también indicó que "todo esto demuestra y refuerza aún más la necesidad de contar con una nueva Ley de Patrimonio Cultural, que modernice, agilice y descentralice la toma de decisiones en este ámbito. Los desafíos actuales hacen urgente empoderar a las regiones y generar mecanismos para agilizar decisiones, porque son ellas y sus comunidades las llamadas a poder decidir sobre el patrimonio que se encuentra en su territorio".
Por su parte, el obispo Juan María Agurto afirmó que "es una buena noticia que pronto se inicie el proceso de reconstrucción que desean tanto los ancuditanos, pero esto no es simplemente una desgracia para Ancud, sino para todo Chiloé. Es un patrimonio cultural, social y religioso que tenemos que rescatar y mantener para las futuras generaciones".
La iglesia San Francisco es parte del Convento Franciscano de Ancud y empezó a construirse en 1845. A raíz de un incendio en la obra, tuvo que reconstruirse, inaugurándose en 1851. En 1925 un nuevo incendio destruyó tanto la iglesia como el convento; entre ese año y 1933 se construyó la iglesia actual, que luego del terremoto de 1960 pasó a ser Sede Episcopal, al destruirse la Catedral.
El templo es uno de los exponentes de la Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera, que manifestaba y conservaba hasta este miércoles su integridad y características esenciales, derivadas todas del óptimo aprovechamiento de los recursos del medio ambiente, en particular, de la madera; la armonía entre la forma construida y el paisaje, y una síntesis entre el aporte foráneo y el local.
En ella se ha mantenido por años un profundo vínculo con la comunidad local, lo que ha hecho posible el desarrollo de antiguas tradiciones de cooperación y religiosidad, determinantes para la identidad de Chiloé. El Convento Franciscano de Ancud fue uno de los más importantes de la región, consagrando a un gran número de sacerdotes.
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