Las personas que han ingresado a Chile sólo desde enero a julio del 2021 ascienden a 23.673, anotando así su máximo histórico, según los datos entregados por la Policía de Investigaciones (PDI) al Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) a través de solicitud de Transparencia.
El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) denunció que las personas que han ingresado a Chile por pasos no habilitados entre enero y julio del 2021 ascienden a 23.673, catalogando la cifra como un "máximo histórico".
La agrupación se basó en datos entregados por la Policía de Investigaciones al Servicio Jesuita a Migrantes a través de una solicitud de Transparencia. De esta forma, solo considera a las personas que se autodenuncian o son fiscalizadas.
A través de un comunicado, el organismo advirtió que el aumento "se presenta en el contexto de medidas administrativas que restringen el acceso regular, intensificadas por el cierre de fronteras producto de la pandemia por Covid-19 y la crisis humanitaria y política en Venezuela y en otros países de la región como Haití".
Además, acusó que "las cifras oficiales de migración regular no dan cuenta de la realidad en Chile, pues esconden el sustantivo aumento del ingreso de personas por paso no habilitado (IPNH), constante desde el 2010. En dicho año ingresaron 415 personas, luego el 2015 lo hicieron 1.779, en el 2019 lo hicieron 8.048, el 2020 ingresaron 16.848, para llegar con la cifra récord de 23.673 sólo entre enero y julio de 2021 y que podemos proyectar hasta fin de año con un número histórico, sin precedentes y preocupante".
De acuerdo al comunicado, las personas provenientes de Venezuela y Haití son las que mayor incremento de ingreso por paso no habilitado registran en los últimos años. Del primer país, en 2018 ingresaron 101 personas y en lo que va de 2021 entraron 17.194.
Mientras, desde Haití ingresaron 19 en 2018 y en 2018 entre lo que va del 2021.
Waleska Ureta, Directora Nacional de SJM, acusó que este tipo de inmigrantes indocumentados "no caminan cientos de kilómetros desde sus países de origen 'por gusto', muchos, hoy abandonados con sus familia en terminales, calles o plazas en varias de nuestras ciudades, arriesgaron sus vidas para obtener seguridad y/o sobrevivir aquí y hoy buscan reunirse con familiares o encontrar trabajos".
"Si no enfrentamos esta situación, de manera directa, articulando respuestas regionales y coordinadas que den cauce a esta demanda humanitaria y ocupando los instrumentos que poseemos para el ingreso regular, sólo empeorarán las condiciones de vulnerabilidad y contaremos más personas migrantes fallecidas en el camino”, añadió.
Con los mencionados antecedentes, el Servicio Jesuita hizo un llamado a buscar medidas distintas a las expulsiones, ya que "estigmatizan a las personas migrantes, disminuyen las autodenuncias en la PDI y empeoran la convivencia".
La institución recomendó preferir el otorgamiento de las Visas de Reunificación Familiar, las Visas de Responsabilidad Democrática y el reconocimiento del Refugio, especialmente en el caso de los venezolanos.
Ureta advirtió que "es imperante que Chile adscriba al Pacto Mundial por una migración segura, ordenada y regular. Urge que nos hagamos cargo, como ya lo ha hecho Colombia, de una situación humanitaria que afecta a otros países y que provoca una migración forzada que debe ser entendida como tal (...) Instamos a que el Gobierno convoque a los actores locales a establecer soluciones de corto, mediano y largo plazo para abordar las situaciones humanitarias que conlleva esta migración irregular”.
PURANOTICIA