Dairo Antonio Úsuga David, su nombre real, fue detenido en Colombia en octubre de 2021 luego de casi una década de intensa búsqueda, para luego ser extraditado a Estados Unidos en mayo de 2022.
Este martes, Otoniel, quien fuera el narcotraficante más buscado de Colombia, fue sentenciado a 45 años de prisión en Estados Unidos.
En enero, Dairo Antonio Úsuga David —su verdadero nombre—, antiguo jefe del poderoso Clan del Golfo, se había declarado culpable de los cargos de narcotráfico que pesaban contra él, admitiendo que supervisó el contrabando de toneladas de cocaína con destino a Estados Unidos.
El país norteamericano acordó no solicitar cadena perpetua para que fuera extraditado desde Colombia. "Pido disculpas a los gobiernos de Estados Unidos y de Colombia y a las víctimas de los crímenes que he cometido", dijo este marte Úsuga, de 51 años, a través de un intérprete judicial.
Otoniel fue detenido en Colombia en octubre de 2021 luego de casi una década de intensa búsqueda y fue extraditado a Estados Unidos en mayo de 2022.
Después de su captura en 2021, "Otoniel" declaró varias veces ante la Justicia Especial para la Paz (JEP), que juzga los crímenes cometidos por los distintos actores del conflicto armado, y suministró más de 60 nombres de militares, políticos, funcionarios y empresas que supuestamente tuvieron tratos con los paramilitares.
Por esa razón, desde diversos sectores se reclamaba que el jefe del Clan del Golfo no fuera extraditado tan rápido a Estados Unidos, pues se consideraba que aún guardaba secretos y tenía mucha información que podía aportar a la justicia colombiana para ayudar a esclarecer crímenes del conflicto.
La vida de Otoniel puede verse como una acumulación de capas geológicas de la historia de la violencia en la Colombia de las últimas décadas. Nació en Antioquia a principios de la década del 70 y a los 16 años se sumó junto a su hermano a las filas del desaparecido movimiento guerrillero Ejército Popular de Liberación (EPL).
Luego junto a su hermano Juan de Dios Úsuga David, alias "Giovanni", se vinculó a las FARC y más adelante, en lo que parece un giro de 180 grados, a los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia. En 2005 ese grupo se desmovilizó (dejó las armas), pero los hermanos se unieron a las filas del jefe narco Daniel Rendón Herrera, alias "Don Mario".
Cuando éste fue capturado en 2009, Otoniel y Giovanni quedaron a cargo de la organización.
Otoniel se convirtió en líder máximo cuando su hermano murió a manos de laPolicía Nacional durante un asalto a una "narcofiesta" de fin de año, el 1 de enero de 2012.
Considerado como un gran cartel, el Clan del Golfo era conocido inicialmente como los Urabeños, por la región del Urabá donde opera, aunque sus tentáculos se extienden a gran parte del país y más allá (miembros del grupo han sido capturados en Brasil, Argentina, Perú, España y Honduras).
En su núcleo ha estado un clan familiar, los Úsuga, al que no solamente han pertenecido Otoniel y Giovanni sino también varios primos y otros familiares cercanos.
Por ejemplo, Francisco José Morelo Peñata, alias "El Negro Sarley" (muerto en una operación policial en abril de 2013), tenía una relación sentimental con una de las hermanas de Otoniel, según la policía, y era el segundo de la organización tras la muerte de Giovanni.
La encargada de las finanzas del grupo era la pareja de Otoniel, Blanca Senobia Madrid Benjumea, alias "La Flaca", quien fue capturada en 2015. Y quien era señalado por la policía como el contacto con los carteles mexicanos y el encargado de manejar la coordinación del tráfico de drogas hacia Centroamérica era un sobrino de Otoniel e hijastro de El Negro Sarley, Harlison Úsuga, alias "Pedro Arias", también apresado en 2015.
El departamento de Justicia de Estados Unidos ha calificado al Clan del Golfo como "una de las más importantes organizaciones de crimen organizado transnacional" que amenazan a ese país.
Por otra parte, desde los tiempos en que eran conocidos como los Urabeños, el Clan del Golfo ha distribuido panfletos en los que se hacen llamar como Autodefensas Gaitanistas de Colombia, lo que es considerado por la prensa colombiana como un ardid para ocultar sus verdaderos fines.
Los fuertes vínculos familiares, así como su firme implantación en una zona de Colombia que conocen bien son algunas de las razones por la cuales a las autoridades les había costado tanto capturar a Otoniel.
En parte eso tiene que ver con la estrecha relación de su familia con Urabá. Ellos son oriundos de la región, a la que los miembros del clan conocen bien. Saben manejarse sobre su terreno y tienen poder sobre su población.
Tras la muerte de Giovanni, el clan decretó un paro armado que dejó estancada a la región por un par de días. Pero Otoniel tenía también varios trucos para evadir a sus perseguidores. Entre ellos, estaba el uso de perros criollos entrenados para que le den aviso cuando alguien extraño se aproxima, con tiempo suficiente como para poder escapar. En una de esas huidas tuvo que dejar atrás a uno de esos animales, un sabueso fino colombiano.
Los policías se lo llevaron, le dieron el nombre de Oto y lo entrenaron y lo usaron en el operativo de 2015 para que los ayudara a buscar a su antiguo amo.
Además, de acuerdo con la prensa colombiana, Otoniel no usaba aparatos tecnológicos como teléfonos celulares para evitar ser rastreado, por lo que se comunicaba con los miembros de su organización enviando mensajes de voz que eran distribuidos en grabadores y memorias USB por correos humanos.
El temor a ser capturado lo llevaba también a cambiar constantemente el lugar donde pasaba las noches, usualmente en la selva y, con frecuencia, en chozas de madera. Esas viviendas rurales contrastaban con los televisores de pantalla gigante, las bebidas costosas y los perfumes de lujo que las autoridades solían encontrar cuando le seguían los pasos.
Otro elemento distintivo de sus guaridas eran unos costosos colchones especiales, que le ayudaban a amainar las molestias de una hernia de disco.
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