Los caribeños lograron igualar el marcador luego de irse al descanso perdiendo por dos goles, lo que mantiene abiertas sus opciones de avanzar a los octavos de final.
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Las selecciones italianas hace rato que están mostrando desniveles importantes. Y en el Mundial Sub-20 de Chile lo demostraron una vez más al ceder increíblemente un empate (2-2) ante el modesto Cuba, en un partido disputado en el estadio Elías Figuero de Valparaíso y válido por el grupo D.
Nada hacía presagiar lo que finalmente pasaría en el encuentro. Pero las circunstancias se fueron encadenando.
Haciendo circular la pelota, abriendo la cancha por los costados -en especial por el lado izquierdo- lo europeos no tuvieron grandes dificultades para desarticular la básica estrategia de los isleños, que era agruparse con mucha gente en su terreno e intentar, más que una jugada de transición rápida, algún pelotazo que pudiese desestabilizar en algo al conjunto rival.
El partido transitaba así muy tranquilo para Italia que ya en la media hora ganaba por 2-0 con anotaciones de Andrea Natali (14’) y Jamal Iddrissou (31’).
Pero al final del primer tiempo pareció abrirse una ventana inesperada para Cuba por la expulsión de Jammal Iddrissou por doble amonestación.
Y los cubanos aprovecharon la oferta gracias a su mayor ambición y, por cierto, la ayuda inestimable de los italianos que, como en los viejos tempos, se tiraron para atrás, sin culpas, renunciando a seguir atacando.
Así, surgieron dos figuras tremendas en Cuba. Uno fue el volante Jade Quiñones quien protagonizó casi todos los intentos ofensivos de su equipo.
El otro Michael Carmejo quien, con saltitos incluidos, convirtió los dos penales que le dieron el heroico empate a los isleños.
Golpe total. Para el torneo, para los cubanos y para una Italia que demostró nuevamente que ya no es la de antes.
PURANOTICIA
