El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, dice que más de 9.000 personas han muerto en la Franja de Gaza desde que comenzó la guerra.
El número de muertos en Gaza sigue aumentando a medida que Israel continúa su guerra contra Hamás tras los ataques del 7 de octubre en los que murieron 1.400 personas, según las autoridades de Israel.
El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, dice que más de 9.000 personas han muerto en la Franja de Gaza desde que comenzó la guerra.
Por motivos de seguridad, hay relativamente pocos periodistas en Gaza que puedan documentar el costo humano de los combates.
Pero la BBC ha estado hablando con varias familiares y testigos presenciales que han contado historias de seres queridos que han muerto en los últimos días.
Con los graves problemas de suministro de energía en la Franja de Gaza, Yusof y sus dos hermanos mayores -su hermana Jury, de 13 años, y su hermano Hamed, de nueve años- se sentían bastante afortunados.
Su padre, Mohamed Abu Musa, radiólogo del hospital Nasser de la ciudad de Jan Younis, había instalado paneles solares en su casa para que los niños pudieran ver sus dibujos animados favoritos en la televisión.
El 15 de octubre estaban sentados frente al televisor cuando, según cuenta su padre, su casa fue alcanzada por un ataque aéreo israelí.
Jury y Hamed de alguna manera sobrevivieron, pero Yusof murió cuando el techo de su casa se derrumbó.
Tenía 7 años.
Mohamed estaba trabajando en un turno de 24 horas en el hospital cuando su esposa, Rawan, entró gritando en busca de su hijo menor.
Había podido encontrar a Hamed, mientras los equipos de rescate ayudaban a sacar a Jury de los escombros. Jury sufrió lesiones en la cabeza pero sus padres dicen que “está mejorando".
Un vídeo que muestra a Rawan preguntando en el hospital por su "guapo hijo de pelo rizado" circuló ampliamente en las redes sociales. Pero Mohamed encontraría más tarde el cuerpo de su hijo en la morgue del hospital.
"La última vez que vi a Yusof con vida fue cuando corrió a abrazarme en la puerta de nuestra casa, justo antes de irme a trabajar", recuerda Mohamed.
"Me besó y se despidió después de que le di galletas y plátanos. Quería ser médico, tal vez porque siempre me veía yendo al hospital a trabajar".
La tarde del 15 de octubre, el doctor Saidam necesitaba un descanso. El cirujano de 47 años no había salido del hospital de Al Shifa, en la ciudad de Gaza, desde hacía más de una semana.
Les dijo a sus colegas que se iba a casa a pasar la noche. Pero unas horas más tarde murió en un ataque en su casa.
"Este hombre tranquilo, divertido y de buen corazón regresó al hospital a la mañana siguiente, pero como un cuerpo sin vida", explicó su colega, el doctor Adnan Albursh.
El doctor Albursh, que conocía al cirujano desde hacía más de 20 años, añadió que sus compañeros habían apodado a su difunto colega "el cirujano implacable" por su dedicación al trabajo.
Saidam, veterano del quirófano, también era conocido como un gran mentor para los médicos más jóvenes.
"Si alguno de los médicos tenía alguna dificultad, sabía que el doctor Saidam era quien lo solucionaría", coincidió el doctor Ahmed El Mokhallalati, jefe del departamento de cirugía plástica del hospital Al Shifa.
"Su muerte es una gran pérdida no sólo para este hospital sino también para la profesión médica", añadió.
Nour, una estudiante de 17 años, murió el 11 de octubre cuando un ataque aéreo israelí alcanzó la casa de su familia en la ciudad de Deir al-Balah, 14 kilómetros al sur de la ciudad de Gaza, según su tío Mohammed al-Kharma.
Cuenta que su sobrina quería mudarse debido a los bombardeos y quedarse con familiares en otro lugar.
"Su padre le pidió que se quedara en su casa, que fue bombardeada a la mañana siguiente. Era su destino", dijo.
Nour murió junto con su sobrino Yazan. La pareja había estado jugando en la sala de estar. Sus hermanas mayores, Ola y Huda, que estaban preparando el desayuno con su madre, Jamalat, sobrevivieron.
Nour estaba en su último año de secundaria y siempre quiso ser doctora. Su tío dijo que su familia sacó su mochila escolar de debajo de los escombros. Contenía libros y un diario, y en una de las páginas había escrito: "Quiero que mi familia esté orgullosa de mí y obtendré altas calificaciones por la voluntad de Alá".
