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La amistad entre el Papa Francisco y la monja francesa que ignoró el protocolo para orar ante el ataúd del Pontífice

La amistad entre el Papa Francisco y la monja francesa que ignoró el protocolo para orar ante el ataúd del Pontífice

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La imagen de Geneviève-Josèphe Jeanningros con su cofia (velo) azul y una mochila verde en la espalda, rezando y llorando ante el féretro del argentino, mientras a su lado pasaban los cardenales, ha conmovido al mundo.

La amistad entre el Papa Francisco y la monja francesa que ignoró el protocolo para orar ante el ataúd del Pontífice
Jueves 24 de abril de 2025 18:52
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Hasta este miércoles, el nombre de la monja francesa Geneviève-Josèphe Jeanningros, de 82 años, era conocido por solo un puñado de personas.

Sin embargo, con su decisión de quedarse inmóvil frente al ataúd del Papa Francisco durante unos minutos, eso ha cambiado.

La imagen de la pequeña religiosa con su cofia (velo) azul y una mochila verde en la espalda, rezando y llorando ante el féretro del argentino, mientras a su lado pasaban los cardenales, ha conmovido al mundo.

El protocolo dispuesto por el Vaticano para la capilla ardiente del Papa Francisco prohíbe expresamente detenerse ante su cuerpo, el cual está ubicado a los pies del altar mayor de la Basílica de San Pedro, y todo aquel que intenta saltarse la norma es conminado por el personal de seguridad a cumplirlo.

¿Por qué no ocurrió eso con la religiosa? Por la estrecha amistad que ambos mantenían, según ha comenzado a transcender.

La relación, no obstante, no comenzó con buen pie, de acuerdo a la propia Jeanningros y quienes la conocen.

LA CARTA QUE INICIÓ TODO

"Ella estaba molesta, pero que muy molesta con Bergoglio y le envió una carta haciéndoselo saber", le explicó a BBC Mundo Emily Stout, una compañera de Jeanningros en la congregación de las Hermanitas de Jesús, orden a la que pertenece la ahora reconocida religiosa.

¿El motivo? "Su actuación en el caso de los desaparecidos durante la última dictadura militar en Argentina", agregó la monja estadounidense desde la sede de la Fraternidad General de las Hermanitas de Jesús, ubicada a pocos pasos de la histórica Abadía de Tre Fontane, donde, según la tradición, fue decapitado el apóstol Pablo en el año 67 d.C.

Jeanningros es sobrina de la también religiosa francesa Lèonie Duquet, quien en diciembre de 1977 fue detenida y desaparecida por el régimen militar argentino junto a otras 12 personas, incluida otra monja gala llamada Alice Domon. Esto, por su activismo en derechos humanos.

Las autoridades militares pretendieron simular que la acción fue perpetrada por la guerrilla de los Montoneros, subieron a los cautivos a un avión y los arrojaron al mar.

El cadáver de Duquet no fue encontrado e identificado sino hasta 2005, cuando fue sepultado en la iglesia de la Santa Cruz de Buenos Aires, de donde se la llevaron sus captores. El gesto, no obstante, no satisfizo a su sobrina.

"El entierro me disgustó", admitió Jeanningros en un video compartido por sus compañeras de orden.

Y acto seguido dijo: "La iglesia estaba llena a reventar, pero no había ni un solo representante del obispado (…) no podía aceptar eso. No quería que mi tía estuviera allí".

"En octubre de 2005, Bergoglio (entonces arzobispo de Buenos Aires) vino a Roma, para el Sínodo de los Obispos, y le escribí quejándome y le dejé mi número de teléfono. Él me llamó y allí me dije: '¿qué hiciste?'", prosiguió la religiosa.

"Él me dijo: 'gracias, mi hermana, por enviarme esta carta, pero quería decirle que no soy ajeno a esta situación y que yo permití que los enterraran (a los desaparecidos) alrededor de la iglesia'", narró.

Pero la religiosa no quedó conforme e insistió en su reclamo.

"Yo le respondí: 'Eso no es suficiente. Tenía que haber estado usted allí (en el entierro) por la gente que sufrió tanto. La Iglesia tenía que estar presente y no estuvo'. Luego se quedó en silencio un buen momento y me respondió: 'gracias, mi hermana, así debemos hablarnos entre hermanos y hermanas'", afirmó.

Ocho años después, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, Bergoglio fue elegido nuevo jefe de la Iglesia católica, algo que asustó a la monja, confesó en el video.

Sin embargo, apenas un mes después de su elección, la hermana descubrió que no había nada que temer.

"El 20 de abril de 2013, nos invitaron a una misa en (la residencia) Santa Marta (donde vivió y murió el pontífice argentino); después de la misa, el Papa nos dio la bienvenida y me besó", narró la anciana religiosa.

