El mandatario apuntó que "desde el 18 de octubre no he dejado de trabajar ni un solo día, en jornadas muy intensas... Estamos golpeados, pero el barco sigue navegando y tiene puerto de destino. No vamos a bajar los brazos".
El Presidente de la República, Sebastián Piñera, repasó el último año de su mandato, desde el estallido social del 18 de octubre de 2019, y lo calificó como "el año más difícil" de su vida.
"Extraordinariamente duro y difícil, también en lo personal y familiar. Ha sido el año más difícil de mi vida, pero -y agradezco a Dios que me dio algunas fortalezas- tengo una salud hasta ahora de fierro, una resiliencia", confesó en una entrevista que concedió al diario El Mercurio.
El mandatario apuntó que "desde el 18 de octubre no he dejado de trabajar ni un solo día, en jornadas muy intensas... Estamos golpeados, pero el barco sigue navegando y tiene puerto de destino. No vamos a bajar los brazos".
Consultado por la tesis que plantea que el 18 octubre hubo un golpe de Estado encubierto y que poder pasó del Presidente al Congreso, Piñera retrucó: "Estoy en total desacuerdo. No hubo un golpe de Estado el 18 de octubre. Si alguien lo intentó, no tengo cómo saberlo. El 18 pasó una ola de violencia brutal que causó daño al cuerpo y al alma de nuestro país y que hemos combatido con todos los instrumentos que nos obliga la ley, pero dentro del estado de derecho".
Desde lo emocional, dice que si bien el 18 octubre del 2019 fue duro "tengo una gran resistencia física y emocional, muchas veces me toca actuar de psicólogo de algunos ministros que vienen quebrados a contar sus dificultades. Ha sido un año extraordinariamente duro, pero nunca me he quebrado, nunca he dejado de asumir mis responsabilidades, nunca he dejado de levantarme temprano en la mañana. A veces me acuesto en las noches cansado como perro".
Luego, se preguntó: "¿Qué hizo que en septiembre de 2019 tuviéramos las Fiestar Patrias más tranquilas y pacíficas? Tres millones de chilenos salieron de sus hogares, con menos accidentes de tránsito, mayor consumo y, al poco tiempo, ese mismo país y esa misma gente entra en la dinámica que se produce después del 18 de octubre".
También lamentó las críticas que recibe su familia: "La gente es muy cruel y muy malvada, porque los hacen sufrir, siendo que son totalmente inocentes".
Sobre el aplastante triunfo del Apruebo en el plebiscito, Piñera respondió que "hay mucha gente que quiere apropiarse de lo que no le pertenece: el triunfo del Apruebo fue de la ciudadanía, del 80% de los chilenos".
También se refirió a la opción de indultar a los detenidos por el estallido social, como planteó Benito Baranda, y al respaldo que ha dado el Gobierno al cuestionado general director de Carabineros, Mario Rozas.
Sobre los indultos, expresó: "En Chile no hay presos políticos (...) Ha sido muy mala la idea de indultos o liberar, eso sería pasar por encima de los tribunales de justicia. Indultar a violentistas que quemaron el metro, iglesias u hospitales es una muy mala señal".
En cuanto a la crisis de la policía uniformada, planteó que "hay un grupo que quiere convencer a los chilenos de que Carabineros es una máquina de cometer abusos y atropellos, eso no es verdad. Me consta que el general Rozas ha hecho todos los esfuerzos para lograr compatibilizar la protección del orden público y la seguridad ciudadaba en medio de hechos de brutal violencia".
Finalmente, Piñera hizo saber cómo le gustaría ser recordado. "Espero que cuando se escriba la historia, con más serenidad, objetividad y más respeto por la verdad, se diga que enfrentamos la peor crisis política en muchas décadas en Chile y que supumos encauzarla por la vía democrática, institucional y pacífica, por por la violencia. Que enfrentamos la peor crisis económica desde 1929 y la economía chilena supo ponerse de pue, y que supimos enfrentar la peor pandemia sanitaria del último siglo con decisión".
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