
El FMI defiende que el aumento de las barreras arancelarias en países deficitarios como Estados Unidos "solo tiene un impacto mínimo en los desequilibrios globales".
El Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó este martes que los crecientes desequilibrios en las mayores economías subrayan la necesidad de "un ajuste concertado" de las políticas macroeconómicas internas, advirtiendo de que el aumento de los aranceles comerciales solo tiene un impacto mínimo a la hora de abordar la situación en economías deficitarias como la de Estados Unidos, para el que recomienda un plan de consolidación fiscal que reduzca la proporción de deuda sobre PIB.
En su informe anual sobre el sector externo, la institución estima que los saldos globales por cuenta corriente aumentaron en unos considerables 0,6 puntos porcentuales del PIB mundial en 2024, lo que representa "una notable reversión" de la contracción observada desde la crisis financiera mundial y advierte de que podría indicar "un cambio estructural significativo".
En este sentido, el FMI destaca que el aumento de los excedentes de la balanza de pagos es el mayor en una década, impulsado principalmente por China (+0,24 % del PIB mundial), EE.UU. (-0,20%) y, de forma más moderada, por la eurozona (+0,07%).
"El aumento de los superávits comerciales de China y el creciente déficit comercial de Estados Unidos reflejan desequilibrios macroeconómicos internos en cada país", afirma el informe del FMI, que insiste en que las soluciones adecuadas deben basarse en políticas macroeconómicas internas.
De este modo, en el caso de Europa plantea la necesidad de aumentar el gasto en infraestructura pública para cerrar la brecha de productividad que se abrió con Estados Unidos, mientras que para China esto significa reequilibrar la actividad económica hacia el consumo y en el de Estados Unidos "impulsar la consolidación fiscal".
Desde esta perspectiva, el FMI reconoce que algunos desarrollos recientes pueden ser "moderadamente alentadores", a medida que China y la eurozona aumentan el apoyo fiscal y la inversión pública, aunque advierte de que los riesgos se mantienen a la baja, ya que los déficits públicos en Estados Unidos siguen siendo excesivamente elevados, y la reciente depreciación del yuan, junto con la del dólar, podría ampliar los superávits por cuenta corriente en China.
Asimismo, el FMI defiende que el aumento de las barreras arancelarias en países deficitarios como Estados Unidos "solo tiene un impacto mínimo en los desequilibrios globales", puesto que los aranceles actúan como un 'shock' de oferta negativo en los países que los aplican y reducen tanto la inversión como el ahorro, manteniendo los saldos por cuenta corriente prácticamente sin cambios.
En el caso de EEUU, la institución aboga por implementar a medio plazo un plan de consolidación fiscal, orientado a lograr un superávit primario de aproximadamente el 1% del PIB para reducir la ratio deuda/PIB y ajustar la posición externa al nivel implícito en los fundamentos a mediano plazo.
De tal manera, las políticas industriales estadounidenses deberían centrarse estrictamente en objetivos específicos donde las externalidades o los fallos del mercado impidan soluciones de mercado eficaces, evitando favorecer a los productores nacionales frente a las importaciones.
Por otro lado, para promover la estabilidad externa, el FMI recomienda a Washington buscar resolver constructivamente las tensiones comerciales, promover un entorno comercial claro, estable y predecible, y promover una cooperación pragmática y una integración más profunda mediante acuerdos comerciales regionales e interregionales, así como con la reducción no discriminatoria de las barreras comerciales.
En su informe, el FMI recuerda que los superávits o déficits externos no tienen por qué ser un problema y pueden ser deseables hasta cierto punto, mientras que los déficits como los superávits excesivos "pueden ser fuentes de riesgo".
En este sentido, señala como principal riesgo para los países con déficits excesivos un potencial rápido aumento de las primas de riesgo, que culmine en una pérdida repentina de acceso al mercado, obligándolos a un ajuste abrupto y doloroso.
"Si el país tiene un gran peso en la economía mundial o está muy interconectado, la recesión económica asociada puede perjudicar a otros", señala.
De su lado, los superávits excesivos también generan riesgos, ya que, en algunos países, implican déficits excesivos en otros y al deprimir las tasas de interés pueden inducir a otros países a endeudarse excesivamente.
"En los casos en que las tasas de interés globales no pueden ajustarse a la baja -una trampa de liquidez-, los superávits excesivos pueden deprimir la actividad a nivel mundial", afirma Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, para quien los déficits o superávits excesivos "reflejan distorsiones internas", por ejemplo, una política fiscal excesivamente laxa en los países deficitarios o redes de seguridad insuficientes que generan un ahorro precautorio excesivo en las economías con superávit.
(Imagen: Chip Somodevilla/Getty Images)
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