Durante años, una oración casi imperceptible en uno de los cuadros más famosos de la historia del arte provocó muchas conjeturas.
Durante años, una oración casi imperceptible en uno de los cuadros más famosos de la historia del arte provocó muchas conjeturas.
En la esquina superior izquierda de «El grito», del artista noruego Edvard Munch, podía leerse un enigmático mensaje escrito a lápiz: "Solo pudo haber sido pintado por un hombre loco".
Ahora, con la ayuda de escáneres infrarrojos, el Museo Nacional de Noruega ha podido confirmar que la oración fue escrita precisamente por Munch.
Conjeturas durante años
La pintura original, expuesta por primera vez en la casa de Munch en Oslo en 1893, se ha convertido en una expresión radical y atemporal de la ansiedad humana.
Su influencia es tal que inspiró películas de terror en Hollywood en los 90 y actualmente está representada por un emoticono que usamos frecuentemente en nuestros chats.
En los últimos meses, la pieza ha atravesado por procesos de conservación y preparación porque se instalará en un nuevo museo que abrirá el próximo año en la capital noruega.
Durante años, los curadores de arte conjeturaban sobre si el mensaje se trataba de un acto de vandalismo de un espectador o si había sido escrito por el propio Munch, conocido por sufrir problemas de salud mental en su vida.
El museo finalmente concluyó que las palabras fueron escritas por Munch, tras comparar el trazo con la caligrafía que dejó el artista en sus diarios y correspondencias.
El artista noruego, pintando un autorretrato en una playa en Alemania en 1907.
"No hay duda de que el escrito es de Munch", dijo Mai Britt Guleng, curadora del museo.
"La caligrafía por sí misma, y los eventos que sucedieron en 1895 cuando Munch exhibió su pintura en Noruega por primera vez, apuntan todos en la misma dirección", añadió la experta.
En 1994, «El grito» fue robado de un museo de arte noruego. Años después, en 2006, la obra fue recuperada en una operación encubierta de detectives británicos.
"Sentimiento profundo de ansiedad"
La obra provocó fuertes críticas en su momento. También se especuló sobre la salud mental de Munch.
El artista, según sus diarios, se sintió profundamente herido por la reacción a su obra. Se cree que fue entonces cuando volvió al cuadro y, con un lápiz, dejó el mensaje que ahora le atribuyen.
Tanto el padre como la hermana de Munch sufrían episodios de depresión y el artista fue hospitalizado en 1908 debido a una crisis nerviosa.
Su madre y hermana mayor murieron antes de que Munch cumpliera 14 años. Doce años después, murió su padre y otra hermana fue ingresada con trastorno bipolar en un psiquiátrico.
«La danza de la vida» es otra de las obras más conocidas del artista noruego.
"Desde que tengo memoria he sufrido un sentimiento profundo de ansiedad que he tratado de expresar con mi arte", escribió Munch.
"Sin esta ansiedad y enfermedad yo habría estado como un barco sin timón", dijo.
En 2019, BBC Arts escribió que la pieza era "una expresión de su ansiedad en un punto de inflexión en la historia, en un mundo cada vez más alejado de las viejas tradiciones", y señaló que "existen claros paralelos con el mundo de hoy".
"Esta es sin duda la razón por la que «El grito» conserva su poder a pesar de su ubicuidad: es un espejo de nuestros propios miedos contemporáneos. Por dentro, ¿no estamos todos gritando también"?
«El grito» se exhibirá en el Museo Nacional de Noruega a partir de 2022 junto con otras obras de Munch, como «Madonna», «La danza de la vida» y «Autorretrato con cigarrillo».
PURANOTICIA // BBC MUNDO