
La Casa Blanca ha exigido que la universidad más antigua de Estados Unidos implemente cambios en sus prácticas de contratación, admisión y docencia, lo que, según afirma, ayudará a combatir el antisemitismo en el campus.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, pidió que la Universidad de Harvard pierda una valiosa exención fiscal, horas después de que su administración anunciara la congelación de más de US$2.000 millones en fondos federales para esta prestigiosa institución.
La Casa Blanca ha exigido que la universidad más antigua de Estados Unidos implemente cambios en sus prácticas de contratación, admisión y docencia, lo que, según afirma, ayudará a combatir el antisemitismo en el campus.
Desde su regreso a la presidencia en enero, Trump ha impulsado la reestructuración de las mejores universidades de EE.UU., amenazando con retener fondos federales, destinados principalmente a la investigación.
El lunes Harvard se convirtió en la primera gran universidad estadounidense en rechazar las exigencias de su administración, acusando a la Casa Blanca de intentar "controlar" a su comunidad.
En una publicación en redes sociales el martes por la mañana, Trump amenazó con ir más allá de la simple retención de los fondos federales y criticó la exención fiscal de Harvard.
En EE.UU., las universidades, así como muchas organizaciones benéficas y grupos religiosos, están exentas del pago de impuestos federales sobre la renta. Sin embargo, esta valiosa exención fiscal puede eliminarse si los grupos se involucran en actividades políticas o se desvían de sus objetivos declarados.
"¿Quizás Harvard debería perder su estatus de exención fiscal y ser gravada como entidad política si sigue promoviendo la 'enfermedad' con inspiración política, ideológica y terrorista?", escribió Trump en Truth Social. "¡Recuerden, la exención fiscal depende totalmente de actuar en interés público!".
Perder la exención fiscal podría costarle a Harvard millones de dólares cada año.
Los cambios radicales exigidos por la Casa Blanca habrían transformado las operaciones de Harvard y cedido gran parte del control de la universidad al gobierno.
En la carta que la Casa Blanca mandó a Harvard el pasado viernes, obtenida por el diario The New York Times, se afirmaba que la universidad no había cumplido con las "condiciones de derechos intelectuales y civiles" que justifican la inversión de fondos federales.
La carta incluía 10 categorías para los cambios propuestos, entre ellas:
El presidente Trump ha acusado a las principales universidades de EE.UU. de no haber protegido a los estudiantes judíos cuando en los campus universitarios de todo el país se realizaron el año pasado protestas contra la guerra en Gaza y el apoyo de Estados Unidos a Israel.
Al explicar su rechazo a estas demandas del gobierno federal, el presidente de Harvard, Alan Garber, afirmó que la universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales amparados por la Primera Enmienda que protege la libertad de expresión.
"Si bien algunas de las demandas presentadas por el gobierno tienen como objetivo combatir el antisemitismo, la mayoría representan una regulación gubernamental directa de las condiciones intelectuales en Harvard", dijo en su carta de respuesta.
Poco después de que Garber enviara esta carta, el Departamento de Educación anunció la congelación inmediata de US$2.200 millones en subvenciones y US$60 millones en contratos a Harvard.
"La declaración de Harvard de hoy refuerza la preocupante mentalidad de privilegios, endémica en las universidades y centros de educación superior más prestigiosos de nuestro país", declaró el Departamento de Educación en un comunicado.
David Armitage, profesor de historia de Harvard, declaró a la BBC que la universidad podía permitirse resistir ante las presiones de Trump, siendo la más rica de Estados Unidos, y que ningún precio era demasiado alto para mantener la libertad.
"Es un acto, como era de esperar, totalmente infundado y vengativo, por parte de la administración Trump, cuyo único objetivo es silenciar la libertad de expresión", declaró.
En marzo, la administración Trump anunció la revisión de aproximadamente US$256 millones en contratos y subvenciones federales a Harvard, y de otros US$8.700 millones en compromisos de subvenciones plurianuales.
Los profesores de Harvard presentaron una demanda en respuesta, alegando que el gobierno estaba atacando ilegalmente la libertad de expresión y la libertad académica.
Harvard, que cuenta con un patrimonio de US$53.000 millones, es una de las varias universidades de élite en la mira del gobierno de Trump.
El expresidente de EE.UU., Barack Obama, instó a otras instituciones a seguir el ejemplo de Harvard y no ceder a las exigencias de Trump.
"Harvard ha dado ejemplo a otras instituciones de educación superior al rechazar un intento ilegal y torpe de reprimir la libertad académica, al tiempo que toma medidas concretas para garantizar que todos los estudiantes de Harvard puedan beneficiarse de un entorno de investigación intelectual, debate riguroso y respeto mutuo", escribió Obama en sus redes sociales.
El mes pasado la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York, accedió a una serie de exigencias de la administración Trump después de que la Casa Blanca amenazara con retirar US$400 millones de fondos federales.
Las peticiones incluían la expulsión de estudiantes, la reforma de sus políticas de admisión, la prohibición de llevar prendas que cubran la cara y sirvan para ocultar la identidad, y adoptar y promulgar una definición de antisemitismo.
Columbia también tenía que someter a su Departamento de Estudios de Medio Oriente a la "intervención académica" y la supervisión de un funcionario ajeno a la institución.
Un día antes de expirara el plazo dado por la administración Trump, Columbia claudicó.
En los último días se informó que el gobierno federal congeló US$1.000 millones en fondos para la Universidad de Cornell, en el estado de Nueva York, y US$790 millones destinados a la Universidad de Northwestern, cerca de Chicago, a la espera de los resultados de una investigación sobre antisemitismo.
La Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, fue informada de que se suspenderían becas de investigación por valor de US$210 millones y la Universidad Brown perdió financiación por valor de US$500 millones.
"Este enfrentamiento se ha gestado durante varios meses y representa otro ataque de la administración Trump a los pilares de la democracia y la sociedad estadounidenses. Y por eso Harvard se ha negado a ser chantajeada y a poner fin a sus programas de diversidad", le dijo a BBC Mundo Dafydd Townley, profesor de política estadounidense y seguridad internacional de la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido.
Los expertos coinciden en que los recortes impulsados por la administración Trump pondrán en peligro la viabilidad de importantes programas de investigación planificados por las universidades afectadas desde hacía tiempo, por no hablar de la posible fuga de cerebros.
"Los recortes drásticos que se avecinan obligarán a las universidades a retirarse de la investigación, lo que podría dejar solo a algunos grupos de profesores activos en investigación. Peor aún, podría conducir al colapso total del sistema", escribió Robert A. Brown, presidente emérito de la Universidad de Boston en la revista especializada Times Higher Education.
"El resultado podría ser que solo las universidades más ricas puedan sostener la investigación y las demás se marchiten", añadió.
(Imagen: Getty Images)
PURANOTICIA // BBC MUNDO