Legisladora socialista indicó que "la invitación o incitación es a trabajar los temas que nos pueden convocar y abandonar la lógica de las trincheras".
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Columna de opinión: Isabel Allende, senadora PS por la región de Valparaíso.
En tiempos en los que a diario se suscitan temas en la agenda nacional que no parecen estar en sintonía la mayoría de las veces con las realidades de las regiones, en las que la política contingente, la tele política y los focos de las noticias parecen estar más preocupados de pequeñas rencillas, cabe preguntarse “¿qué es lo que a los distintos actores públicos y privados de nuestro territorio pueden hacerlos converger en un solo discurso, preocupación y trabajo?”.
Aquí, y lejos de querer hacer una pauta estricta, creemos que tanto en las ultimas elecciones de alcaldes y concejales, así como también en las de Gobernador Regional, hubo en términos programáticos, elementos o grandes temas que pueden resumirse en los que en esta columna planteamos.
El primero de ellos y el más urgente es sin duda la crisis hídrica que vivimos. La escasez de lluvias, y la imposibilidad de poder almacenar lo poco que hasta ahora ha precipitado es una realidad de la que debemos hacernos cargo desde los instrumentos que hoy existen, sin embargo, y de igual manera debemos abordar de una vez por todas la inequidad en la distribución de este vital recurso, y de las dificultades que la mala gestión en materia hídrica nos ha traído, convirtiéndonos en actores de un modelo que privilegia la acumulación de derechos para la realización de actividades productivas, versus la realidad de sectores de nuestra región que deben consumir agua de camiones aljibe.
En el Senado hemos dado un paso importante al aprobar las modificaciones al actual Código de Aguas, con miras a reforzar el carácter de bien de uso público y de acuerdo a los nuevos desafíos del cambio climático, pero también debemos confiar en el trabajo de fondo que la Convención Constitucional hará a este respecto. En el intertanto los actores públicos con competencias, y por cierto y tan importantes como estos, los actores privados, deben ser capaces de aunar voluntades con miras a democratizar y asegurar el acceso al agua para todos, considerando que el mercado o el sistema que se ha generado en torno a las aguas tiene grandes desviaciones que favorecen solo a aquellos con mayor poder económico.
De igual forma y como un segundo elemento unificador de voluntades, planteamos abordar la crisis habitacional de nuestra zona. En efecto y aunque no es un tema nuevo, hoy varios actores públicos y privados coinciden en la necesidad de avanzar con mas celeridad y eficacia en las políticas públicas que buscan suplir la gran demanda que existe por una vivienda en nuestra región. Según el informe Techo-Chile y la Fundación Vivienda, son 23.843 los grupos familiares que viven en 225 campamentos en la Región. Viña del Mar registra 83 campamentos, y Valparaíso 59. Comunas como San Antonio, Quilpué y Villa Alemana también muestran aumentos.
Trabajar alternativas más rápidas para quienes durante muchos años deben esperar y postular a los programas regulares del estado, y por supuesto abordar desde un enfoque integral la realidad de las personas que viven en campamentos, con respuestas que no solo deben nacer del ministerio a cargo, sino también deben lograrse con participación de los municipios, y sobre todo de las organizaciones comunitarias. Postulamos entonces una nueva política de vivienda que ponga en el centro del trabajo, no una meta sino la acumulación de voluntades, experiencias y el aporte de los actores locales.
En un tercer propósito, debemos reactivar nuestra economía regional. Valparaíso la Capital debe potenciarse a partir de proyectos e inversión pública, para abandonar el lamentable escenario en el que se encuentra, no a partir del estallido social, como se ha dicho, sino como consecuencia del abandono del Estado. Recordamos aquí el anuncio del Presidente de la República de implementar un gran plan de desarrollo para la región, pero lo cierto es que los avances en las distintas áreas comprometidas están lejos de cumplirse.
El tren rápido entre Santiago y Valparaíso respecto del cual hay demasiado hermetismo que nos lleva a concluir que no avanza; la puesta en marcha de los ascensores de nuestro “Puerto” que tanto ha demorado, tan necesarios para las vecinas y vecinos de los cerros, pero también un gran atractivo en una zona eminentemente turística que requiere mayor y mejor inversión estatal. Son temas pendientes y urgentes.
Necesitamos que desde la región se puedan priorizar recursos, junto a las nuevas autoridades electas y así lo defenderemos en la discusión que ya se avecina del presupuesto para la nación
Debemos inyectar recursos frescos en las MiPymes regionales que han debido afrontar la crisis provocada por la pandemia con recursos propios y con escasos aportes estatales; también tenemos que ser capaces de salir de los dos dígitos de cesantía a partir de políticas innovadoras que abandonen las lógicas de siempre, de los subsidios o concursos que en épocas excepcionales como las que vivimos no han surtido efectos.
Finalmente, la invitación o incitación es a trabajar los temas que nos pueden convocar y abandonar la lógica de las trincheras que no nos sirven en los tiempos de cambios que vive nuestro país y que la ciudadanía demanda.
PURANOTICIA
