Si bien, en esa época se logró salir momentáneamente del hoyo financiero que tenía la gestión Mella, lo cierto es que los $1.000 millones transferidos por una entidad financiera le significaron una deuda a 60 meses que el Municipio deberá pagar hasta mediados de 2025.
El estallido social y la pandemia del Covid-19, sumado a un mal manejo presupuestario de la administración del entonces alcalde Luis Mella, causaron severos estragos financieros en la Municipalidad de Quillota, consecuencias que hasta el día de hoy –literalmente– sigue pagando la gestión actual del alcalde Óscar Calderón.
Los primeros tres meses del 2020 fueron, sin duda alguna, de los más difíciles que debió enfrentar el médico de profesión en los casi 30 años que estuvo en el máximo puesto de esta comuna de la región de Valparaíso. Y es que la deuda se hacía prácticamente incontrolable y los principales proveedores para la mantención de la comuna ya amenazaban con abandonar los contratos firmados con la Municipalidad.
Y aunque ya habían existido advertencias al alcalde Luis Mella para que diera un giro en su administración económica, lo cierto es que los consejos no fueron atendidos. El panorama no era esperanzador, pues la crisis financiera era total.
Es bajo este contexto que la Dirección de Administración y Finanzas inició gestiones para llevar a cabo un leaseback que le permitiera al Municipio obtener recursos relativamente rápidos para hacer frente a las dificultades que enfrentaba.
Y es que para dimensionar lo que ocurría el 2020 en Quillota, vale hacer presente que sólo en recolección de aseo debían $450 millones; mientras que a la empresa de mantención se le adeudaban otros $287 millones. Por su parte, Chilquinta –de manera inédita– amenazaba con cortar el suministro eléctrico del alumbrado público, pues la deuda con esta empresa se empinaba hacia los $70 millones.
De esta manera, se volvía a echar mano a un mecanismo ya utilizado el 2014 por su administración, pues aquel año el Colegio de Profesores le exigía al Municipio el pago del Bono SAE, por el cual incluso solicitaron el remate del estadio Lucio Fariña. Así fue como Mella aplicó un leaseback, ya que las arcas municipales estaban vacías.
Vale explicar que esta operación consiste en la venta de uno o varios bienes inmuebles de la ciudad a alguna entidad bancaria o financiera. De esta manera, se suscribe un contrato de arrendamiento sobre éste, obteniendo recursos inmediatos, pero sin perder el uso del inmueble. Esto, ya que al finalizar el contrato, la casa edilicia podría nuevamente adquirir la propiedad a un valor determinado.
Con esta nueva crisis ya desatada, la Secretaría de Planificación Comunal (Secpla) levantó en Mercado Público la licitación que denominaron «Lease-Back para Municipalidad de Quillota», por un sorprendente monto de mil millones de pesos ($1.000.000.000).
La Municipalidad, en tanto, pagaría dicho monto en 60 meses, sin perjuicio del pago de la cuota correspondiente a la opción de compra, intereses y la entrega del terreno del Parque Aconcagua como garantía. Es decir, pan para hoy, hambre para mañana...
Pero antes de conseguir los $1.000 millones, la tarea de convencimiento no fue nada fácil, pues la casa edilicia arrastraba un bajo crecimiento de ingresos desde el año 2014, sumado a que los informes de Dicom daban cuenta de facturas impagas por más de $100 millones, además de los cuestionamientos por gastos en personal, entre otras argumentaciones expresadas por las instituciones financieras.
Es así como sólo Eurocapital S.A. se mostró disponible para presentar una oferta por el monto que requería el Municipio de Quillota, la cual finalmente fue adjudicada en julio de 2020. Los contratos se firmaron de inmediato y a fines de ese mes la compañía de factoring transfirió los $1.000 millones, lo que le permitió a la administración Mella salir del hoyo económico en el que se encontraba en ese momento.
Pese a que desde la entidad edilicia afirmaban que el dinero "cayó del cielo", lo cierto es que se abrió una nueva deuda para la Municipalidad, recordando que el compromiso era devolver el dinero en 60 cuotas, con una renta fija mensual de 772,42 UF (unidades de fomento), pagando un poco más de 22 millones de pesos ($22.158.289) en septiembre de 2020. Es decir, restaban 59 cuotas, ajustables mes a mes al valor de la UF.
10 meses más tarde, Luis Mella deja de ser el Alcalde de Quillota, por lo que el grueso de la deuda fue traspasado a la nueva administración, a Óscar Calderón, su ex administrador municipal al que –por entonces– el médico apoyó firmemente. Así es como su "delfín" se quedó con el compromiso, más una deuda de $960 millones que le dejó la anterior gestión municipal. Es decir, si no fuera por el leaseback, el pasivo de la casa edilicia habría llegado a los $1.960 millones, una cifra récord en Quillota.
Pero eso no es todo, pues estos recursos "caídos del cielo" también le significan a la Municipalidad de Quillota estar pagando más de $500 millones en intereses. Esto último, en base a un cálculo simple: multiplicar las UF (772,42) x 60, lo que da como resultado 46.345,2. Considerando que en ese entonces la UF estaba en más de 28 mil y hoy en 37 mil, el promedio es 33 mil. Dicho número, multiplicado por la totalidad de UF da como resultado $1.529.391.600. Es decir, más de $500 millones sólo en intereses.
A la fecha, la Municipalidad de Quillota ya ha pagado 45 cuotas del crédito por el leaseback, lo que se traduce en un 75% (intereses incluidos). De esta manera, restan por pagar 15 cuotas, de las cuales ocho (de mayo a diciembre) fueron incorporadas por la administración Calderón en el ítem de gastos del presupuesto 2024.
Cabe recordar que durante su última Cuenta Pública Municipal, realizada el pasado 18 de abril en el Centro Cultural de Quillota, el alcalde Óscar Calderón dedicó un capítulo especial al ejercicio presupuestario 2023, poniendo el énfasis en la gestión económica desde que asumió en julio del 2021. Así fue como detalló que su primera tarea consistió en controlar los gastos y recaudar más ingresos, logrando estabilizar la deuda ese año en $886 millones. Al año siguiente, en tanto, la deuda municipal se redujo a sólo $77 millones, mientras que el 2023 terminó su ejercicio con deuda cero.
PURANOTICIA