
Este trágico suceso, ocurrido la madrugada del 8 de abril durante una presentación del reconocido merenguero Rubby Pérez, se ha convertido en el segundo incidente más mortal registrado en una discoteca en América Latina.
La cifra de víctimas fatales tras el derrumbe del techo de la discoteca Jet Set, en Santo Domingo, sigue creciendo. A casi diez días del desastre, el Servicio Nacional de Salud de República Dominicana confirmó este viernes la muerte de un paciente de 46 años internado en la UCI del Hospital Traumatológico Darío Contreras, elevando el número de fallecidos a 232.
Este trágico suceso, ocurrido la madrugada del 8 de abril durante una presentación del reconocido merenguero Rubby Pérez, se ha convertido en el segundo incidente más mortal registrado en una discoteca en América Latina. Solo lo supera el incendio en el club Kiss de Brasil en 2013, que dejó 242 víctimas fatales. Con esta cifra, ya se ubica por encima del incendio de la discoteca Cromañón en Buenos Aires (2004), donde murieron 194 personas.
Entre las víctimas se encuentra Nelsy Cruz, gobernadora de la provincia de Monte Cristi y familiar del beisbolista de las Grandes Ligas Nelson Cruz. La información fue confirmada por el presidente dominicano Luis Abinader, quien decretó tres días de duelo nacional. Además, se reportó al menos un ciudadano estadounidense entre los fallecidos, según comunicó el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio.
Las imágenes captadas tras el colapso muestran un enorme agujero en el centro del edificio, justo donde se encontraba gran parte del público. Las primeras declaraciones del ministro de Salud, Víctor Atallah, apuntan a que "la mayoría de las personas que murieron, murieron instantáneamente", al recibir golpes en la cabeza y el pecho por el colapso del techo.
La discoteca Jet Set, con más de 50 años de existencia y una capacidad aproximada de 500 personas, era considerada un espacio de alta categoría en Santo Domingo, famoso por sus eventos de los lunes, que solían atraer a figuras públicas y personalidades del país.
El gobierno dominicano ha conformado un equipo técnico para investigar las causas del derrumbe, mientras crecen las voces que exigen justicia. Entre ellas, la familia de Virgilio Rafael Cruz Aponte, una de las víctimas, presentó una demanda por presunta negligencia contra los propietarios del local y algunas entidades públicas. El dueño del establecimiento, Antonio Espaillat, afirmó que está colaborando con las autoridades, aunque evitó dar declaraciones a la prensa.
Fuera del recinto, escenas de desesperación marcaron los días posteriores al derrumbe. Familias enteras se congregaron en busca de información sobre sus seres queridos, recorriendo hospitales y revisando listas colgadas en un hospital de campaña.
Aún se desconocen las causas específicas del colapso, mientras la nación caribeña intenta encontrar respuestas y consuelo frente a una de las mayores tragedias de su historia reciente.
PURANOTICIA