El mensaje publicado en Instagram por JG Melon, una hamburguesería de Nueva York, seguramente sorprendió a sus fanáticos
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"Debido a un problema de la cadena de suministro, temporalmente no estamos sirviendo nuestras legendarias papas fritas".
Con estas palabras, el restaurante de hamburguesas JG Melon, de Nueva York, anunció que tras casi 50 años, dejarán de vender el que fuera su esencial acompañamiento.
"Los rumores son ciertos”, dijo el restaurante, en una declaración hacia la Comunidad JG Melon.
Y es que las papas fritas corren el riesgo de convertirse en la última víctima de una cadena de suministro de alimentos tensa, que ya ha provocado escasez de queso crema, ofertas de pollo y empaques para llevar.
Jaine O'Neill, dueña del restaurante, dijo que el local se sorprendió cuando su proveedor de papas desde hace mucho tiempo, Lamb Weston, descontinuó el producto de la firma.
“Les pregunté si podían hacernos una etiqueta privada. Ordenamos mucho, 70 cajas a la semana, y hay 180 libras de papas en una caja, pero respondieron que tendríamos que pedir un millón de libras de papas por año”, dijo.
Pero éste no es el único caso. La cadena estadounidense McDonald's ha restringido temporalmente las ventas en Japón, debido a los desafíos que enfrenta la importación de papas desde América del Norte.
En tanto, Jay Livingston, director de marketing del restaurante Shake Shack, reconoció a Bloomberg que el problema es real, pero que a ellos no les ha afectado: "Hemos trabajado muy duro en nuestras cadenas de suministro para generar redundancia y estamos revisando constantemente todos los ángulos para prepararnos con anticipación", indicó.
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