Más de 200 hectáreas fueron arrasadas por el fuego en Santo Domingo, 1.800 hectáreas fueron arrasadas en San Pedro de Melipilla, y otras tantas en Pichilemu y Litueche, todas entre lunes y martes de esta semana, los primeros días con temperaturas sobre los 28 y 30 grados en nuestra zona central.
Cuando uno escucha y ve los incendios forestales cuando se están produciendo no puede dejar de pensar quién los originó. Aún tenemos palpable el megaincendio que arrasó con miles de hectáreas, más de 15.500 viviendas y dejó, al menos, 138 personas fallecidas en Viña del Mar y Quilpué, y que tras meses de investigación se pudo corroborar que entre los que generaron la emergencia hay Bomberos.
Hace tan solo unas semanas fuimos testigos de como un funcionario de la institución en La Cruz fue formalizado, quedando en prisión preventiva, tras ser el autor de un siniestro que arrasó con 4 hectáreas. El imputado se desempeñaba como maquinista del Cuerpo de Bomberos de La Cruz desde el año 2014 a la fecha, vale decir, llevaba más de 10 años como voluntario.
¿Qué ha hecho Bomberos para evitar estos episodios? En marzo del 2025, Bomberos de Chile impulsó una profunda reforma institucional. Este plan incluyó un examen psicológico, una nueva malla curricular con enfoque ético y un diplomado para líderes, para prevenir conductas que comprometan la credibilidad de la institución.
El Presidente nacional de Bomberos, Juan Carlos Field, dijo en su minuto que "tenemos que actualizarnos y, bajo esta modernización, incorporar el tema psicológico, el consumo de drogas y la salud en general como parte del proceso de ingreso".
Pero ¿solo para los nuevos Bomberos?, ¿y los antiguos qué? El mismo caso de La Cruz era un maquinista con más de 10 años de antigüedad en la institución, y los imputados por el megaincendio había nada menos que un capitán de Bomberos, es decir personal antiguo.
¿No debieran hacerse un completo test psicológico todos los integrantes de los Cuerpos de Bomberos del país? Es una duda abierta a los que se deberían sumar quizás también los brigadistas de Conaf y por qué no, cada uno de los involucrados en la Senapred.
No hay estudio que no ratifique que el origen de los incendios forestales, en su mayoría, son de origen humano. Son intencionales, no todos tienen el mismo objetivo, pero en su mayoría lo son. Si a esto le sumamos los hechos acontecidos en el megaincendio de Viña del Mar, quienes fueron los integrantes de esa verdadera organización que ejecutó el siniestro, y le sumamos lo ocurrido en La Cruz, es fácil llegar a la conclusión. Todos, no solo los nuevos, todos los protagonistas que forman parte de la cadena de prevención y contención de incendios deberían pasar con creces, al menos, un test psicológico. Será la única forma de bajar considerablemente las dudas de quiénes están tras los incendios forestales que amenazan con arrasar en esta próxima temporada.