Desde que ocurrió la agresión del grupo islamista en Israel -que dejó más de 1.400 muertos-, una campaña de bombardeos sobre Gaza, liderada por el ejército israelí, ha dejado más de 3.700 fallecidos y cientos de miles de desplazados.
Michal Halev estuvo días intentando encontrar a su hijo Laor, el joven de 20 años estaba en el festival de música electrónica en el sur de Israel donde más de 260 personas fueron asesinadas por Hamás el 7 de octubre pasado.
Sin recibir noticias de él, su madre, que vive a una hora al norte de Jerusalén, pensó que había sido secuestrado por el grupo islamista palestino.
Pero el miércoles 11 de octubre en la noche recibió una noticia demoledora: Laor era una más de las víctimas fatales del ataque.
“Fue el momento más devastador de mi vida”, dijo Michal a BBC Newsnight.
“Es la peor pesadilla que jamás imaginé”, agregó.
En su dolor, la mujer hizo un llamado a los líderes políticos de Israel y el mundo.
“Mi hijo fue asesinado por estos monstruos. Y, aun así, les pido: no quiero venganza, ninguna venganza en mi nombre”.
“Le ruego al mundo: no entren en guerra”, añadió.
Michal insistió en su mensaje de paz, indicando que en este momento en la Franja de Gaza están siendo atacados niños, mujeres y personas mayores.
“Los niños van a crecer y van a ser educados para odiar. Se les debe enseñar a amar, a curar sus heridas, a detener el odio”.
“Matar no es la respuesta, la guerra no es la respuesta. El horror solo traerá más horror”, afirmó.
Michal Halev no es la única israelí afectada por el ataque de Hamás que está criticando la contraofensiva de su país en Gaza.
Desde que ocurrió la agresión del grupo islamista en Israel -que dejó más de 1.400 muertos-, una campaña de bombardeos sobre Gaza, liderada por el ejército israelí, ha dejado más de 3.700 fallecidos y cientos de miles de desplazados.
La situación empeoró aún más luego de que un proyectil impactara a un hospital en Gaza el martes pasado, dejando cientos de muertos en el ataque más mortífero en lo que va del conflicto y del que se culpan mutuamente israelíes y palestinos.
Ante este horrible escenario, algunas víctimas de Hamás se suman a la voz de Michal y piden detener los agresiones en un territorio al que los palestinos califican como “la mayor cárcel al aire libre” del mundo.
Uno de ellos es el activista por la paz Maoz Inon, quien perdió a sus padres, Bilha y Yakovi Inon, en el primer día de los ataques perpetrados por Hamás.
Ambos fueron asesinados cuando se encontraban en el kibutz (comunidad agrícola) en Netiv Ha'Asara, al norte de Gaza.
“No lloro por mis padres. Lloro por aquellos que perderán la vida en esta guerra. Debemos detener esta guerra… la guerra no es la respuesta”, dijo Maoz Inon, visiblemente afectado, en BBC News.
“Como familia, no buscamos venganza. La venganza sólo conducirá a más sufrimiento, a más víctimas”.
El israelí aseguró que, si bien la ofensiva de Hamás es la “pérdida de vidas más horrible desde la fundación de mi país”, temía que las cifras de muertos terminen siendo “mucho mayores”.
“Les ruego que hagan todo lo que esté a su alcance para detener la guerra de inmediato”, agregó.
Una postura similar tiene Yonatan Ziegen, hijo de la activista por la paz israelí Vivian Silver quien está desaparecida desde el ataque de Hamás.
En entrevista con la BBC, Yonatan contó que, tras enterarse de las agresiones del grupo islamista, rápidamente se dio cuenta de que su madre estaba en problemas.
Ella vivía en una casa ubicada en un kibutz en una pequeña comunidad justo en la frontera con Gaza.
Llamó a su madre quien estaba escondida en un armario y hablaron por WhatApp mientras Hamás avanzaba por su kibutz.
"Ella me escribió: 'Están dentro de la casa, es hora de dejar de bromear y decir adiós'".
"Y le respondí: 'Te amo, mamá. No tengo palabras, estoy contigo'”.
"Luego me escribió: 'Te siento'. Y eso fue todo, ese es el último mensaje", recordó en una conversación con el editor internacional de la BBC, Jeremy Bowen.
Cuando Bowen le consultó por lo que diría su madre ante todo lo que ha sucedido, Yonatan respondió:
“Que este es el resultado de la guerra. De no luchar por la paz”.
"Es muy abrumador, pero no completamente sorprendente. No es sostenible vivir en un estado de guerra durante tanto tiempo y ahora estalló”, declaró.
Yonatan contó su historia en otros medios de comunicación, como Channel 4.
“No se pueden curar bebés asesinados con más bebés muertos. Necesitamos paz”, indicó.
“La única forma de vivir una vida segura, una buena vida, es con paz. La venganza no es una estrategia”, añadió.
Michal Halev, Maoz Inon y Yonatan Ziegen son solo ejemplos de muchos israelíes que quieren entregar el mismo mensaje: que para ellos hoy la contraofensiva en Gaza no es una salida a un conflicto largo y sangriento que durante décadas ha marcado Medio Oriente.
También ha habido protestas alrededor del mundo, lideradas por israelíes, que piden un cese al fuego.
Por el momento, sin embargo, esa posibilidad se ve lejana.
Al contrario, la presión parece estar en aumento en la región.
De acuerdo con el coordinador especial para el proceso de paz en Medio Oriente de la ONU, Tor Wennesland, el riesgo de que el conflicto entre Israel y Hamás se expanda más allá de la Franja de Gaza es “muy real y extremadamente peligroso”.
Y mientras el mundo mira perplejo lo que está sucediendo, en Gaza continúa agravándose la crisis, con miles de personas que no pueden acceder a agua o comida, y que deben soportar los incesantes bombardeos.
Una de las mayores incógnitas en este momento es si Israel llevará a cabo su anunciada invasión terrestre en Gaza.
Y quizás una de las razones que explica por qué aún no lo ha hecho tiene que ver justamente con que gran parte de la solidaridad mundial con Israel que provocaron las salvajes y sanguinarias acciones de Hamás el 7 de octubre ha dejado paso a un creciente clamor para detener los ataques aéreos y proteger las vidas de los gazatíes.
Es el caso de algunos israelíes que sufrieron de cerca la agresión del grupo islamista.
Es el caso de Michal Halev, Maoz Inon y Yonatan Ziegen.
(Imágenes: Getty Images)
PURANOTICIA // BBC MUNDO