Este fin de semana se supo que el presidente de EE.UU., Joe Biden, autorizó a Ucrania a usar misiles estadounidenses de largo alcance para atacar territorio ruso.
Corea del Norte parece haber jugado un papel clave en la más reciente escalada de tensiones en la guerra en Ucrania.
Este fin de semana se supo que el presidente de EE.UU., Joe Biden, autorizó a Ucrania a usar misiles estadounidenses de largo alcance para atacar territorio ruso.
La decisión ha causado gran molestia en el Kremlin y representa un cambio importante en la política de Biden hacia la guerra en Ucrania, pues durante meses Washington había rechazado las solicitudes del gobierno de Volodymyr Zelenski de dar luz verde al uso de este armamento.
¿Qué ha cambiado? El despliegue de tropas de Corea del Norte en apoyo a las fuerzas rusas en Ucrania.
La prensa estadounidense asegura que los funcionarios de la Casa Blanca dicen que la medida busca enviar una señal para que Pyongyang no siga enviando tropas a combatir.
Cuando en octubre surgieron los primeros rumores de que las tropas norcoreanas estaban a punto de empezar a apoyar la guerra de Rusia en Ucrania, no quedó claro de inmediato qué papel iban a desempeñar.
Su falta de experiencia en el campo de batalla fue la razón principal por la que se pensaba que podrían ser asignadas a funciones que no implicaran entrar en combate.
Pero después de que Estados Unidos y Ucrania revelaran que las tropas norcoreanas ya habían participado en combates con soldados ucranianos, su papel en la lucha está siendo reevaluado.
Incluso el número de tropas desplegadas (inicialmente estimadas por el Pentágono en unos 11.000 soldados) ha sido objeto de debate. Según Bloomberg, fuentes anónimas creen que Pyongyang podría llegar a desplegar hasta 100.000 soldados.
Sin embargo, es difícil obtener información precisa, ya que Moscú y Pyongyang no han respondido directamente a ninguno de estos informes.
¿Qué sabemos, entonces, sobre la presencia de tropas norcoreanas en Rusia?
En resumen, es difícil saberlo.
Corea del Norte puede tener uno de las fuerzas armadas más grandes del mundo, con 1,28 millones de soldados activos, pero, a diferencia del ejército ruso, el Ejército Popular de Corea (KPA, por sus siglas en inglés) no tiene experiencia reciente en operaciones de combate.
Mark Cancian, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), cree que el ejército de Pyongyang está “completamente adoctrinado, pero con poca preparación”.
El experto advierte que no se debe suponer que los norcoreanos sean carne de cañón y añade que tal caracterización es “bravuconería ucraniana”.
Los servicios de inteligencia ucranianos y surcoreanos han dicho que muchas de las tropas desplegadas en Rusia son algunas de las mejores de Pyongyang, extraídas del 11º Cuerpo, una unidad entrenada en infiltración, sabotaje de infraestructuras y asesinatos.
Estos soldados están “entrenados para soportar un alto grado de dolor físico y tortura psicológica”, dice Michael Madden, un experto en Corea del Norte del Centro Stimson en Washington.
“Lo que les falta en combate lo compensan con lo que pueden tolerar física y mentalmente”, añade.
Cancian coincide en que “si se trata de fuerzas de operaciones especiales, estarán mucho mejor preparadas que la unidad norcoreana media”.
“Además, los rusos parecen estar dándoles formación adicional, probablemente sobre las circunstancias especiales de la guerra en Ucrania”, añade.
Esto parece estar respaldado por la aparición de videos en las redes sociales que muestran a hombres que se cree que son norcoreanos con uniformes rusos, en lo que parecen ser instalaciones de entrenamiento militar en Rusia.
Y a medida que la guerra en Ucrania se acerca a su tercer año, estas tropas norcoreanas pueden estar entre "las más capaces" entre las tropas disponibles para Rusia, dice Chun In-bum, un teniente general retirado del ejército surcoreano.
Moscú ha estado reclutando a al menos 20.000 nuevos soldados al mes para ayudar a reforzar su esfuerzo bélico, con más de 1.000 soldados rusos muertos o heridos en promedio diariamente, según la OTAN y funcionarios militares en Occidente.
