
El felino se sube sin dudar en la espalda de su dueña y la sesión continúa como si nada pasara.
Muchas personas practican el Yoga día a día, sin embargo nunca se había visto que un gato disfrutara de esto tanto como sus dueños.
Es así como esta mujer comienza su sesión y aparece de repente su gato, quien se para tranquilamente a sus pies y en el momento en que ésta se agacha el gato aprovecha de subirse a su espalda y quedarse ahí concentradamente.
El gato tranquilo se acomoda en la espalda de la mujer, mientras ella continúa su sesión como si nada hubiese ocurrido.
Pn/fg
PURANOTICIA.