Más de 1.200 trabajadores quedaron cesantes de la noche a la mañana afectando a más de 5 mil personas en la Región de Valparaíso.
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Hace unos días en medio del inicio del mundial y de la filtración de una reunión política de un partido de Gobierno en la misma Región de Valparaíso, más de cinco mil personas veían afectado su futuro, la empresa danesa Maersk, ubicada en San Antonio, anunciaba el cierre de su planta dejando a más de 1.200 trabajadores cesantes de la noche a la mañana. ¿Qué pasó?.
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Todo comenzó el año 2010, la filial en China de la empresa danesa Maersk informaba a su casa matriz que había que aumentar la producción de contenedores debido a la alta demanda existente, en ese momento en Chile comienza a gestarse un antiguo anhelo, construir una fábrica de este tipo en el país.
Los ejecutivos de la filial chilena mueven rápidamente los hilos y después de un largo trabajo de unos dos años logran que la empresa matriz apruebe una inversión de 200 millones de dólares para construir la planta más moderna de su tipo de Sudamérica, en suelo chileno, en la región de Valparaíso, y así parte Maersk San Antonio.
La noticia no podía ser mejor para San Antonio y la región, no solo daría empleo, sino que además generaría toda una red de colaboradores y proveedores locales que generarían una sinergia optima para el desarrollo económico de la región, una de las que tiene las tasas de cesantía más altas del país.
La fábrica estimó una inversión de 200 millones de dólares, sus metas eran alcanzar la producción de 40 mil containers refrigerados y unas 30 mil maquinas de refrigeración de containers, claramente Chile se convertiría en el primer fabricante y proveedor de este tipo a nivel de toda América Latina, pero todo se derrumbó.
CORFO
De la mano de Eduardo Bitrán de Corfo, el mismo que hizo el acuerdo con SQM que hoy tiene de vuelta a Ponce Lerou a la empresa que financió a la política chilena por años, firmó un acuerdo con la empresa danesa con el fin de facilitar la generación de un polo de desarrollo de proveedores industriales de estándar internacional y con proyección global en torno a las operaciones en Chile, en sencillo, Corfo debería entregar una red de apoyo a pequeños industriales que sirvieran de proveedores a lo que sería la mayor empresa de containers de América Latina y en ese minuto la tercera del mundo.
El 21 de enero del 2015 se firmó el acuerdo entre Corfo, siendo Bitran el firmante y Brian Nielsen, gerente general de la planta en San Antonio, también participó el Ministro de Economía de la época, Luis Céspedes quien destacó tras la firma del acuerdo "la capacidad de desarrollar una industria de proveedores moderna, eficiente y tecnológicamente avanzada, que sirva a las necesidades de esta empresa y desarrolle a su vez cadenas de valor que extiendan los beneficios a otros sectores y otras empresas, especialmente pequeñas y medianas", según cuenta el portal mundomaritimo.cl
El gerente de Maersk San Antonio tras el acuerdo con Corfo dijo en su oportunidad que "Maersk Container Industry (MCIS) San Antonio celebra esta alianza con Corfo y confirma su genuina y fuerte confianza en que éste será un poderoso mecanismo para apoyar la puesta en marcha de una cadena de suministros sostenible y competitiva para nuestra empresa, basada en el desarrollo de proveedores locales, de manera que lleguen a ser una alternativa real a nuestra actual cadena de suministros dependiente de Asia".
Pero la empresa ha entregado algunos detalles no menores que podrían dar indicios de lo que mató a la gallina de los huevos de oro de San Antonio, ya con tres años operando la empresa estaba obligada a importar cerca del 90% de los insumos necesarios para operar ante la nefasta colaboración de Corfo debido a que no existían proveedores locales calificados para hacer esas compras en el país, en definitiva el acuerdo fracasó.
EL MERCADO
Otra de las razones que podría haber matado la gallina de los huevos de oro es el mercado, al dar luz verde al proyecto de la fábrica de contenedores en San Antonio, solo había otras dos fabricas de este tipo en el mundo, las dos estaban en China y una de ellas era operada por la misma danesa, todo indicaba que iba a funcionar bien.
Pero al depender de que los suministros vinieran de Asia en un 90% y ante la falta de proveedores chilenos, los costos de importación subieron considerablemente, sobre todo con las últimas alzas del dólar.
Sumado a eso, en China aparecieron cuatro nuevos fabricantes lo que sí encontraron los proveedores idóneos, no como en Chile, pese al acuerdo de Corfo, por tanto la rentabilidad ya bajaba con creces.
A UN AÑO DE SU INAUGURACIÓN LOS TRABAJADORES SE MOVILIZAN
A mediados del 2015 comienzan a ser fabricados los primeros contenedores en Santiago, la inversión de 200 millones de dólares de la empresa danesa, el compromiso de Corfo de armar una red de proveedores idóneos y un mercado en alza que requería de mayor cantidad de contenedores era la combinación ideal para un excelente polo de trabajo y producción para la alicaída región de Valparaíso.
Pero el año 2016 los más de 1.200 trabajadores de la planta, a solo un año de iniciar sus trabajos, comienzan a movilizarse exigiendo mejoras salariales y nuevos beneficios.
En redes sociales han aparecido las versiones que fueron asesorados directamente por la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) e inclusive el propio Partido Comunista, lo cierto es que a esas alturas la planta a meses de haber abiertos sus puertas estaba recién en puesta en marcha, solo se habían producido cerca de 1.500 contenedores y era impresentable aumentar los costos, sobre todo teniendo en cuenta que era un negocio a largo plazo y que estaba generando una alta dosis de empleos directos e indirectos.
Un año más tarde, en el 2017 los trabajadores se movilizan nuevamente solicitando mejoras salariales además de exigir beneficios como escolaridad gratis para todos los hijos, bonos de producción, etc, el petitorio en esa movilización tenía más de 40 exigencias como cuenta medios locales de la época.
A diferencia de lo hecho el 2016, a dos años de inaugurada la planta las movilizaciones se endurecen, ahora con dirigentes de la CUT en terreno votan la huelga y paralizan la planta por más de 30 días.
Los disturbios en San Antonio aún se recuerdan, se cierran las calles, inclusive cuentan que le queman el auto al gerente comercial de la planta, prenden neumáticos en diferentes puntos de la ciudad, bloquean caminos y se enfrentan con carabineros, registro que se puede apreciar en diferentes vídeos subidos a Youtube.
Producto de esta huelga varios clientes chilenos y extranjeros cancelan pedidos y contratan contenedores refrigerados en otras empresas, mermando a Mersk que en su segundo año esperaba comenzar a consolidar su plan de transformarse en la mayor planta de contendedores de América Latina.
En abril de este año 2018, se conoce que nuevamente los trabajadores comienzan movilizarse y a elaborar un nuevo pliego de peticiones.
Finalmente el 14 de Junio del 2018 el gerente general de Maersk cita a todos los trabajadores en un gimnasio de la zona, y en una corta intervención de solo cinco minutos les comunica que la planta se cierra.
En total, 200 millones de dólares de inversión a la basura, la posibilidad de armar una red de proveedores de microempresarios chilenos apoyados por Corfo y por ende de cientos de trabajos indirectos totalmente perdido, sin contar la cantidad de recursos estatales que se gastó en ese plan que claramente no funcionó y lo que es peor 1.200 trabajadores y por ende más de 5 mil familias quedando a la deriva en una zona cuya cesantía se calcula podría llegar inclusive al 15% tras el cierre de esta planta. Lo cierto es que se mató a la gallina de los huevos de oro.
PURANOTICIA
