Trabajo desarrollado entre la Aduana de Valparaíso, la PDI y la Fiscalía permitió que se realizara el envío controlado de la droga oculta en maquinaria agrícola rumbo a España, donde se detuvo a dos rumanos, un colombiano y un español; además de siete ciudadanos chilenos.
Las sospechas de los funcionarios de la Unidad de Análisis de Riesgo (UAR) de la Aduana de Valparaíso respecto de una operación maritima en el Puerto de Valparaíso, permitieron que la Policía de Investigaciones (PDI), en coordinación con la Fiscalía, desbarataran una organización criminal transnacional que operaba tanto en Chile como en Europa, y donde el objetivo era trasladar droga hacia el Viejo Continente.
La operación policial permitió detener a 14 personas: siete en operativos simultáneos desarrollados en Valparaíso, Calama y Santiago, correspondientes a siete hombres y dos mujeres, todos chilenos; cuatro en Francia: dos rumanos (que además son los líderes de la banda) un colombiano y un español; además de tres sujetos que ya están encarcelados en nuestro país por tráfico de drogas. Pero junto a ello, la diligencia permitió incautar más de 60 kilos (60.200 gramos) de clorhidrato de cocaína.
"Consiste en una diligencia de investigación que autoriza nuestra ley, que permite hacerle seguimiento a un embarque, por ejemplo de cocaína, que va desde nuestros puertos hacia el extranjero, con el objetivo de desbaratar las bandas en ambos extremos. Es decir, desbaratar no sólo la banda que ha planeado la operación desde Chile, sino que también cooperar con los países extranjeros para que ellos estén en condiciones de desbaratar a las bandas que recibieron o que efectuaron el encargo del envío de droga hacia sus países", destacó el fiscal nacional Ángel Valencia.
El procedimiento de investigación nace luego que funcionarios de la Aduana de Valparaíso expresaron sus sospechas frente a una operación marítima que tendría lugar en el Puerto de Valparaíso, confirmándose posteriormente que se trataba de la primera entrega vigilada internacional saliendo desde un puerto chileno.
Luego de la alerta dada por la Aduana de Valparaíso a la PDI y a la Fiscalía, los detectives detectan que la droga ingresó a Chile a través de pasos no habilitados del norte, donde a través de acondicionamiento de maquinaria agrícola, ésta era contaminada con la cocaína y enviada –vía puerto de Valparaíso– hacia Europa, donde su primer puerto de destino era España, para ser luego ser trasladada –vía terrestre– a Francia.
En la primera parte de la investigación, además, se detecta la existencia de una empresa de fachada, lo cual fue comprobado al ver que los domicilios legales señalados no correspondían a tal compañía, situación que no sólo confirmó las sospechas de la Aduana de Valparaíso, sino que dio origen a una investigación más exhaustiva.
Así es como en febrero de este año se detecta el envío de droga y se interviene el cargamento para iniciar un inédito procedimiento de entrega controlada de la droga en Europa: "Esto se hace con el máximo cuidado, para no alterar fisicamente la maquinaria donde iba oculta y se detectan estos 60 kilos de clorhidrato de cocaína que iban en la maquinaria", explicó el prefecto inspector, Mauro Mercado, jefe Nacional Contra el Crimen Organizado de la Policía de Investigaciones.
Una vez detectado el modus operandi de los delincuentes, se realizaron las coordinaciones entre la PDI y la Fiscalía con sus pares en España y Francia, logrando realizarse operativos conjuntos que permitieron detener a cuatro personas luego que la sustancia ilícita arribara de manera vigilada al Viejo Continente.
Acerca de los roles de los integrantes de esta organización criminal internacional, el oficial de la policía civil explicó que los dos sujetos de nacionalidad rumana encargaban la droga a Chile y financiaban la operación. Además se encargaban de dosificar y distribuir la sustancia ilícita, tanto en España como en Francia.
El colombiano y el español, en tanto, eran los encargados de la logística de la operación, vale decir, ellos recibían la droga en el país ibérico y luego hacían el tránsito hacia Francia, con los respectivos cuidados al cruzar una frontera tan custodiada.
Por su parte, los ciudadanos chilenos eran los encargados de recibir la droga en la frontera norte del país para luego ser trasladada hasta Calama donde se acopiaba y se contaminaban las maquinarias agrícolas con la cocaína para finalmente preparar el envío a la región Metropolitana. Desde allí aguardaron el momento exacto para trasladarla en un contenedor al Puerto de Valparaíso, realizar los trámites aduaneros, y finalmente enviarla en barco rumbo a España, en Europa.
Cabe hacer presente que, además, durante los allanamientos, la PDI encontró diversas especies, como un revólver, seis vehículos particulares, un camión de alto tonelaje, una grúa horquilla, nueve teléfonos celulares y más de $23 millones en efectivo.
El fiscal Ángel Valencia destacó que "cuando combatimos el crimen organizado, dijimos que íbamos a tratar de combatirlo en todas sus ramas. No nos vamos a preocupar sólo de los hilos más delgados de la organización, vamos a tratar de ir desde quienes los preparan, organizan, hasta quienes reciben y las venden. De esta manera también destruimos su mercado. En este caso en particular, hay un trabajo muy valioso del Ministerio Público, la Aduana y la PDI, para que hayamos podido romper los dos extremos de la cadena, tanto quienes embarcaron como quienes están comprando".
"Logramos desbaratar una banda internacional, tanto la que operaba en Chile como la que operaba en España y Francia. Esto, de alguna manera, da cuenta de la función que los aduaneros tenemos en el país. Somos la primera línea en la protección de nuestras fronteras, no sólo en ingreso de mercancías ilícitas, sino que también salida de productos que puedan afectar la imagen de los puertos chilenos", comentó desde Valparaíso el subdirector de Fiscalización de Aduanas, José Luis Castro.
El prefecto inspector Mauro Mercado valoró que "si esta sustancia hubiese sido comercializada en Europa, hablamos de una ganancia ilícita por más de $1.500 millones. Cada envío tenía un costo de unos $26 millones a $27 millones. Ese es el nivel de ganancia que tienen estas organizaciones. Por eso estamos decididos a combatir fuertemente el patrimonio y los capitales del crimen organizado, que es por donde nosotros podemos empezar a debilitarlos y poder hacerlos retroceder".
Por último, la delegada presidencial regional de Valparaíso, Sofía González, señaló que valoraba "el impecable trabajo que se ha realizado en este operativo, en una coordinación muy fina entre el Ministerio Público, PDI y la Aduana. Da cuenta de la fortaleza que tienen las instituciones cuando toman la decisión clara de enfrentar a la delincuencia y, en este caso, el crimen organizado. Este operativo es un duro golpe al crimen organizado, por distintas razones".
Vale indicar que en este operativo participaron el Departamento de Drogas de Aduanas, la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado (Brianco) de la PDI Valparaíso, y la Fiscalía de Valparaíso, encabezada por el fiscal Manuel Quintana.
PURANOTICIA