Iniciativa tiene como objetivo el preservar el legado ancestral de los navegantes de Rapa Nui.
El cielo. Las estrellas. El viento. Los siete tripulantes de la embarcación tradicional (Vaka Taurua) Kuini Analola debieron aprender a leer los símbolos de la naturaleza y los astros para poder surcar el frío mar del sur de Chile y arribar a las costas de Valparaíso, en el marco de una inédita travesía ancestral que los llevará hacia territorio Rapa Nui.
La iniciativa, que contó con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, fue liderada por Lynn Rapu Tuki, con el objetivo de preservar el legado ancestral de los navegantes rapa nui y reconstruir puentes de interacción cultural entre la Polinesia y el continente. Embarcación navegó por Quellón, Calbuco, Ancud, Queule, Valdivia, Lebu y Talcahuano.
El líder de la embarcación, Lynn Rapu Tuki, de la Fundación Ao Tupuna, explicó que "el 2012 fui a Chiloé, donde me encontré con muchos astilleros. Tenían la materia prima, me quedé un año allá y llevé los planos de Rapa Nui. El diseño de la nave está plasmado en la espalda de los moai y en las rocas".
En tanto, la seremi Constance Harvey indicó que esto "es un rescate patrimonial de gran significado, ya que demuestra la preocupación de un pueblo por mantener viva una cultura única".
El proyecto cultural Kuini Analola consistió en la construcción de un catamarán de doble casco (Vaka Taurua) a la usanza y características de construcción ancestral Rapa Nui, con el fin de rememorar los antiguos viajes realizados únicamente con el apoyo del viento, las mareas y las estrellas.
Lynn Rapu Toki se propuso navegar a bordo de esta embarcación desde Quellón, en Chiloé, pasando por Valdivia, Valparaíso y las costas de Chile central, para luego tomar rumbo a Rapa Nui, con el objetivo de reconstituir los puentes de interacción cultural entre la Polinesia y el continente americano y viceversa, en especial como punto de acogida de las costas de Chile.
La embarcación tiene 15 metros de eslora, 5 metros de manga y 1,45 metros de altura desde el casco. Fue construida en madera de ciprés por el maestro de orilla quellonino Ambrosio Aguilar. Mientras que Wolfgang Schultze, colaboró con las velas de la embarcación. La nave no tiene motor y es únicamente impulsada por remos y vela.
PURANOTICIA