"Si un gobierno se acostumbra a tratar a las personas de manera diferente, estos hábitos pueden extenderse. Como afroamericano soy muy consciente de los problemas de desigualdad", afirmó Obama en una rueda de prensa conjuna en la Casa del Estado, sede de la presidencia keniana.
El presidente estadounidense, Barack Obama, destacó hoy el dinamismo del continente africano al inicio de su agenda oficial en Kenia, pero también criticó la política de discriminación contra los homosexuales y la corrupción endémica en ese país.
"Creo en el principio de tratar a las personas por igual bajo la ley y que el Estado no debe discriminar en base a su orientación sexual", dijo Obama tras una reunión que mantuvo a puertas cerradas con el presidente keniano Uhuru Kenyatta.
"La idea de que se los trate de manera diferente debido a lo que creen o a quienes amen está mal. La idea de que van a ser maltratados porque son distintos es simplemente errónea", enfatizó Obama.
En Kenia, al igual que en muchos países africanos, la homosexualidad es punible con hasta 14 años de prisión.
"Si un gobierno se acostumbra a tratar a las personas de manera diferente, estos hábitos pueden extenderse. Como afroamericano soy muy consciente de los problemas de desigualdad", afirmó Obama en una rueda de prensa conjuna en la Casa del Estado, sede de la presidencia keniana.
Por su parte, Kenyatta dijo que "el tema de los derechos de los homosexuales no son un problema para los kenianos". "Aquí hay algunas cosas que nuestra cultura, nuestra sociedad no acepten", señaló el presidente.
Ambos mandatarios también abordaron temas de seguridad regional. Obama dijo que Estados Unidos espera ver "buenos resultados" en la lucha contra las amenazas terroristas islamistas. "África está en movimiento. Lo que sucede en África afecta al mundo", enfatizó el mandatario estadounidense.
Hemos acordado incrementar el intercambio de inteligencia y la identificación de las amenazas antes de que sucedan, dijo Obama, en relación a la cooperación que ya existe entre ambos países para hacer frente a los ataques del grupo islamista somalí Al Shabaab.
"Hemos sido capaces de disminuir su control efectivo dentro de Somalia y debilitar las redes que operan aquí en el este de África. Pero eso no significa que el problema está resuelto", añadió Obama, quien al mismo tiempo elogió a Kenia por controlar las tensiones étnicas, en referencia a la violencia registrada durante las elecciones de 2007 en la que murieron más de 1.000 personas.
Se espera que las conversaciones que mantuvieron este sábado ambos mandatarios sean el relanzamiento de las relaciones bilaterales después de que Washington se opusiera a la candidatura de Kenyatta en 2013, quien enfrentaba cargos ante la Corte Penal Internacional (CPI) en LA Haya por crímenes contra la humanidad. Sin embargo, el proceso fue anulado después de que la fiscal jefe, Fatou Bensouda, retirara el año pasado la acusación ante la CPI.
Previamente, en un discurso pronunciado ante empresarios Obama destacó el rol de África como "una de las regiones de más rápido crecimiento en el mundo", aunque reconoció que el acceso al capital sigue siendo difícil para muchos empresarios africanos.
"Este sigue siendo un mercado desatendido, el acceso al capital sigue siendo muy difícil para los emprendedores", señaló el mandatario ante la Global Entrepreneurship Summit (GES), una cumbre empresarial con más de 1.000 participantes de más de 120 países.
Obama destacó a Kenia como modelo y también subrayó el mayor papel que hay que dar a las mujeres en el proceso.
Kenyatta a su vez dijo que espera que la visita de Obama ayude a cambiar la imagen de un África dominada por la pobreza, la guerra civil y el terrorismo.
"Que sepan que África está abierta y lista para los negocios", señaló el presidente keniano. "Hemos abrazado verdaderamente al sector privado" destacó.
"La historia de desesperación y humillación nunca fue verdad", declaró Kenyatta. "Estamos decididos e irreversiblemente unidos al progreso", añadió, y subrayó que una nueva generación de africanos tiene que hacerse fuerte a favor del bienestar.
Kenia, el país con la mayor economía de África oriental, espera un 6,5 por ciento de crecimiento para este año. Sin embargo, los reiterados atentados cometidos por la milicia islamista Al Shabaab, con cientos de muertos, han asustado a los inversores en un país que depende del impulso de la industria turística.
A ello se suma el grave problema de la corrupción. En una lista de 175 países elaborada por Transparencia Internacional, Kenia quedó en el puesto 145.
La corrupción "puede ser el mayor impedimento para un crecimiento aún más rápido y para que los kenianos tengan mayores oportunidades", advirtió Obama. "Se va a requerir algunos procesamientos visibles", añadió.
Estados Unidos espera conseguir con amplias inversiones no sólo apoyar al país en temas humanitarios y de seguridad, sino también atraer a las empresas estadounidense a la región. Washington quiere hacer así contrapeso a la importante presencia de China en Kenia, que ya financia grandes obras de infraestructura. Con 45 millones de habitantes el país es uno de los más poblados del continente.
Después de su discurso en la GES, Obama se reunió con representantes de la que fuera la mayor embajada estadounidense en África, blanco de un atentado en 1998 que dejó más de 200 muertos. Luego se reunirá con Kenyatta y por la noche hay prevista una cena de gala en la que estarán presentes asimismo parientes kenianos de Obama.
Obama, cuyo padre nació en Kenia, entusiasmó al público al iniciar su discurso en swahili. "¡Jambo!" (Hola), saludó a la audiencia de la GES. "Niaje Wasee, hawayuni" (¿Cómo están?). "Es maravilloso volver a estar en Kenia", agregó luego, en inglés.
"Es un lugar que amo y (el viaje) me da la oportunidad de encontrar a viejos amigos y encontrar nuevos", dijo Obama.
El viernes por la noche el presidente ya cenó con decenas de familiares en su hotel, entre ellos su hermanastra Auma y Sarah Obama, segunda esposa de su abuelo.
El domingo el mandatario se trasladará a Adís Abeba, Etiopía, la segunda estación de su gira africana de cuatro días, que acaba el martes.
Pn/ci
DPA