Autor del crimen es un repartidor de pan que se ofreció a llevarla al regimiento. En el trayecto la estranguló, golpeó en la cabeza y abandonó el cadáver, tras lo cual el homicida fue de compras con su madre y regresó para enterrar a la víctima. Se investiga si hubo ataque sexual.
En prisión preventiva quedó este viernes José Patricio Gaete Gaete (20), el sujeto que asesinó a la cabo de Ejército María Elizabeth Orellana Hernández (28), que estaba desaparecida desde el lunes pasado en La Unión. Las circunstancias del crimen causaron impacto en la Región de Los Ríos.
Gaete fue formalizado hoy en el Juzgado de Garantía de La Unión, donde el fiscal jefe Raúl Suárez le imputó el delito de homicidio simple. Sin embargo, esto último podría cambiar debido a que faltan los resultados de la autopsia para determinar las causas de la muerte y si hubo un ataque sexual contra la víctima.
En la audiencia surgieron macabros detalles del asesinato. El Fiscal Suárez relató que la cabo Orellana debía presentarse antes de las 6 AM del lunes en el Regimiento Maturana, ubicado en la misma comuna, para lo cual a las 5 AM la víctima -vestida de civil- esperó locomoción en Comercio con Riquelme, en La Unión.
Por esa esquina y a esa hora pasó José Gaete en el furgón repartidor de una panificadora y se ofreció a llevarla, pero en el trayecto, por motivos que aún no están claros, el imputado la atacó y la estranguló. Luego, el cuerpo cayó del vehículo y Gaete la golpeó varias en la cabeza con un objeto contundente.
Posteriormente, José Gaete condujo hasta un predio forestal ubicado en el sector de Huacahue, a 10 kilómetros de La Unión, donde abandonó el cuerpo. Tras esto, el sujeto siguió con sus trabajo de repartidor de pan como si nada hibiera pasado. Incluso, poco después llevó a su madre de compras en el furgón, lo que aprovechó para adquirir una pala.
José Gaete regresó al sitio donde había dejado el cuerpo, lo enterró a 50 centímetros de profundidad y pensó que el crimen no sería descubierto. Sin embargo, la familia de la víctima y el regimiento pusieron denuncias por presunta desgracia ante la misteriosa desaparición de la cabo, quien nunca llegaba tarde a su unidad.
Los investigadores revisaron las cámaras del sector en que la víctima solía esperar locomoción hacia su regimiento y en las imágenes apareció el furgón de una panificadora perfectamente identificable, lo mismo que su patente, pistas que llevaron hacia José Gaete, quien ya tenía antecedentes por un ataque contra joven que logró escapar.
Confrontado a la evidencia, José Gaete confesó el crimen, pero aún no revela los motivos. Sólo dijo al fiscal y la policía que se puso nervioso cuando la víctima comenzó a gritar y que por eso la mató. Sin embargo, aún no está claro si la muerte se produjo por el estrangulamiento o por los golpes y si la violó, para lo cual es fundamental la autopsia.
Cuando el fiscal Suárez tenga los resultados de estos peritajes, resolverá si reformaliza a Gaete por un delito más grave. El tribunal dio un plazo de investigación de 150 días. Los restos de la cabo Orellana, muy querida en el regimiento, será sepultada en Lota, su ciudad natal.
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Aton Chile