
El titular de la cartera de Hacienda envió un oficio de 13 páginas a la presidenta de la Comisión Mixta Especial de Presupuestos, Ximena Rincón, en el que responde de manera inédita al informe publicado por el CFA en el que se habla de un “estrés fiscal permanente”.
Este jueves, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, envió un oficio de 13 páginas a la presidenta de la Comisión Mixta Especial de Presupuestos, Ximena Rincón, en el que responde de manera inédita al informe publicado por el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) en el que se habla de un “estrés fiscal permanente” y se plantea que el último presupuesto incluyó un escenario “poco realista” de proyecciones de ingresos.
“Nos parece evidente que el tono del informe es inusualmente severo para un documento de esta naturaleza, incluso al compararlo con informes previos del propio CFA. Esto es particularmente relevante considerando que el mandato legal del CFA se orienta, en general, a comentar sobre documentos, informes y datos proporcionados por el Ejecutivo, a través del Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuestos (Dipres)”, planteó el secretario de Estado según informa el Diario Financiero.
El economista opinó que dicho tono “impide distinguir” cuando las apreciaciones del Consejo se refieren a actos y decisiones del actual Gobierno o períodos anteriores. “Esto es particularmente relevante para comprender el origen de los problemas que identifica y sus eventuales soluciones”, expresó.
Marcel también extrañó una mayor interpelación al Poder Legislativo -y no solo al ejecutivo- al solicitar soluciones compartidas a la actual problemática fiscal.
“Esto lleva, por ejemplo, a criticar al gobierno por incluir reformas legales para generar mayor espacio fiscal, evitando pronunciarse frente a los parlamentarios encargados de su tramitación sobre la relevancia o urgencia de estas iniciativas”, dijo.
Y reclamó que varias de las recomendaciones del CFA ya están siendo aplicadas por la cartera. “El no reconocer estos avances transmite una errónea sensación de negligencia en el actuar del Ejecutivo y genera frustración respecto de esfuerzos genuinos por mejorar la calidad, transparencia y efectividad de la conducción fiscal”, expuso.
Por otra parte, pone foco en que “la abrumadora mayoría de las observaciones y comentarios están referidas a recortes, reducciones o ajustes de gastos, olvidando que la responsabilidad fiscal también se ejerce incrementando los ingresos. Al respecto, se debe advertir que dos o tres citas en materia de ingresos en un documento de 138 páginas no son suficientes para dar cuenta de la importancia de este componente de las finanzas públicas”.
Luego, en las respuestas hace referencia a “afirmaciones específicas” del informe del CFA. Y ahí critica 16 cuestionamientos que hizo el organismo que lidera Jorge Rodríguez.
Un primer tema que cuestiona el gobierno apunta a la afirmación que dice el CFA: “Para 2025 y 2026 se avizora un nuevo incumplimiento de las actuales metas de balance estructural, lo que requiere de medidas de mitigación que no dependan de la aprobación de proyectos de ley”.
Ante esa afirmación, Marcel a través del oficio dice que “el Ejecutivo definió una nueva trayectoria para el balance estructural en 2025 y 2026, con metas realistas que pretende cumplir íntegramente. Dado el horizonte de dos años, resulta poco comprensible que el CFA exija que la consolidación requerida se logre sólo mediante cambios no legislativos, criterio particularmente inexplicable considerando que el propio presupuesto para 2026 será materia de ley y que ya existe un ajuste administrativo en curso de 0,3% del PIB", explicó.
Y agregó que "ello contrasta con anteriores oportunidades en que el CFA ha llamado la atención sobre la decreciente efectividad de medidas administrativas de corto plazo frente a cambios más sostenibles y permanentes en el tiempo. De hecho, parece difícil concebir una “inflexión” en el curso de la política fiscal como plantea el CFA, sólo con medidas administrativas”.
Donde elevó la crítica Hacienda es para responder lo que plantea el CFA sobre el hecho de que para ellos “persisten dudas sobre la contabilidad fiscal, ante la ausencia de reglas claras para los registros contables y la posible existencia de inconsistencias en el registro de ingresos y gastos”.
Para Hacienda esa afirmación les “parece poco responsable el poner en duda la integridad de las cuentas fiscales de Chile sin señalar ningún argumento, caso o ejemplo que lo fundamente. Los criterios de clasificación contable que aplica el Ministerio de Hacienda siguen el Manual de Estadísticas de las Finanzas Públicas del FMI y el clasificador presupuestario vigente”.
Y otra más que dijo el CFA: “De persistir el desequilibrio fiscal en las magnitudes de años recientes, se superará el nivel prudente de deuda en el corto plazo”. Y esa fue respondida por Hacienda. “Esta afirmación del Informe del CFA resulta de un ejercicio hipotético, consistente en la generación de un déficit estructural permanente de -2,0% del PIB desde 2025. Esto no corresponde a la trayectoria objetivo del Ejecutivo, y asume adicionalmente un incumplimiento de la meta para 2025 y 2026”.
También responde a la crítica que hace el consejo sobre las proyecciones de ingresos. “Aprobar un presupuesto con proyecciones poco realistas lleva a que se comprometa gasto público sin que se cuente con los recursos para financiarlo y dificulta su reversión una vez aprobada”. Ante ello, Hacienda dice que “el texto parece suponer que el Ejecutivo propuso un presupuesto con estimaciones de ingresos deliberadamente poco realistas. El Informe del FMI demuestra que el problema central estaba en la incorporación de Informes Financieros de leyes aprobadas con anterioridad, volatilidad de ingresos de la renta, e incorporación de nuevas formas de estimación, tema que, pese a su importancia, no es abordado en este Informe del CFA”.
Ya al finalizar el texto oficio, Hacienda señala que “en síntesis, señora Presidenta, este Ministerio de Hacienda comparte y acoge el planteamiento del CFA en su reciente informe de generar un acuerdo amplio que permita consolidar una inflexión en la dinámica de las cuentas fiscales. No obstante, discrepamos profundamente de la idea que transpira de los juicios y recomendaciones del referido informe del CFA en cuanto a que esto depende exclusivamente de los recortes administrativos del gasto que aplique el ejecutivo en el corto plazo”.
Asimismo, dice que “reconociendo, como lo ha hecho el CFA en otros informes, que Chile está expuesto a fuertes presiones sobre el gasto derivadas del desarrollo del país y la transición demográfica, intensificado por la alta y creciente proporción de gastos determinados por ley, la sostenibilidad fiscal no depende de la capacidad para recortar gastos administrativos en el curso del año fiscal, sino de la generación de ingresos permanentes, de la contención y eventual reversión de gastos fijados por ley, del aumento del crecimiento tendencial y de la mantención de un bajo riesgo soberano”.
Y por último indican que “el Gobierno ha hecho, a este respecto, planteamientos que considera serios y equilibrados, que combinan medidas de corto plazo con reformas legales que reducen compromisos permanentes de gasto”.
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