
De acuerdo con la visión del presidente de Coopera, Alex Figueroa, la situación podría derivar en un aumento del riesgo crediticio.
La implementación de la normativa que obliga a utilizar el prefijo telefónico 600 como número único para llamadas comerciales y de atención al cliente ha generado una fuerte preocupación entre las cooperativas de crédito y ahorro, debido al impacto que esta medida podría tener en la gestión de morosidad y en el costo de los créditos.
Según informa La Tercera, el presidente de Coopera y gerente general de Detacoop, Alex Figueroa, advierte que la norma “ha derivado en una caída drástica en la ‘contactabilidad’ con los clientes”.
Figueroa explica que “hoy prácticamente nadie contesta cuando ve un número 600. Las cooperativas nos caracterizamos por mantener una relación directa con nuestros socios, pero esta nueva norma nos está dejando sin la posibilidad de contactarlos”.
El problema, señala, ha escalado rápidamente: “Hasta hace un mes la baja en la contactabilidad rondaba el 40%. Hoy ya supera el 50% e incluso llega al 60% en algunas instituciones. Esto no solo afecta las gestiones comerciales, sino también el vínculo humano con nuestros socios”.
Las consecuencias operativas ya se evidencian en la cartera morosa más crítica, aquella que va de 91 a 120 días. “La contactabilidad está en niveles de entre el 19% y el 25%. Eso es muy fuerte y repercutirá en un porcentaje muy alto de morosidad”, indica Figueroa, quien recuerda que anteriormente ese rango se ubicaba entre el 60% y 70%.
Además del impacto financiero, el dirigente destaca el efecto sobre la experiencia de los socios: “Muchas veces las personas quedan en mora sin saberlo, porque no se les pudo avisar a tiempo. Y cuando finalmente intentan hacer un trámite, descubren que están en un boletín comercial sin haber sido notificadas”.
En el ámbito de la cobranza, la baja en la contactabilidad limita la posibilidad de ofrecer soluciones. “Las personas hacen acuerdos de pago, refinanciamientos, repactaciones, en distintas fórmulas que tenemos en el sector para dar una solución a los socios. Siempre como regla general en el sector cooperativo entregamos alternativas de financiamiento a la gente con mora, porque además nuestros clientes son socios, son co-dueños de la cooperativa”, subraya.
Figueroa advierte que esta situación podría derivar en un aumento del riesgo crediticio y, en consecuencia, en mayores tasas de interés.
“Va a encarecer el crédito porque el riesgo se va a elevar. Cuando uno da una posibilidad de refinanciamiento a una persona en una cobranza, en una mora blanda (plazos de impagos menores a 90 días), el impacto en provisiones es muy menor, pero cuando hay que hacer una repactación, o incluso repactar un crédito castigado, definitivamente genera un 90% de provisión, y para ese sector específico es una tasa de crédito más alta”, señala.
Ante este escenario, Coopera ha propuesto suspender transitoriamente la obligatoriedad del uso exclusivo de los prefijos 600 y 809, mientras se evalúan alternativas que permitan recuperar la confianza del usuario.
“Lo razonable sería buscar un sistema que permita identificar claramente si la llamada es comercial, informativa o de cobranza. Hoy todo está mezclado en un mismo saco, y eso genera confusión y desconfianza”, manifiesta Figueroa.
La asociación espera que la Subtel abra una mesa de trabajo para revisar los efectos de la medida y corregir sus impactos.
PURANOTICIA