Colombia vivió este miércoles un segundo "paro nacional", que marcó ocho días de protestas consecutivas contra el gobierno.
Colombia vivió este miércoles un segundo "paro nacional", que marcó ocho días de protestas consecutivas contra el gobierno.
El país pasa por un momento sin precedentes, en un ambiente de creciente tensión social.
"Colombia ha vivido muchos momentos delicados al largo de su traumática historia, pero ahora parece estar recorriendo un camino desconocido en al menos tres ámbitos distintos: la protesta social, la economía y la representación política", subraya el corresponsal de BBC Mundo en el país, Daniel Pardo.
Las movilizaciones empezaron el 28 de abril y se extendieron por todo el país, si bien Bogotá y Cali se convirtieron en los epicentros de las principales protestas, y de violentos enfrentamientos con las autoridades.
Cali ha sido uno de los epicentros de las protestas.
Según la Defensoría del Pueblo, hasta el miércoles las protestas han dejado 24 personas muertas. En 11 de los casos, la Policía es la presunta responsable, según el organismo público.
Otras organizaciones como la ONG Temblores elevan la cifra de fallecidos a 37, mientras se reportaron al menos 80 desaparecidos.
La tarde del miércoles, el edificio del Capitolio en Bogotá, donde sesiona el Congreso, tuvo que ser evacuado luego de que un grupo de personas saltaran las barreras, lanzaran piedras e intentaran ingresar.
Las protestas fueron convocadas inicialmente por un proyecto de reforma tributaria impulsado por el gobierno de Iván Duque, pero aunque el presidente ya pidió el retiro de la propuesta, las manifestaciones continúan.
Este miércoles, el "paro" fue convocado por sindicatos y centrales obreras contra la reforma a la salud, si bien la desigualdad o la conducta de la policía también fue motivo de las protestas.
Las protestas se han extendido por el país, pero han tenido su epicentro en Bogotá y Cali.
La veintena de fallecidos y los más de 800 heridos que se han registrado en las protestas han hecho que hasta la ONU cuestione el accionar de las fuerzas de seguridad colombianas, sobre todo de la policía.
Este miércoles, en Bogotá y otras ciudades, como Medellín, se volvieron a producir disturbios e incidentes entre manifestantes y las fuerzas del orden.
Un grupo de personas se enfrentó en la Plaza de Bolívar con los policías que protegen el Capitolio -centro del poder político y judicial de Colombia y el punto de llegada de las marchas más grandes-, pero fueron dispersados.
En la Plaza de Bolívar de Bogotá, donde se concentra el poder político de Colombia hubo enfrentamientos entre policías y manifestantes.
En Medellín, las protestas se desarrollaron de forma pacífica si bien al final del día se produjo la quema de una estación de Metroplús, una de las líneas de buses, informó el diario El Tiempo.
En Cali, principal foco de violencia durante las protestas, la marcha estuvo liderada por decenas de indígenas que llegaron del vecino departamento del Cauca, donde el conflicto armado se ha recrudecido en los últimos meses, informó la Agencia EFE.
Al menos 24 personas murieron en estos días de protestas.
Las protestas comenzaron a raíz de la reforma tributaria propuesta por Duque pero los reclamos de los manifestantes van mucho más allá de eso.
Pese a que Duque retrocedió en su proyecto tributario, las movilizaciones continúan.
El argumento del gobierno para mantener a los uniformados en las calles es que los manifestantes realizan "actos vandálicos".
El ministro de Defensa, Diego Molano, llegó a afirmar que detrás de las protestas hay intenciones "terroristas" promovidas por la exguerrilla FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
De hecho, el martes en la noche, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, le pidió al Ejército que le ayudara a vigilar varios centros de detención para "preservar la vida de 2.825 detenidos".
Sin embargo aclaró que no estaba pidiendo -ni iba a pedir- la militarización de la ciudad.
Este paro ha producido una alianza obrero-campesina-indígena que tal vez nunca había estado tan equilibrada, le dijo Mauricio Archila, experto en movimientos sociales, a BBC Mundo.
El rol de las fuerzas de seguridad en estas protestas fue puesto en cuestión.
Colombia ha vivido muchos momentos delicados al largo de su traumática historia, pero ahora parece estar recorriendo un camino desconocido en al menos tres ámbitos distintos: la protesta social, la economía y la representación política, señalaba el corresponsal de la BBC en el país, Daniel Pardo.
El Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) es una de las unidades policiales desplegada en varias ciudades colombianas.
En los últimos años fue cuestionada por uso desmedido de fuerza y la violencia con la que actúan sus efectivos.
La policía intentó desbloquear las carreteras y avenidas tomadas por los manifestantes en Cali.
El ESMAD es señalado por algunas de las muertes durante las protestas.
En redes sociales circularon varias imágenes de ataques a estaciones de policía, incluso con uniformados dentro de las instalaciones.
Para muchos colombianos, el despliegue de soldados contra una población civil "fue recibido negativamente, como una militarización" de la vigilancia del orden público y como una forma de "represión", dijo Eduardo Bechara, profesor de políticas públicas de la Universidad Externado de Colombia, a la agencia de noticias AFP.
Lo que parece evidente, según los expertos consultados por BBC Mundo, es que la actual es una situación sin precedentes. Y que mucho se explica porque el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016 abrió una caja de pandora de demandas y problemáticas antes prohibitivas por cuenta de la guerra.
El gobierno de Iván Duque ha lanzado una nueva mesa de negociación para rebajar la tensión y buscar salidas consensuadas. Es lo que hizo en noviembre de 2019, cuando las protestas eran más pacíficas y puntuales y la situación del país menos grave.
No obstante, "el desenlace de la crisis actual es desconocido", subraya el corresponsal de BBC Mundo.
El desenlace de la crisis actual es desconocido, subraya el corresponsal en Colombia.
PURANOTICIA // BBC MUNDO