El nuevo presidente de Polonia, el conservador Andrzej Duda, tomó posesión del cargo a pocos meses de las elecciones generales de otoño.
El nuevo presidente de Polonia, el conservador Andrzej Duda, respaldado por la principal fuerza de la oposición, Ley y Justicia, tomó hoy posesión del cargo a pocos meses de las elecciones generales de otoño, en las que el partido liberal podría perder su hegemonía tras ocho años de gobierno.
La victoria de Duda en las presidenciales de mayo, en las que derroto al hasta ahora presidente, el liberal Bronislaw Komorowski, fue una sorpresa y una seria advertencia a la coalición de gobierno de que puede perder el poder en las elecciones de octubre.
Las últimas encuestas indican que la formación liberal-conservadora Plataforma Ciudadana pierde peso a pasos agigantados y a día de hoy sería la segunda fuerza más votada, a pesar del éxito económico del que presume el Gobierno.
El favorito en esas encuestas es el partido nacionalista-conservador Ley y Justicia, la formación liderada por el polémico Jaroslaw Kaczynski, que vuelve a seducir a los electores con su discurso contra la adhesión de Polonia al euro, su euroescepticismo y sus propuestas de más política social y menos impuestos.
Ley y Justicia ya gobernó Polonia entre 2005 y 2007, un periodo del que se recuerdan anécdotas como la investigación sobre la presunta homosexualidad de los Teletubbies.
Aquel periodo también dejó la imagen de una Polonia gobernada por dos hermanos gemelos, Jaroslaw Kaczynski como primer ministro, y Lech como presidente hasta su muerte en 2010, cuando el avión presidencial en el que viajaba junto a otras 95 personas se estrelló en Smolensk (Rusia) sin que hubiera supervivientes.
El nuevo jefe del Estado moderó hoy su mensaje durante la ceremonia de toma de posesión y, en una intervención ante el Paramento y el Senado, optó por insistir en la necesidad de una mayor presencia de la OTAN en Europa Oriental y Central y pidió cambios en la política exterior polaca, "aunque cambios que no supongan una revolución", aclaró.
Andrzej Duda también abogó por "reforzar" la posición de Polonia en la Unión Europea y por fortalecer el Ejército, propuestas en las que no difiere especialmente del partido liberal.
En su discurso el nuevo presidente no olvidó referirse a la vecina Ucrania, con la que quiere seguir colaborando aunque "sobre una nueva fórmula de conversaciones", en clara referencia a la falta de liderazgo que hasta ahora ha tenido Polonia en el proceso de paz de Ucrania, encabezado por Francia y Alemania.
Tras el acto político, Duda asistió a una misa en la catedral de Varsovia, donde escenificó su cercanía a la jerarquía católica, mientras cientos de polacos ondeaban banderas nacionales en las cercanías del templo.
Tanto Duda como Ley y Justicia se destacan por considerarse "garantes" de los valores de la Polonia católica, como quedó patente cuando se posicionaron del lado de la Iglesia a la hora de rechazar la nueva ley que incluye la fecundación in vitro en el sistema público de salud.
La norma salió adelante la pasada semana a pesar de las críticas de la oposición y de la Iglesia, aunque puede dejar a los políticos que la aprobaron sin la comunión, ya que la Conferencia Episcopal polaca ha pedido que no se permita comulgar a estos parlamentarios y senadores "pecadores".
En Polonia es el primer ministro quien tiene la mayoría de los poderes, pero el presidente ejerce influencia como jefe de las fuerzas armadas y máximo responsable en política exterior, y además dispone de la facultad de proponer y vetar leyes.
Tras la toma de posesión de Duda, se abre un periodo de cohabitación entre el presidente conservador y el Gobierno de la liberal Ewa Kopacz, que encara ya la carrera hacia unas elecciones que podrían poner fin a la Polonia liberal de los últimos ocho años.
Pn/fg
EFE.