SIEMPRE PRESENTE

"¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre, para los pobres!". Cuando Jeanningros escuchó a Bergoglio pronunciar estas palabras, unos días después de su elección, concluyó que era el hombre adecuado para sentarse en el trono de San Pedro.

"Allí me puse a llorar, porque mi tía había muerto por eso, por los pobres. Y me dije: finalmente algo va a cambiar", recordó.

Con el paso del tiempo, la relación entre el fallecido papa y la religiosa no hizo más que estrecharse.

"Ella iba a casi todas las audiencias generales de los miércoles y se preocupaba por sacar las entradas como cualquier persona, aunque seguramente si hubiera llamado al Vaticano se las habrían dado sin ningún problema", explicó Stout.

El Papa también le devolvió las visitas a la religiosa. Así, en 2015 y a finales de 2024, se trasladó hasta el Luna Park, el parque de atracciones donde la anciana religiosa vive junto a feriantes, ubicado en la localidad de Ostia, unos 30 kilómetros al suroeste de Roma.

La monja relató que el pontífice se sorprendió por la manera sencilla como vivía y en particular por ver dónde tenía la capilla.

"No pensé que tuvieran el Santísimo en el remolque", dijo el desaparecido pontífice, según el relato de la hermana.

Durante la pandemia, la religiosa aprovechó sus contactos con Bergoglio para solicitarle ayuda, en forma de comida y enseres para los trabajadores del parque y también un grupo de transexuales que viven por la zona.

Sin embargo, desde la congregación aclararon que la labor de Jeanningros con este colectivo comenzó en los últimos años.

UNA CONGREGACIÓN INUSUAL

La exposición mediática de Jeanningros también ha puesto los focos sobre la congregación de la que forma parte: Hermanitas de Jesús, una orden fundada en 1939 por la francesa Magdeleine Hutin (1898-1989), mejor conocida como Magdalena de Jesús.

La orden religiosa es distinta a otras que existen dentro de la Iglesia católica. ¿Por qué? "En sus comienzos, era una comunidad dedicada exclusivamente a los nómadas y a los musulmanes", se lee en su sitio web.

Años después, "la hermanita Magdalena recibe interiormente la certeza de que la Fraternidad está llamada a abrirse al mundo entero, conservando una amistad especial con los creyentes del islam", prosigue la presentación.

"Nuestra fundadora se inspiró en Charles de Foucauld (1858-1916), un religioso francés que en el siglo XIX se va al Sahara a vivir con los musulmanes, pero sin la intención de convertirlos, sino que quería enseñarles que su vida era valiosa", explicó la hermana Stout.

De Foucauld fue canonizado por Francisco en mayo de 2022, casi 17 años después de haber sido beatificado.

Stout aseguró que la congregación no tiene entre sus objetivos buscar nuevas almas.

"Queremos que los musulmanes vivan su propia fe y su propia tradición religiosa, porque la Iglesia cree que vivir la fe con profundidad, sea cual sea, es la salvación", aseveró.

"Nuestro apostolado es uno de amistad, nosotros queremos vivir lo que viven nuestros vecinos y compartir su destino, no imponer nada", agregó.

Asimismo, afirmó que no dirigen colegios, hospitales, ambulatorios ni ancianatos.

"Trabajamos codo a codo con la gente. Hacemos trabajos de limpieza, en fábricas o en parques de atracciones como la hermana Jeanningros, porque creemos que esta es la mejor manera de ser accesibles y es la mejor manera de llevar la Iglesia a las personas que nunca van a la ella y que incluso han sido heridos por la Iglesia", puntualizó.

Otro elemento llamativo es que viven integradas en las zonas de los 48 países donde tienen presencia.

"Vivimos en pequeñas comunidades, de tres o cuatro personas, que llamamos fraternidades, que significa hermandad. Vivimos en apartamentos o, como la hermana Jeanningros, en un remolque al lado de los trabajadores del parque. Ella incluso tiene un puesto donde vende artículos", precisó a BBC Mundo la hermanita Clémence, también miembro de la orden.

"Nos gusta el bajo perfil, porque nos da libertad y creatividad", dijo Stout, quien agregó: "el poder y la influencia son perjudiciales para el evangelio y supone una amenaza para su mensaje".

La religiosa atribuyó a este bajo perfil el hecho de que Jeanningros haya optado por rechazar la invitación de BBC Mundo para una breve entrevista.

"La amistad tiene algo muy íntimo y cuando conoces y respetas profundamente a alguien, no quieres exponerlo", explicó.

(Imagen: Getty Images)

PURANOTICIA // BBC MUNDO

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