“Rusia ha estado enviando tropas al frente sin el entrenamiento adecuado. En comparación con esos reclutas, los norcoreanos están entrenados y motivados. Actualmente no están preparados para el combate, pero pronto lo estarán”, dijo Chun.
Aun así, algunos expertos creen que la obvia barrera del idioma y la falta de familiaridad con los sistemas rusos complicarían cualquier función de combate, y sugieren que las tropas de Pyongyang serían elegidas por sus capacidades de ingeniería y construcción.
Dadas estas desventajas, ¿qué beneficios ofrece este acuerdo a los dos países?
Los observadores dicen que Moscú necesita mano de obra, mientras que Pyongyang necesita dinero y tecnología.
“Para Corea del Norte, [estos despliegues son] una buena manera de ganar dinero”, dice Andrei Lankov, director del Korea Risk Group, una consultora especializada en estudios y análisis sobre la península coreana.
Los servicios de inteligencia surcoreanos calculan que esto supone US$2.000 dólares por soldado al mes. Se espera que la mayor parte de este dinero acabe en las arcas del Estado.
Pyongyang también podría obtener acceso a tecnología militar rusa, que de otro modo Moscú se habría mostrado reacio a transferir, añade Lankov.
Los problemas de personal militar de Moscú son conocidos y Estados Unidos estima que unos 600.000 soldados rusos han muerto o resultado heridos desde el inicio de la invasión de Ucrania en 2022. En septiembre, el presidente ruso, Vladimir Putin, emitió una orden -por tercera vez desde que comenzó la guerra- para ampliar su ejército.
También ha aplicado estrategias de reclutamiento que "minimicen el impacto político interno", como ofrecer bonificaciones a los reclutas que se ofrezcan como voluntarios y alistar a extranjeros con la promesa de la ciudadanía, dice Cancian.
"Ante las más de 1.000 bajas diarias que se dice que Rusia ha sufrido en el campo de batalla, reducir sus propias pérdidas podría aliviar algo de presión sobre el régimen de Putin", coincide Lami Kim, profesor de Estudios de Seguridad en el Centro de Estudios de Seguridad de Asia y el Pacífico Daniel K Inouye.
Estos acontecimientos, que se producen en un momento en el que las tensiones en la península de Corea han alcanzado su nivel más alto en años, preocupan a Seúl.
En octubre, Corea del Norte hizo estallar secciones de dos carreteras que la conectaban con Corea del Sur, días después de acusar a Seúl de lanzar drones contra la capital norcoreana, Pyongyang.
Eso ocurrió después de que ambos países estuvieran lanzándose miles de globos con basura y propaganda hacia el territorios del otro. Las dos Coreas también suspendieron un pacto destinado a reducir las tensiones militares entre ellas, poco después de que Corea del Norte dijera que el Sur era ahora el “enemigo número uno”.
Por lo tanto, tiene sentido que Corea del Sur se sienta incómoda por la posibilidad de que Corea del Norte adquiera nueva capacidad militar en medio de estas tensiones. Después de todo, las tropas de Corea del Sur tampoco han luchado en otro conflicto importante desde la Guerra de Corea.
Según Madden y Cancian, se cree que las tropas norcoreanas están siendo empleadas en la región fronteriza de Kursk, donde actualmente hay combates, y que Moscú ha estado tratando de recuperar de manos de Ucrania.
Chun afirma que Corea del Sur teme que “su adversario pueda contar con mayores capacidades ofensivas” como resultado de la experiencia que sus soldados adquirirían en el campo de batalla.
Si bien Corea del Sur ha acusado durante mucho tiempo al Norte de suministrar armas a Rusia, dice que la situación actual ha ido más allá de la transferencia de material militar.
Seúl también ha expresado su “grave preocupación” por un pacto entre Pyongyang y Moscú, que promete que ambos países se ayudarán mutuamente en caso de “agresión” contra cualquiera de los dos países.
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, ha reiterado –al menos tres veces en los últimos dos meses– que el Sur consideraría ayudar a Ucrania “con fines defensivos”. Si esto sucede, marcaría un cambio con respecto a la política de larga data del Sur de no suministrar armas a países involucrados en conflictos activos.
(Imágenes: Getty Images)
PURANOTICIA // BBC MUNDO