
En las elecciones regionales y parlamentarias del domingo, Venezuela eligió por primera vez a los representantes de la región del Esequibo, una zona de 160.000 km² epicentro de una disputa territorial que enfrenta a Caracas con Guyana desde hace más de 180 años.
"El sol de Venezuela nace en el Esequibo". Esta frase, de autoría incierta, es algo que desde hace unos años Nicolás Maduro repite como una consigna.
Pero este domingo, la proclama se convirtió en algo más.
En las elecciones regionales y parlamentarias del domingo, Venezuela eligió por primera vez a los representantes de la región del Esequibo, una zona de 160.000 km² epicentro de una disputa territorial que enfrenta a Caracas con Guyana desde hace más de 180 años.
"Hoy, el Esequibo tiene gobernador", declaró Maduro a sus partidarios la noche del domingo, momentos después de anunciarse los resultados.
Neil Villamizar, candidato del gobernante PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), se convirtió así en el primer gobernador del recién creado estado número 24 del país caribeño.
Antes de los comicios, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, dijo en declaraciones al diario británico The Guardian que la decisión de Venezuela de elegir un gobernador es "un ataque frontal a la soberanía y la integridad territorial de Guyana " que "socava la paz regional".
Ahora, este movimiento añade presión a las ya tensas relaciones entre los países vecinos por el control de una región rica en recursos minerales.
Venezuela afirma que el territorio del Esequibo, que representa dos terceras partes del territorio de Guyana, le fue arrebatado en un laudo arbitral ocurrido en 1899.
Tras reclamos varios y sin llegar a una resolución, en 1966 ambos países buscaron una salida a través del llamado Acuerdo de Ginebra. Pero siguieron sin una solución que satisficiera a ambas partes.
La disputa se intensificó cuando ExxonMobil descubrió enormes depósitos petrolíferos en alta mar hace una década, lo que le otorga a Guyana las mayores reservas de crudo per cápita del mundo.
Fue entonces cuando Georgetown decidió en 2018 llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) con sede en La Haya, Países Bajos.
Aunque de un tiempo a esta parte Maduro ha hecho de la disputa del Esequibo una bandera, no siempre fue así ni esto es solo un reclamo que provenga del chavismo.
En cualquier parte del país donde haya un mapa, aparece marcada la zona en reclamación. En todos lados la silueta aparece con esa "segunda pata".
Unos años antes, recuerdo que María Corina Machado ―cuando era una minoría dentro de la oposición ―, hizo un viaje hasta el Esequibo para llamar la atención sobre esta zona y su discurso fue siempre muy activo en este aspecto.
"Que el Esequibo es nuestro es algo en lo que toda Venezuela está de acuerdo. Pero, tras dejar morir cientos de reclamaciones por los canales formales, ahora inventan esto", argumenta la analista política Carmen Beatriz Fernández.
La historiadora y doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela (UCV) Elsa Cardozo le explica a BBC Mundo que esta bandera estuvo "bastante abandonada y hasta maltratada durante el gobierno de Chávez".
Pero que Maduro la haya tomado ahora para sí tiene gran parte de intención política. Y busca hablar a un sector esencial para su supervivencia: el militar.
"Desde el momento en que el gobierno de Nicolás Maduro tomó esta bandera, estando muy presente allí el elemento nacionalista, se presenta como un gobierno que defiende la soberanía nacional, manda un mensaje que se asocia a la defensa territorial y busca enganchar al sector militar", explica Cardozo.
Desde entonces, Nicolás Maduro llevó a cabo un referéndum en diciembre de 2023 para preguntar a los venezolanos sobre el destino de este territorio, tras ello se creó en marzo de 2024 la Ley Orgánica para la Defensa de la Guayana Esequiba con el objetivo de anexar a Venezuela este territorio y, ahora, en una última escalada, se produce la elección de una autoridad para este territorio sobre el que, a día de hoy, Caracas no tiene soberanía.
"Maduro ve que el proceso se complica. No reconoce la competencia de la CIJ, aunque participa en el proceso. Y el gobierno se prepara para una sentencia que, supongo, imagina no le será favorable. En ese contexto, el tema electoral ha hecho mucho ruido jurídica y políticamente en el ámbito internacional", sostiene Cardozo.
Para hacer la elección de gobernador de la Guayana Esequiba, se creó una circunscripción electoral ad hoc en el municipio Sifontes del estado Bolívar, un lugar de complicado acceso en el corazón del Arco Minero―un zona que cuenta con grandes reservas de oro, cobre, diamante, hierro, bauxita y aluminio, entre otros minerales― y en frontera con el Esequibo.
El circuito electoral de nueva creación tiene 21.403 votantes. No hubo colegios electorales en la parte del Esequibo que, como decimos, administra Guyana.
