Ese incremento mensual de la inflación subyacente fue el mayor desde enero de 2013, de acuerdo con el informe del Gobierno.
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El índice de precios al consumo (IPC) en Estados Unidos subió un 0,1 % en abril y sumó su tercer incremento consecutivo, pero la inflación interanual acumulada quedó en terreno negativo (-0,2 %) a causa del prolongado descenso de los costes de la energía, informó hoy el Departamento de Trabajo.
El dato más positivo de abril, sobre todo de cara a la esperada subida de tipos de interés de la Reserva Federal (Fed, banco central), fue el aumento del 0,3 % de la inflación subyacente, que excluye los precios de la alimentación y la energía.
Ese incremento mensual de la inflación subyacente fue el mayor desde enero de 2013, de acuerdo con el informe del Gobierno.
La leve subida del IPC en abril, un mes en el que los precios de la energía cayeron un 1,3 % y los de los alimentos se mantuvieron estables, siguió a incrementos del 0,2 % registrados en febrero y marzo tras la reducción del 0,7 % experimentada en enero.
En cuanto al avance de la inflación subyacente en abril, se debió fundamentalmente a la subida de los precios de la atención médica (0,7 %), que registraron su mayor incremento desde 2007, y de la vivienda (0,3 %).
Los salarios por hora ajustados a la inflación se mantuvieron estables el mes pasado, en 10,54 dólares, y en los últimos 12 meses han avanzado un 2,3 %.
La tasa de inflación interanual quedó en abril en negativo (-0,2 %), reflejo de la caída continuada de los precios de la energía en los últimos meses, pero la subyacente se ubicó en 1,8 %, igual que en marzo y próxima a la meta del 2 % marcada por la Fed.
El banco central estadounidense ha mostrado su preocupación porque la inflación se mantiene por debajo de esa meta anual.
Pero la Fed también cree que el descenso global de los precios del petróleo, una de las principales causas de la baja inflación en EE.UU., es coyuntural y se corregirá, lo que puede permitir este año la primera subida de tipos de interés desde 2008.
Según las actas de la reunión de abril del Comité de Mercado Abierto de la Fed, publicadas esta semana, el banco central ve "improbable" que los datos macroeconómicos permitan anunciar esa esperada subida en su encuentro de mediados de junio.
En esa reunión, "la mayoría de los miembros consideraron que es poco probable que los datos disponibles en junio vayan a proveer información suficiente para confirmar que se dan las condiciones" para subir los tipos, que se encuentran entre el 0 % y el 0,25 % desde 2008.
Mientras, en un discurso que ofreció hoy en Providence, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, dijo que será "apropiado" adoptar una subida de los tipos "en algún momento este año" si la economía continúa mejorando.
Sin embargo, para "apoyar" esa subida de tipos, "necesitaré ver una mejora continuada en las condiciones del mercado laboral y estar razonablemente segura de que la inflación (anual) volverá al 2 por ciento a medio plazo", matizó Yellen.
Cuando se produzca, la "normalización" monetaria "probablemente será gradual", sostuvo también al remarcar que la economía estadounidense aún enfrenta "vientos en contra" y el "ritmo de mejora es altamente incierto".
Entre esos "vientos en contra", la presidenta de la Fed mencionó la ralentización del crecimiento en China y en economías emergentes, algo que "ha hecho mella" en las exportaciones estadounidenses.
De acuerdo con Paul Ashworth, economista jefe para EE.UU. de la firma Capital Economics, lo "más probable" es que el anuncio de la subida de tipos se haga en septiembre, dado que los últimos indicadores sugieren que el crecimiento de los salarios y la inflación subyacente se están acelerando.
pn/fg
EFE.
