Un joven identificado como Salvador Damián Serna, sobrino de un destacado empresario de la región, murió el domingo en un ataque armado en Zihuatanejo.
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La violencia vuelve a sacudir de lleno el estado mexicano de Guerrero con el asesinato de 13 personas, incluido un líder comunitario que participó en la búsqueda de los 43 jóvenes que desaparecieron hace casi un año, y el hallazgo de una fosa clandestina con cinco cuerpos.
Miguel Ángel Jiménez, líder de la policía comunitaria del poblado de Xaltianguis, ubicado en la zona rural del municipio de Acapulco, fue asesinado a tiros el sábado pasado cuando trabajaba en su taxi y sepultado el domingo, pero la fiscalía estatal aún no ha dado detalles sobre lo ocurrido.
El dirigente de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Bruno Plácido, dijo hoy a Efe que Jiménez "jugó un papel importante en la búsqueda de los 43 estudiantes" de la Normal Rural de Ayotzinapa y el hallazgo de decenas de fosas clandestinas en Iguala.
Comentó que el año pasado había sido amenazado de muerte y hace un mes aproximadamente, cuando buscaba cuerpos en un pozo de agua en Iguala después de recibir información de que allí se encontraban una parte de los estudiantes, le informó que alguien le estaba siguiendo.
Entonces le pidió que se retirara de Iguala "por seguridad", apuntó Plácido, quien recordó que el 17 de julio pasado se reunió en privado con los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para darles información sobre los 43 y los "otros desaparecidos" por el crimen organizado.
"Estamos haciendo nuestra propia investigación" del asesinato y los resultados no serán anunciados hasta tener los "detalles de quién lo hizo y de dónde llegó la orden", afirmó.
De momento, el dirigente de esta policía comunitaria creada el 5 de enero de 2013 consideró "incorrecto" señalar a algún grupo del crimen organizado sin tener elementos.
Destacó que Jiménez fue uno de los fundadores en 2013 de la policía comunitaria de Xaltianguis, formaba parte de la dirigencia de la UPOEG, era "muy activo" y encabezó la búsqueda de desaparecidos en fosas clandestinas en Iguala y sus alrededores.
Él conocía, como todos los que forman parte de la policía comunitaria, de los riesgos de combatir a los grupos criminales para "dejarle a nuestros hijos un mundo mejor", comentó.
Plácido destacó que en estos años han avanzado en su lucha, si bien reconoció que "el objetivo no es fácil pero tampoco imposible", ya que está la "voluntad de los ciudadanos de cambiar".
Aunque su capacidad de fuego es raquítica comparada con la de las organizaciones criminales, "el arma más importante aquí es la unidad de la gente que participa", aseguró.
Pero ni la actuación de las policías comunitarias en Guerrero, que están reconocidas por la Constitución local, ni de las autoridades estatales ni federales han impedido el recrudecimiento de la violencia.
Según el fiscal de Guerrero, Miguel Ángel Godínez, los homicidios registrados en los últimos días obedecen a "ajuste de cuentas" entre bandas delictivas, sobre todo en el puerto de Acapulco.
Este famoso balneario mexicano se tiñó de sangre este fin de semana con el hallazgo de una fosa clandestina con los cadáveres de cuatro hombres, uno de ellos con el tiro de gracia, y una mujer al parecer desnuda.
Además, un hombre fue asesinado a tiros en la autopista Viaducto Diamante, otro fue encontrado en un automóvil con huellas de tortura y una mujer murió por golpes en el mercado central.
En el municipio de Teloloapan, tres jóvenes fueron asesinados a golpes y abandonados en un lote baldío, en Taxco dos sujetos y una mujer fueron hallados con impactos de bala en la orilla de una carretera y en Iguala dos hombres más murieron en hechos violentos.
Un joven identificado como Salvador Damián Serna, sobrino de un destacado empresario de la región, murió el domingo en un ataque armado en Zihuatanejo.
Esta última fue la única muerte a la que hizo alusión el gobernador del estado, Rogelio Ortega, en su cuenta de Twitter, en la que condenó el homicidio y expresó sus condolencias a sus familiares.
Mientras estos hechos violentos sacudían al estado, Ortega hablaba de la pacificación que ha logrado en Guerrero desde que llegó al poder, tras la renuncia en octubre pasado de Ángel Aguirre a raíz de la crisis social desatada por la desaparición de los 43 normalistas.
"Diálogo y tolerancia extrema" es la fórmula que presumió el gobernador el domingo en la conmemoración oficial del 233 aniversario del nacimiento del líder independentista Vicente Guerrero, que por primera vez no se lleva a cabo en Tixtla.
Y es que Tixtla, además de ser el lugar de origen del general Guerrero, acoge la combativa Escuela Normal Rural de Ayotzinapa a la que pertenecían los 43 jóvenes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014.
Sus compañeros y familiares salieron el domingo otra vez a las calles para exigir la aparición de los 43 estudiantes, y el próximo 26 de agosto, cuando se cumplen once meses de la desaparición, iniciarán una huelga de hambre que se prolongará un mes.
Según la fiscalía mexicana, los jóvenes fueron detenidos por policías de Iguala y entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes los asesinaron e incineraron en un basurero, una versión que sus padres se niegan a creer.
Pn/fg
EFE.