Lurin, en su última comunicación con su prometido Khaled al-Masry, dijo que estaba cansada de moverse de un lugar a otro en busca de seguridad por la guerra.
La joven de 30 años acababa de llegar al campo de refugiados de Nusairat, en el centro de la Franja de Gaza, para quedarse con su tía.
Lurin había sobrevivido a dos ataques, incluido uno el 16 de octubre que derribó el edificio donde vivía con sus padres en la ciudad de Gaza.
"Me dijo que iba a darse una ducha, rezar y descansar", recuerda Khaled.
Según su prometido, que vive y trabaja en Chipre, ella estaba rezando en una habitación cuando la casa en la que se encontraba fue atacada.
"La mataron mientras rezaba", dice.
Lurin y Khaled habían postergado su boda un par de veces debido a la inestable situación en Gaza. Finalmente planeaban casarse en diciembre y mudarse a Chipre.
Khaled, devastado, dijo: "Ahora está descansando para siempre. Solía usar un vestido blanco, pero ahora lleva una mortaja blanca".
Las personas en el distrito de Radwan de la ciudad de Gaza que necesitaban ropa formal de mujer siempre se dirigían a la casa de Fekriya Hassan Abdul A'al.
"Recuerdo cuando teníamos nuestra casa llena de novias y damas de honor que venían a casa de mi madre para tomarse medidas. Ella tenía un talento excepcional", dice Nevine, la hija de Fekriya.
La modista de 65 años murió junto con dos de sus hermanos, dos de sus hijos y dos de sus nietos, después de que la casa en la que se refugiaban fuera alcanzada por un ataque aéreo el 23 de octubre.
Nevine, que estaba refugiada en la casa de una amiga, dice que Fekriya era devota de su familia y organizaba grandes reuniones semanales.
Pero agrega que el estado de ánimo de su madre se vio gravemente afectado por la escalada del conflicto: "Ella me dijo en nuestra última llamada telefónica: 'Estoy muy deprimida y agotada por lo que parece ser una guerra sin fin'".
Los funcionarios palestinos dicen que la explosión fue causada por un ataque aéreo israelí. Pero el ejército israelí dice que fue el resultado de un lanzamiento fallido de un cohete por parte de la Jihad Islámica Palestina, acusación que el grupo rechazó.
Arafat Abu Massi, padre de Mazen y Ahmed, indicó que los dos hermanos eran "muy cercanos" pero tenían personalidades muy diferentes.
Arafat y su esposa se sometieron a una terapia de fertilización in vitro durante ocho años para tener a Mazen, que estaba en la escuela secundaria y quería ser dentista.
"Era el más brillante de todos mis hijos", cuenta. Mientras que Ahmed fue descrito por su padre como "el más fuerte y valiente de la familia", y el más emprendedor.
"Solía vender juguetes y material escolar en un pequeño puesto cerca de nuestra casa", dijo Arafat.
El único hijo que le queda ahora es Faraj, de tres años, quien, según Arafat, sigue llorando y preguntando dónde están sus hermanos. "Le dije que Dios los había elegido para quedarse en el cielo. Ese es un lugar mejor para mis dos jóvenes e inteligentes caballeros".
Salam Mema, una periodista palestina de 32 años, murió el 10 de octubre cuando su casa en Jabaliya, en el norte de Gaza, fue alcanzada por un ataque aéreo israelí, le contó su amiga a la BBC.
Su marido, su hija Sham, de 2 años, su hijo Hadi, de 7, y otros miembros de la familia también murieron, dejando a su hijo Ali, de cinco años, como único sobreviviente.
Hasta el 31 de octubre se han confirmado 31 periodistas muertos en ambos lados del conflicto desde que comenzó la guerra de Israel contra Hamás. Salam es una de ellos.
La farmacéutica de 26 años murió en un ataque aéreo en la ciudad sureña de Rafah el 17 de octubre.
Dormía junto a su bebé Elyana, de tres meses, y su marido.
El tío de Safaa y médico jubilado radicado en Reino Unido, Omar Hassouna, cuenta que los padres de la joven lograron sobrevivir el ataque, pero están en shock y devastados por su muerte.
Omar dice que la última vez que vio a su sobrina fue en enero, durante sus vacaciones en Gaza. "Safaa era educada, servicial y querida por todos”.
"He perdido a una encantadora sobrina. Su muerte es injusta, como lo han sido todas las muertes de civiles en Gaza".
"Preferiría estar en Gaza con ellos ahora mismo, aquí me siento muy desesperanzado".
PURANOTICIA // BBC MUNDO