Mandatario colombiano asegura que también les brindará seguridad a los guerrilleros.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aseguró este jueves que su gobierno le dará garantías para participar en la política a los miembros de la guerrilla de las FARC que dejen las armas y firmen un acuerdo de paz.
Santos hizo el pronunciamiento a raíz de un comunicado divulgado en La Habana por la delegación negociadora de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que reiteró su disposición a dejar las armas y hacer política, pero reclamó garantías.
"Reafirmamos nuestra decisión de hacer dejación de las armas pero antes deben tomarse medidas para impedir que tengamos que contemplar impasibles cómo vuelve a producirse en Colombia el exterminio de una fuerza política nacida de un acuerdo de paz", dijo Rodrigo Granda, alias "Ricardo Téllez".
En respuesta, Santos dijo desde una guarnición militar, donde las tropas reconocieron a los nuevos comandantes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, que las autoridades colombianas brindarán seguridad a los guerrilleros que se desmovilicen.
"Esta mañana un vocero de las FARC decía que reafirmaban su decisión de hacer dejación de las armas, pero que pedían las garantías. Yo les digo que efectivamente les daremos todas las garantías. ¿Quién los va a cuidar?, pues aquí están nuestras Fuerzas Armadas", dijo el jefe de Estado.
Al referirse a un "exterminio de una fuerza política nacida de un acuerdo de paz", Granda recordaba lo ocurrido con la Unión Patriótica (UP), un partido político que surgió del fracasado proceso de paz entre las FARC y el gobierno del presidente Belisario Betancur (1982-1986).
Dicha negociación avanzó a una tregua bilateral y a la creación de la UP, pero ese partido de izquierda perdió a cerca de 5.000 miembros por asesinatos cometidos por grupos paramilitares.
"Queremos convertirnos en una organización política abierta con derecho a pensar y disentir, actuando sin la zozobra de las amenazas, la persecución y la muerte. Proponemos acordar a la mayor brevedad un mecanismo que garantice la no repetición del paramilitarismo, el esclarecimiento de dicho fenómeno y su desaparición efectiva", dijo Granda.
Santos expresó que en este proceso de paz no ocurrirá eso y agregó que las Fuerzas Armadas son las encargadas de garantizar "a todos los colombianos su derecho a disentir, a hacer política", aunque les advirtió a las FARC que esas actividades se deben hacer "sin armas".
Asimismo, Santos insistió en que los negociadores deben llegar pronto a un acuerdo de cese del fuego bilateral, que debe ser definitivo y no temporal.
"El cese el fuego bilateral y definitivo, que está dentro de los acuerdos generales como objetivo, lo debemos negociar a la mayor brevedad posible pero con todo lo que eso implica", dijo Santos en referencia a que eso significa el final del conflicto.
El mandatario también señaló que "el tiempo empieza a jugar en contra del proceso", pues se advierte una pérdida de confianza y apoyo al proceso de paz por la ofensiva lanzada por las FARC en mayo y porque las negociaciones arrancaron a finales de 2012.
"Entre más pasa tiempo, menos creen los colombianos. Hoy no avanzar es retroceder y se lo hemos dicho a los señores de las FARC. La única forma es poder recuperar esa confianza fundamentalmente para lograr la paz, porque una paz sin el apoyo de los colombianos es imposible, y eso solo se da con hechos y avances específicos", dijo.
Las FARC anunciaron este miércoles que entre el 20 de julio y el 20 de agosto cumplirán un cese del fuego unilateral para "generar condiciones favorables para avanzar con la contraparte en la concreción del cese al fuego bilateral y definitivo".
Santos valoró ese gesto, aunque lo calificó de "insuficiente", pues el gobierno cree que las negociaciones se deben acelerar para que el alto el fuego sea definitivo.
Las FARC habían declarado un cese del fuego unilateral e indefinido desde diciembre, pero lo levantaron en mayo a raíz de bombardeos que dejaron ese mes más de 40 guerrilleros muertos.
El gobierno había ordenado a la Fuerza Aérea suspender los bombardeos, pero levantó esa medida por un ataque guerrillero que dejó 11 militares muertos en abril, cuando las FARC aún mantenían el compromiso de alto el fuego.
Desde entonces los ataques guerrilleros se han dirigido principalmente contra la infraestructura eléctrica y petrolera, lo que ha provocado el derrame de crudo en arroyos y ríos.
Pn/ci
DPA