Se estima que la nave seguirá fuera de curso por lo menos una semana más hasta que entre en la atmosfera de la tierra.
La nave espacial rusa "Progress M-27M", que quedó fuera de control tras ser lanzada el martes desde Baikonur rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS), será prácticamente imposible de recuperar, reconocieron hoy las autoridades rusas.
"Sólo un milagro puede ayudar", dijo un empleado sin identificar de la central de control de vuelo en Moscú a la agencia de noticias Ria Novosti.
Si fracasan los últimos intentos de contactar con la nave no tripulada, es muy posible que ésta caiga de forma incontrolada entre el 7 y el 11 de mayo. En ese caso, la agencia espacial rusa Roskosmos espera que se desintegre casi totalmente en la atmósfera. "Si eso ocurre, podremos decir con algunas horas de antelación dónde podrían caer los restos", dijo un experto.
La desaparición del vehículo espacial supone pérdidas estimadas de 88 millones de euros.
La nave fue lanzada el martes desde la estación espacial de Baikonur, en Kazajstán, impulsada con un portacohetes Soyuz y cargada con 2,4 toneladas de provisiones destinadas a la ISS. Pero el portacohetes erró en alcanzar la órbita prevista debido al parecer a un defecto en el tercer nivel del cohete. Entonces viró sobre su eje hacia un órbita equivocada y no se logró estabilizarla con ayuda de señales de radio.
Según Roskosmos, la ISS y sus seis tripulantes a 400 kilómetros sobre la Tierra disponen aún de suficientes alimentos y material técnico a bordo.
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DPA