"Es una ficción electoral. Se creó un estado, un municipio y una parroquia para esto. Y esos electores tienen el mayor poder de decisión electoral de la historia de Venezuela, porque esas 21 mil personas eligen a 8 diputados, más que los municipios con más peso del país", explica a BBC Mundo el experto en política electoral Eugenio Martínez.
La Corte Internacional de Justicia dictó una medida cautelar en la que ordenó a Venezuela abstenerse de preparar y realizar estas elecciones.
"Con un gobernador, recursos, un presupuesto y todo el apoyo que brindaré, recuperaremos el Esequibo para el pueblo", afirmó Maduro.
Pero el flamante gobernador, que recibió 4.720 votos, no tendrá poder real sobre el territorio.
Maduro declaró el domingo, tras emitir su voto, que el presidente Ali "tendrá que sentarse" con él "para discutir y aceptar la soberanía venezolana".
Tras los comicios el mandatario guyanés no se pronunció aún, aunque es de esperar una respuesta, sobre todo en un contexto como el que tiene, a pocos meses de elecciones presidenciales en Guyana.
"Esto tiende a politizar todo. Ali dice que de ninguna manera entregará ese territorio. Y hasta ahora había tenido un discurso más jurídico, más de respeto a las cosas. Pero este nuevo paso hace todo más politizable al sacarlo de la ruta jurídica", analiza Cardozo.
Dentro del territorio guyanés se advirtió a cualquiera que se planteara participar en las elecciones sobre sus consecuencias.
El jefe de Defensa de Guyana, Omar Khan, dijo que si algún residente participaba en los comicios, sería acusado de traición y otros delitos graves.
"Constituirá un apoyo a un golpe de Estado pasivo", le dijo Khan a la agencia Associated Press.
"Cualquier acto similar constituirá una violación de nuestra soberanía e integridad territorial", añadió. Y apuntó que podrían enfrentar arresto y deportación.
Casi 100.000 personas de ascendencia venezolana directa o indirecta viven actualmente en Guyana, según el secretario de Relaciones Exteriores, Robert Persaud.
Aunque puede que de puertas para dentro la causa del Esequibo haya ayudado a Maduro en lo electoral, y puede que también en el sector militar ―algo que no es posible cuantificar―, de cara al contexto internacional tal vez no le beneficie.
"Que Maduro asumiera todo esto le ha hecho menos grato ante el vecindario, intereses de las petrolera mediante. Ha hecho menos simpática la causa venezolana porque se le ve agresivo, violador de procedimientos", señala Cardozo.
Porque esta elección contraviene las medidas cautelares provisionales de la CIJ de diciembre de 2023 y de mayo de 2025.
Por el contrario, ha favorecido más a Guyana.
Y en el camino, además de la CIJ han intervenido otros actores que miran la frontera con interés.
"Desde 2023 se reunió la Celac para buscar un arreglo entre ambas partes para que ninguno de los dos hiciera actos que complicaran la situación. A Brasil y al Caricom no le interesa un ambiente de tensión que pueda desatar casos de violencia, no en sí por la decisión abierta de unos de los gobiernos, sino por incidentes en la frontera", destaca Cardozo.
De hecho, la semana pasada, el gobierno de Guyana reportó tres ataques separados desde el lado venezolano contra soldados guyaneses que patrullaban un río fronterizo.
A principios de este año, seis soldados guyaneses resultaron heridos en otro ataque, algunos de ellos de gravedad.
No son pocos los que ven este último acto como "una raya más pal tigre" en lo que viene siendo la política de Maduro y opinan que la sangre no llegará al río.
La embajadora de Estados Unidos en Guyana, Nicole Theriot, desestimó las amenazas de Maduro como "meras fanfarronerías destinadas a apuntalar el apoyo interno".
"Todos deberían ver esta farsa como lo que es. Es pura bravuconería del régimen de Maduro, nada más", declaró en un foro público la semana pasada, enfatizando que Estados Unidos apoya a Guyana.
Cardozo explica que aunque no cree que cambien mucho las cosas con respecto a como son ahora, habrá que esperar a los discursos, las respuestas de cada parte, las medidas que tomarán los nuevos 8 diputados de esa Guayana Esequiba o posibles medidas que Maduro podría tener como invitar a los guyaneses a tener cédula de identidad venezolana y hacérsela en Tumeremo.
"Esto es un acto más político que otra cosa. Tendrá consecuencias administrativas, materiales y económicas dentro del país. Pero no parece que puedan ir más allá y entren en el territorio, se lancen a hacer construcciones, carreteras… El alcance que tienen es limitado", vaticina.
La pregunta es, señala Cardozo, hasta dónde estará dispuesto a llegar Nicolás Maduro con esto. Y si cruzará una línea más, en este caso, la de la frontera.
(Imágenes: Miguel Gutiérrez / EPA-EFE, BBC)
PURANOTICIA // BBC MUNDO