
De acuerdo con los datos entregados por la Encuesta Descifra las isapres enfrentan una pérdida sostenida de usuarios: si en enero de 2020 contaban con 3,3 millones de beneficiarios, en abril de este año el número se redujo a 2,5 millones.
Entre enero de 2022 y junio de 2025, más de 892 mil personas dejaron el sistema privado de salud para incorporarse a Fonasa, cifra que representa cerca de la mitad de los nuevos afiliados en los últimos tres años y medio. En ese contexto, el sistema público alcanzó en junio un récord histórico de más de 17 millones de cotizantes.
De acuerdo con los datos entregados por la Encuesta Descifra y publicados por La Tercera, las isapres enfrentan una pérdida sostenida de usuarios: si en enero de 2020 contaban con 3,3 millones de beneficiarios, en abril de este año el número se redujo a 2,5 millones. Frente a esta realidad, las aseguradoras privadas han intensificado sus esfuerzos por recuperar afiliados, enfocándose tanto en quienes ingresan al mercado laboral como en quienes optaron por Fonasa en años recientes, motivados por factores como el alza en los planes de salud, la crisis institucional y la inestabilidad económica.
El objetivo del estudio es conocer la percepción ciudadana sobre los seguros de salud y evaluar la intención de cambio entre Fonasa e isapres, así como el interés por la futura Modalidad de Cobertura Complementaria (MCC), propuesta por el asegurador público. El sondeo se realizó entre el 26 y 30 de julio.
Los resultados muestran que, además de quienes ya han migrado a Fonasa, actualmente 1 de cada 3 afiliados a isapres está abierto a realizar el cambio. En detalle, un 9% afirma que “definitivamente” se cambiará, y un 25% que “probablemente” lo hará, sumando un 34% que ha considerado seriamente esa posibilidad. En contraste, un 25% declara que lo ha pensado, pero no lo hará, y un 41% indica que no lo ha evaluado.
Entre quienes evalúan el cambio, el 50% lo atribuye a que “mi plan de salud es muy caro, pese a que puedo pagarlo”; un 16% señala que es porque “no sé si pueda seguir pagando mi plan”; y otro 16% afirma que es “por el mal servicio en la isapre”.
Respecto del costo, un 75% de los afiliados a isapres paga el 7% legal más un monto adicional; un 21% solo su 7%, y un 4% no sabe. Además, un 62% cuenta con seguro complementario de salud (43% colectivo y 19% individual), mientras que un 34% no lo tiene y un 4% lo desconoce. Dentro de quienes sí tienen seguro, el 29% paga $10 mil o menos por persona, y el 24% indica que lo cubre la empresa.
La encuesta también consideró a los usuarios actuales de Fonasa. Un 45% estuvo previamente en isapres, y un 66% de ellos migró hace cinco años o más. Entre las razones para el cambio, el 50% responde que “no tuve otra opción, porque ya no podía seguir pagando mi plan”; un 34% lo hizo porque “mi plan de salud era muy caro, pese a que podía pagarlo”; y un 22% por “el mal servicio que entregan las isapres”.
Solo un 24% contrató un seguro de salud complementario tras migrar a Fonasa. Además, los montos pagados por este tipo de seguros son más bajos que los de quienes están en isapres: el 41% paga $10 mil o menos por persona, y el 11% indica que lo financia la empresa.
De los afiliados a Fonasa que estuvieron en isapres, el 59% no volvería al sistema privado. En contraste, un 14% desea regresar y cree que tal vez lo hará; un 19% quiere hacerlo pero no puede por el costo, y un 8% no puede por preexistencias.
Sobre los atributos valorados en las isapres, el 29% destaca “poder atenderme rápida y oportunamente en una clínica privada”, y el 20% valora “poder atenderme en una clínica privada a un precio accesible”; no obstante, un 26% no valora “nada” de su oferta. Respecto de los aspectos negativos, el alza en el precio de los planes lidera con un 34%, seguido de la relación precio-cobertura (21%) y la complejidad de los planes (12%).
En cuanto al conocimiento sobre la MCC -modalidad que busca ofrecer atención en clínicas privadas con una cobertura del 70% en hospitalización y 75% en atención ambulatoria- el 59% nunca ha oído hablar de ella, un 30% la ha escuchado, pero no conoce los detalles, y solo un 11% sabe en qué consiste. Además, un 76% ignora que su primera licitación fue declarada desierta.
Consultados por quién debiera asegurar que la segunda licitación resulte exitosa, el 30% señala al Ministerio de Salud, un 20% a los prestadores, un 19% a Fonasa, otro 19% no responde, y un 12% cree que son las aseguradoras.
Respecto del interés en contratar la MCC, un 58% dice que “tal vez” lo haría según sus características; un 21% está decidido a hacerlo; un 10% no está interesado y un 11% no sabe. Quienes muestran interés mencionan como principales motivaciones “porque puedo atenderme más rápido” (48%), “porque puedo acceder a un mejor servicio” (45%) y “porque tengo más opciones donde elegir” (44%).
Sobre el monto máximo adicional que estarían dispuestos a pagar, el 60% declara que sería $20 mil o menos por persona (38% hasta $10 mil, y 22% hasta $20 mil). Sin embargo, en la fallida licitación el rango referencial fijado por Fonasa fluctuaba entre $18.748 y $45.583.
En una pregunta abierta sobre qué clínicas deberían formar parte de la MCC, los nombres más mencionados espontáneamente fueron RedSalud y Clínica Alemana. Un 16% propone incluir a todos los prestadores privados. Según Camilo Feres, director ejecutivo de Descifra, “la suma muestra una alta expectativa de contar con una oferta amplia y variada de prestadores privados en el plan”.
Las aseguradoras han advertido que, sin clínicas relevantes en la MCC, sería difícil participar en la licitación, ya que eso marcaría el tipo de afiliados y el volumen que podría sumarse a esta nueva modalidad, aspecto clave para el éxito del proceso.
PURANOTICIA