En 1936, Arturo Uslar Pietri señaló que su país se convertiría en uno "improductivo y ocioso, un inmenso parásito del petróleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora, y abocado a una catástrofe inminente e inevitable".
Tenía 30 años y ante sus ojos claros y grandes había un país que se estaba transformando dramáticamente.
En 1936, Arturo Uslar Pietri tenía una inquietud y parecía angustiarle:
"Esta gran proporción de riqueza de origen destructivo crecerá sin duda alguna el día en que los impuestos mineros se hagan más justos y remunerativos, hasta acercarse al sueño suicida de algunos ingenuos que ven cómo el ideal de la hacienda venezolana de llegar a pagar la totalidad del Presupuesto con la sola renta de minas, lo que habría de traducir más simplemente así: llegar a hacer de Venezuela un país improductivo y ocioso, un inmenso parásito del petróleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora y abocado a una catástrofe inminente e inevitable".
Ese es uno de los fragmentos del editorial que el intelectual venezolano escribió ese año y que tituló: «Sembrar el petróleo».
Se trata de una frase que ha acompañado a varias generaciones de venezolanos.
Las interpretaciones de ese texto son diversas: para muchos es simplemente una reflexión personal sobre el momento histórico que vivía el país, mientras que para otros va más allá.
"Es una profecía autocumplida", señaló en 2016 José Rafael Revenga, amigo de Uslar Pietri, estudioso de su obra y filósofo venezolano.
Antonio Ecarri, presidente de la Fundación Casa Arturo Uslar Pietri, tiene una opinión similar y añade:
"Más que una profecía, 'Sembrar el petróleo' se convirtió en la gran tarea inconclusa de los venezolanos", le dice a BBC Mundo.
"Y eso lamentablemente nos tiene hoy como el peor ejemplo de la región en cuanto a desarrollo económico y pobreza".
Arturo Uslar Pietri es una de las plumas más brillantes de la literatura venezolana.
Fue autor de «Las lanzas coloradas», «El camino de El Dorado», «Oficio de difuntos», «La isla de Robinson», «De una a otra Venezuela», entre otras obras.
Escribió decenas de ensayos, cuentos, poesías y obras de teatro. Fue uno de los pioneros del realismo mágico.
Ganó varios premios literarios, entre ellos, el Príncipe de Asturias de Las Letras y el Rómulo Gallegos.
Fue abogado, periodista, filósofo, político, senador, ministro, pero quizás muchos venezolanos lo recuerdan más por sus programas de televisión, en los cuales enseñaba historia.
Se le considera uno de los intelectuales más importantes de Venezuela del siglo XX.
En 1958, durante el régimen de facto de Marcos Pérez Jiménez fue detenido por firmar un "manifiesto contra la dictadura" y en 1963 se lanzó a la presidencia, pero sin éxito.
De hecho, tras su muerte en 2001, el obituario del diario británico The Guardian lo recordó como "posiblemente el mejor presidente que Venezuela nunca tuvo".
El autor de ese artículo, Phil Gunson, lo llamó: "El escritor que fue la conciencia nacional de Venezuela".
En 1997, Uslar Pietri llegó a decir:
"Si en este momento, por azar infortunado del destino, los precios del petróleo bajaran de una manera importante en el mercado mundial, Venezuela sería un caso para la Cruz Roja Internacional. Aquí vendrían a repartir sopas en las esquinas".
Cuando Uslar Pietri escribió el editorial que salió publicado en el diario Ahora, Venezuela estaba en el proceso de pasar de ser un país rural a uno petrolero.
"Uslar Pietri fue una voz más entre un grupo de intelectuales que expresaba sus inquietudes sobre los retos del país que estaba saliendo (del régimen autoritario) de Juan Vicente Gómez", le dice a BBC Mundo Edgardo Mondolfi Gudat, viceprimer director de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela.
"En ese momento el petróleo no tiene un rol central en la economía del país, es una actividad periférica".
Lo significativo de ese editorial, reflexiona el historiador, es que pone de manifiesto "que los venezolanos en ese momento no sabían lo que era el petróleo, no sabían los alcances del petróleo ni sus posibilidades futuras, ni su finitud o infinitud como recurso".
Uslar Pietri planteaba en su escrito que esa riqueza era "limitada" y que el ingreso petrolero era algo transitorio que debía invertirse en actividades no petroleras:
"Urge aprovechar la riqueza transitoria de la actual economía destructiva para crear las bases sanas y amplias y coordinadas de esa futura economía progresiva que será nuestra verdadera acta de independencia. Es menester sacar la mayor renta de las minas para invertirla totalmente en ayudas, facilidades y estímulos a la agricultura, la cría y las industrias nacionales".
Cuando se cumplieron 80 años de la aparición del editorial, la Fundación Casa Arturo Uslar Pietri publicó una entrevista con Revenga en la que reflexionaba sobre cómo el planteamiento terminó siendo una "profecía autocumplida":
"La siembra no ha contado con la semilla y cuando se contaba con ellas eran bien escasas, fueron sembradas en terrenos baldíos infértiles sin fertilizantes, sin tractores ni repuestos y sin entrenamiento para los agricultores o agroindustriales. Cuando todo esto se solventaba, se superaban las barreras y los obstáculos, entonces los créditos para sembrar en agricultura, ganadería o agroindustria terminaron por parar fuera del país", señaló.
"Lo que estamos viendo en Venezuela es el fracaso de la siembra del petróleo porque el Estado acaparó todas las actividades del pueblo, de la gente, de la iniciativa de las personas y por eso nos encontramos donde estamos ahora. Eso no solamente se dio en los últimos 17 años (desde la llegada del chavismo en 1999) sino que viene de las últimas tres décadas", indicó el analista.
"Sembrar el petróleo" ha sido una idea muy conocida y repetida en distintos contextos entre los venezolanos de diferentes épocas y edades.
Pero para el doctor en Historia Luis Alberto Buttó, con ese editorial sucede lo que ha pasado con muchas grandes obras de la literatura: "Que muchísima gente las cita pero nunca se las han leído, no conocen a profundidad su contenido".
La frase se convirtió en "una especie de comodín repetido por generaciones", le dice a BBC Mundo el coordinador del Postgrado en Ciencia Política de la Universidad Simón Bolívar (USB), en Caracas.
Además, no todos en Venezuela están de acuerdo con que se le llame una profecía.
"Los historiadores no manejamos ese tipo de vocabulario", enfatiza Mondolfi Gudat.
PURANOTICIA // BBC MUNDO