Lo más sencillo sería pensar que no funcionarían después del experimento. ¿Se cumplirá el pronóstico?
Cuando compramos un teléfono probamos todas sus funcines: cambiamos la melodía, configuramos la alarma, forzamos el altavoz al volumen más alto posible y miramos todos los fondos de pantalla hasta que damos con el que más nos gusta. Son muchos los 'experimentos' que llevamos a cabo con nuestro nuevo 'smartphone', pero nunca se nos habría ocurrido someterlo a casi 10 horas de congelación dentro de un 'tupper' relleno de Coca-Cola. ¿O sí?
Adrian Isén sí tuvo esa idea, y no dudó en colgar el resultado en YouTube para deleite de sus seguidores. Desde que hiciera público el vídeo el pasado 23 de marzo, más de 2,6 millones de personas han hecho clic sobre su grabación para comprobar cuáles eran las reacciones de los teléfonos sometidos a tan extraña prueba.
El autor de la grabación utilizó como protagonistas de su experimento un Samsung Galaxy S7 Edge y un iPhone 6S Plus. Ambos fueron depositados en una fiambrera para posteriormente ser sumergidos por completo en Coca-Cola. "Creo que el Samsung aguantará bastante bien. Con el iPhone, tengo mis dudas", se escucha augurar al 'youtuber'. Por si esto no fuera suficiente, Isen metió los 'tupper' en el congelador hasta que la bebida se solidificó por completo.
Nueve horas y 47 minutos después -tras disolver la Coca-Cola congelada con agua caliente-, se pudo comprobar que el Galaxy
S7 Edge no había sufrido daños y funcionaba a la perfección. Por el contrario, el dispositivo de Apple había agotado su batería y apareció apagado. Al ser conectado de nuevo a la corriente, el iPhone 6S Plus no reportó ningún error. "¡Oh, Dios mío! ¡Carga! ¡Es una locura!", se asombró Isén tras constatar los resultados de su prueba.
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