"Si no se afirma en la rueda de la silla, la niña muere aplastada", señaló Eduardo Silva, abuelo de los dos niños que debieron ser rescatados desde los escombros.
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Eduardo Silva, abuelo de los dos niños que fueron rescatados desde los escombros que dejó el derrumbe de la vivienda que habitaban en Valparaíso, relató cómo se gestó el rescate de la pequeña de siete años, quien resultó con fracturas y una costilla rota.
En primer lugar, cabe señalar que ambos menores de edad se encuentra fuera de riesgo de vital, que el pequeño fue dado de alta y que su hermana se encuentra en observaciones en el hospital Carlos van Buren, debido a las lesiones con las que resultó producto de la emergencia.
En ese sentido, la menor permaneció durante minutos bajo los escombros que dejó la tragedia, momento en que Eduardo Silva llegó al lugar en busca de sus familiares.
"Empecé a escuchar que decían que habían niños gritando, que había una nña chica entre los escombros, así que empecé a gritar por su nombre para ver si era ella. Le grito y me empezó a llamar, me acerqué de patudo y me puse a su lado, le tomé la mano, le pedí que tuviera fuerza y le dije que la íbamos a sacar", comenzó su relato el abuelo de la menor.
También indicó que ella estuvo consciente en todo momento y que a pesar de lo ocurrido, se encontraba tranquila. "Nosotros temíamos que el muro se nos cayera encima, lo mirábamos asustados. Era complicado en el momento para todas las personas que estábamos ahí", agregó.
"Cuando subí, estaba ella debajo, con la pura cabeza afuera, tenía tierra en la cara", agregó.
Fue en este momento cuando comentó una situación calificada de "milagrosa": su ex suegra tenía una silla de ruedas, la que no solía utilizar. "Cuando subieron la gata, pudieron sacar a la niña. Luego sacan la silla de rueda y en ese instante se cayó el muro. Fue un milagro", indicó.
"La silla no la estaban ocupando, es nueva, pero apareció en ese lugar. Si no se afirma en la rueda de la silla, la niña muere aplastada. Yo cuando la vi le tomé la mano y le pedí que tuviera fuerza y ella me apretaba y me decía que sí", dijo aún sorprendido el abuelo de los menores lesionados.
Por último, sostuvo que "no he dormido nada, tengo que ir a la Fiscalía a acompañar a mi hijo y luego tengo que ir a la posta a ver a mis nietos".
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