"Debo haber tenido 5 años la primera vez que me abusó en el campamento" así comienza el macabro relato, la atleta nacional.
A 34 días del comienzo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, y que tendrá a la corredora Erika Olivera como la flamante abanderada de Chile en la inauguración del certamen deportivo, reveló un impactante experiencia que sufrió cuando era niña: fue abusada por su padrastro.
En una extensa entrevista con la revista "Sábado" de El Mercurio, Olivera detalló todos esos años de silencio y represión que sufrió en su niñez.
"Debo haber tenido 5 años la primera vez que me abusó en el campamento. El dormitorio estaba empapelado con un papel mural rojo tipo kraft, él mismo lo había forrado. Él empezó mostrándomelo como un juego, con caricias y después fue avanzando. Esa primera vez no entendí lo que pasó, era una niña, no cachaba nada".
"Él siempre decía que eso nadie lo tenía que saber. Pasó varias veces más y después nos fuimos a Puente Alto. Yo estaba feliz. Creía que al irnos a una casa sólida, con más vecinos, eso se iba a acabar. Pero ahí siguió peor".
"A veces, en la noche, él iba al dormitorio nuestro y ahí molestaba un poco, me tocaba cuando estaban mis hermanos. Pero generalmente las cosas se daban en el día, cuando mi mamá no estaba, porque él no trabajaba o lo hacía en turnos como inspector de micros. Después, mi mamá llegaba en la noche y yo había estado llorando todo el día. Me demoré en contarle".
Pasaron los años y Erika Olivera tuvo que callar esta horrible realidad, ante su familia y los medios de comunicación. "He tenido que dar muchas entrevistas este año y en todas seguir mintiendo, repitiendo una historia que no es cierta, poniendo la cara. Dan ganas de decirle: hueón, no me pregunten más por mi familia No puedo hacer justicia con mis manos, tampoco judicialmente. La única manera de hacer justicia que me queda es contar la verdad. Los secretos pesan mucho", cuenta.
Dos días después de que la atleta haya sido designada para ser la abanderada de Chile en Río 2016, fue al cuartel de la PDI en Recoleta para estampar la dolorosa denuncia.
PURANOTICIA