Defensoría Penal Regional del Biobío aseguró que el centro "está en condiciones que hoy día vulneran los derechos fundamentales de los adolescentes".
El nuevo jefe de la Unidad de Estudios de la Defensoría Penal Regional del Biobío, abogado Cristián Sleman, junto a un grupo de profesionales, visitó el conflictivo Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado (CIP-CRC) de Coronel, espacio dependiente del Sename que debió ser intervenido desde Santiago a causa de los serios problemas que se han vivido en el último año con los jóvenes infractores de ley que reciben atención en ese recinto.
Tras recorrer las instalaciones, Sieman señaló que la visita le dejó la sensación de que se trata de un centro que requiere de mucho apoyo y trabajo, por lo que la Unidad de Estudios y los defensores penales juveniles del Biobío tendrán que multiplicar sus esfuerzos para trabajar con los niños privados de libertad en ese lugar.
"Sin duda, ese centro está en condiciones que hoy día vulneran los derechos fundamentales de los adolescentes, dadas las condiciones en que se encuentran, la deprimida oferta técnica e incluso incumpliendo algunos principios como el de separación", afirmó.
Además, dijo que "el Sename se comprometió a superar los problemas a la brevedad posible. Queremos trabajar para que esa transición sea lo más corta posible y que en el intertanto no se vulneren las garantías fundamentales de los jóvenes" y agregó que "para eso recurriremos tanto a las conversaciones que tengamos que hacer con Sename y sus equipos técnicos, como también a las herramientas jurisdiccionales que tenemos como defensores públicos".
Los funcionarios de la Defensoría Regional también constataron que durante a las vacaciones del personal en verano se suman cerca de 30 licencias médicas, lo que impide cubrir los turnos de buena manera, dejando a los jóvenes con sus actividades limitadas al mínimo.
Uno de los adolescentes relató a los profesionales de la Defensoría que después de levantarse sólo pueden jugar a las cartas y esperar a que llegue el almuerzo. Según Sleman, claramente el ocio los lleva a ocupar mal su tiempo e incurrir en conductas que alteran su propia seguridad personal.
Una situación más compleja es la de cuatro menores imputados, quienes, por rencillas con otros jóvenes que permanecen internos debieron ser aislados en unas dependencias que, por su tamaño, no cumplen con las mínimas condiciones para desarrollar su rutina diaria.
Por último, uno de los mayores problemas dice relación con las mujeres, pues, transgrediendo toda norma, en el recinto permanecen juntas, imputadas y condenadas, debido a la falta de espacios adecuados de segregación, tema que los responsables del recinto se comprometieron a solucionar cuanto antes.
PURANOTICIA