
La cosa fue así, una niña de 13 años quería entrar a una película de terror para mayores de 16 años, por cual la empleada del cine se negó a venderle las entradas, pero no contaba con la insistencia de la madre quien se descontroló por completo y le quebró el tabique nasal de un puñetazo, cuando la dependiente le dijo que tenía que llenar una planilla de autorización.